¿Quién tiene tus riendas?
Cuando comenzamos a transitar por el camino de la «espiritualidad», emprendemos un viaje, que en algunos casos no comprendemos del todo. Nos empezamos a empapar de conocimiento, que como un cuenta gotas, logramos entender y así vamos comprendiendo poco a poco todas las situaciones de nuestra corta vida, desde que éramos unos niños, hasta el día de hoy. Cada vez nos vamos adentrando en un mundo en el cual todo lo que habíamos aprendido o creíamos se empieza a desmoronar.
Pero convivimos con alguien que no le gusta que le desmoronen las torres de naipes; él va a intentar cualquier cosa por mantenerte en su zona de confort. Se escabulle en tus pensamientos y muchas veces se logra mimetizar, hasta tal punto que te crees las historias.
Cuando estamos en este andar, el Ego se empieza a desesperar y comienza a buscar la forma de que sigas enraizado a lo terrenal, entonces te comienza hacer jugarretas, te comienza a cuestionar todo lo que estas viviendo, todo lo que estas sintiendo y te dice:
—¡Si todo lo que creías es mentira, ¿por qué esto que estás viviendo ahora es verdad?!
o
—¿Estás seguro que lo estás viviendo o es producto de tu imaginación?
Te pone en la duda, haciéndote caer en su trampa, dándote una bofetada y dejándote tirado en el suelo, pensando que te estás volviendo loco; con lo cual él vuelve a controlar la situación.
Pero el universo te está llamando y lo sientes, a tal punto que rompes esa barrera para seguir adelante. Te lo crees y por más que te cuestione, estás convencido. Este señor comienza a idear otro plan para volverte a tirarte de tu pedestal, pero no encuentra nada que no este dentro de tus nuevos pensamientos, por lo cual se adapta.
Y a medida que uno va caminando, comenzamos a ser más receptivo, a obtener mas información del entorno, entonces aparece nuevamente nuestro querido amigo y nos dice:
—¡Sos especial!
Y nosotros ignorantes y deseosos de tener super poderes como los superhéroes, nos vuelve a engañar y hacernos creer que somos personas «especiales», entonces el ego se comienza alimentar de esa creencia de que somos especiales, incluso llegamos a cree que somos «superiores» a los demás y en ese momento es como si estuviéramos hechizados y creemos que estamos yendo a la luz pero en realidad es solo una trampa para atrapar insectos, el cual si en ese mismo instante mirásemos hacia el costado nos daríamos cuenta que nos estamos alejando de la luz.
Nuevamente, el universo nos está llamando y nos ayuda a su forma a «deshechizarnos». En ese momento, nos damos cuenta de que no somos mas ni menos que otros, que somos iguales y que todos estamos conectados, lo cual no por sentir determinadas cosas o hacer otras, somos superiores, sino que solo lo comprendimos antes, pero todos vamos a lograr comprenderlo y poder experimentarlo.
Pero la historia todavía no acaba, porque hasta que nosotros nos nos sentemos a charlar con nuestro ego y decirle que desde este momento las riendas de este cuerpo físico las voy a tomar yo; este va a seguir buscando la forma de dominarte.
Lo que tenemos que entender es que el Ego es una parte nuestra, es la parte que está en este plano, por lo cual es esencial, pero también tenemos que entender que no somos el Ego, que somos mucho más que eso y tenemos que convivir con él, por lo cual tenemos que abrazar a ese Ego y aceptarlo como es. Y seguir transcurriendo nuestro camino «espiritual» hasta el momento que tengamos que desencarnar y pasar a otros planos más elevados.
Desde lo más profundo de mi corazón, te agradezco que te hayas tomado unos minutos para leer este texto y espero que lo hayas disfrutado como lo disfruté yo escribiéndolo. Muchas gracias.
