Los vecinos del barrio se quejan y aseguran que es una complicación al momento de tomar el transporte, principalmente a la hora de entrada y salida de los colegios.
Como se ve en la fotografía, la parada se encuentra en la puerta del Colegio Simón Bolívar, perteneciente a Sarandí, por lo que la mayoría de los alumnos utilizan éstas líneas de transporte para regresar a sus casas.
Los vecinos se preguntan quién es el encargado de distribuir las paradas de colectivos en Avellaneda.
“Esto significa un caos y un peligro para los pasajeros, en especial para los alumnos de la escuela”, dijo Claudia, madre de un alumno del colegio.
Sin embargo, éste no es el único ejemplo. La situación se repite en innumerables paradas de Avenida Mitre, especialmente las que están cerca de las escuelas, en la zona centro, generándose así grandes amontonamientos de niños y adultos junto a los postes.
Esto genera una gran incomodidad y hasta puede llegar a ser peligroso, porque muchas de estas personas se paran en la calle para ver si se aproxima la línea que deben tomar, y se trata de una Avenida muy transitada.
Andrés Pizarro, Licenciado en Urbanismo y Docente de Transporte y Movilidad UNGS, nos explicó como es el procedimiento de distribución: “El dimensionamiento de las paradas de colectivo tiene una cierta “ciencia”. Se hacen cálculos en base a la cantidad probable de vehículos que paran en una parada. Esto tiene que ver más con la frecuencia que con la cantidad de líneas. Por ejemplo, podes tener dos líneas con frecuencias de 5 minutos que paran en una parada lo que te implica 24 vehículos en promedio por hora, y podes tener 11 líneas con una frecuencia de 30 minutos, lo que te implica en promedio 22 vehículos en una hora en esa parada.”
“Por lo tanto, tenés que averiguar las frecuencias de las líneas en cuestión. Después, se hacen cálculos para determinar cuántos vehículos llegarían a la parada al mismo tiempo en promedio. Estos son cálculos de probabilidad, y en función de ellos se hacen “bahías” más largas para acomodar varios vehículos a la vez. En estos casos en particular, esto no se ha hecho. Siendo sincero, en la Argentina, todo lo anterior se hace muy mal” expresó.
“A su vez, las paradas se deben hacer después de semáforos para no bloquearlos y obviamente no en la puerta de establecimientos educativos, para no crear conflictos evitables.” Agrega Andrés Pizarro.
Además, esto implica que los vehículos deban parar en doble fila para que suban o desciendan los pasajeros, o que directamente no paren, lo que provoca un gran malestar en quienes deben utilizar este medio de transporte.
Consultadas autoridades de la Municipalidad de Avellaneda, argumentan que el municipio no tiene autoridad para modificar las paradas, ya que es facultad del ministerio de Transporte de la Provincia .
