¿Qué tan capaces somos de percibir el entorno?
¿Cuántos de nosotros nos damos cuenta de las cosas que pasan a nuestro alrededor, o de las bendiciones que nos da la vida a diario? Cada día la vida nos brinda una enorme cantidad de bendiciones, tantas que estaríamos días escribiéndolas todas.
Hablo de todo lo que vemos, sentimos; cosas tan simple como respirar, caminar, mirar, escuchar, percibir aromas, sentir la brisa del viento en nuestra piel, sentir el agua tibia cayendo en nuestro cuerpo, los pasos mientras caminamos, el crujir de las hojas secas al pisarlas, el latir de nuestro corazón, el poder desayunar, sentir el olor a café recién hecho, el canto de los pájaros, el zumbido de las abejas, los árboles moviéndose por el viento y muchas más cosas que hacemos que la vida nos da para que nosotros las disfrutemos.
Pero nosotros estamos tan ocupado intentando resolver todos nuestros problemas superficiales que nos olvidamos de estas cosas tan simples, tan perfectas que cuando las comenzamos a apreciar, se transforman como un éxtasis, algo tan gratificante que vas a querer seguir experimentando.
Una vez, hablando con un grupo de personas, comenzamos a comentar todo lo que teníamos que agradecer y que cada día deberíamos anotar y agradecer por lo menos diez cosas. Algunos se miraron y comentaron que era imposible poder anotar diez cosas cada día. Entonces comenté que podemos anotar diez cosas y mucho más, comencé a nombrar cosas las cuales podíamos anotar y se quedaron sorprendidos de la cantidad de cosas que nombré en poco tiempo.
Nuestro problema es que no prestamos atención a nuestro entorno, vivimos inmersos en una sociedad que mira pero no ve, una sociedad en la que es más importante tener dinero que ser feliz y la felicidad se consigue viviendo el presente, disfrutando de las pequeñas cosas, sonriendo y haciendo reír a los demás, vibrando en frecuencias altas, con armonía y amor.
Seamos más conscientes de lo que somos y lo que tenemos a nuestro alrededor, porque es lo más lindo que hay y lo único que nos vamos a llevar.
Desde lo más profundo de mi corazón les agradezco que hayan leído estas humildes palabras. Si estás leyendo esto en este momento, es porque tenías que hacerlo, todo tiene un porque en la vida, seamos felices y agradezcamos que estamos vivos. Muchas gracias.
