Oda a la paternidad a ritmo de celuloide

Somos Jóvenes
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4 min readJun 17, 2024

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Texto: Pavel L Guerra
Fotos: Archivo SJ

En sintonía con los festejos por el Día de los Padres, Somos Jóvenes propone su "top cuatro" de audiovisuales provenientes de puntos cardinales desemejantes, que han enfocado esa arista de la masculinidad desde el más acusado y enaltecedor prisma.

Quizá tengas otros clásicos en tu preferencia, pero difícilmente te resulte desconocido este conjunto, donde dicha circunstancia fuera representada en su compleja dimensión biológica, social, cultural y artística.

Disfruta de nuestro “PantallazoJoven” con estas propuestas capaces de hacer sentir cada década, tanto el esfuerzo como el orgullo que se desprenden de la paternidad.

1- La vida es bella (Italia, 1997) de Roberto Benigni: Cuando se pensaba que todo estaba dicho en torno al holocausto y las maneras de representarlo, sacó su as bajo la manga el popular comediante europeo, con este largometraje sobre la supervivencia de un padre y su hijo dentro de un campo de concentración nazi. Ningún horror diario logra desviar al progenitor de su empecinada lucha por convencer al pequeño de que todo se trata de una simple competencia, cuyo trofeo final consiste en un flamante tanque de guerra. La muerte de este hombre fuera de cámara en el más absoluto anonimato, o el propio cierre del filme sobre el plano del niño eufórico de felicidad al ser liberado -todavía ajeno a lo que acaba de acontecer- remataron con puntuación sobresaliente su canto a la vida y a la imaginación como los más grandes y meritorios regalos.

Kramer vs. Kramer (Estados Unidos, 1979) de Robert Benton: Removió los cimientos de la sociedad el año de su estreno esta película, lo mismo considerada un clásico del género judicial, como un alegato feminista sobre la necesidad de emancipación de la mujer. Lo cierto es que esa anécdota en la que Dustin Hoffman debe asumir, sin preparación ni aviso previo, el cuidado de su hijo pequeño al ser abandonados ambos por la madre del infante, puso los puntos sobre las íes a múltiples debates.
La lucha por la custodia en los tribunales y el veredicto final, tras el retorno de la joven esposa, dieron mucho de qué hablar, pero no lograron arrebatarle el protagonismo a esa zona de afectividad compartida y emociones pulcras entre padre e hijo, ganado a brazo partido y casi que por accidente.

Pinocchio (México- Estados Unidos, 2022) de Gulliermo del Toro y Mark Gustafson: Si de fábulas sobre el valor de la paternidad hablamos, nada opacaría la hondura del relato de Carlos Collodi. La adaptación libre de esta obra literaria acometida hace apenas dos años por Del Toro, sobredimensionó la figura de Yepeto como epicentro de la paternidad y el sacrificio, derivados de sus aptitudes para conceder y proteger la vida del protagonista, este último, a la postre, alegoría de la humanidad toda. La intensidad de cada minuto en pantalla de Pinocho con su creador, también de sutiles connotaciones religiosas, enmarcada por la dureza y oscuridad de esta cinta esculpida en revolucionario stop motion, le sembró a cada espectador más de un nudo en la garganta.

¡Viva Papi! (Cuba, 1982) de Juan Padrón: El autor de Elpidio asestó un "golazo" con este cortometraje de estética minimalista y atípica complejidad narrativa, donde la voz e imagen de Ignacio Villa (nuestro Bola de Nieve) interpelaba a un niño para hacerle entender el valor de la profesión de su padre, de quien inicialmente sentía vergüenza. La simpatía, valor didáctico, ingenio, riqueza visual y alta emotividad del discurso, elevaron este animado a la categoría de obra de culto durante los años 80’s del siglo pasado, y aún retumba en los imaginarios de muchos cubanos, quienes se apropiaron de frases al estilo de «mi papá es tuerquista» -resignificada a lo largo de la película- como parte de su acervo cultural. Joyita que puedes encontrar sin problemas ahora mismo sobre YouTube.

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Una revista con swing, para jóvenes y adolescentes cubanos.