Noche mágica en el Único: la música y el fútbol se juntaron para brindar un show histórico

Juampi
5 min readOct 19, 2017

--

Se cumplían las 17 hs, cuando Leandro partía para la ciudad de La Plata a presenciar lo que sería una noche irrepetible. Diferentes pasiones se iban a mezclar, cuando a la noche toque la legendaria banda U2 conducida por Bono y el partido clave de la Selección Argentina para saber si iría o no al Mundial de Rusia 2018 se crucen.

El horario del partido trascendental coincidía con el de la banda irlandesa. ¿Cómo se podía solucionar? Daniel Grinbank, empresario que se encargó de traer a los músicos, se comunicó con Bono para consultarle si tenía problema en salir al escenario cuando finalice el partido, a lo que el cantante dio el visto bueno. El siguiente problema eran los transportes para la vuelta. Claro, la gente que viajaba desde lejos, no tenía como regresar a su casa. Pero también hubo acuerdo para funcionaran hasta altas horas de la madrugada, lo que hacía que todo esté en condiciones para que el plan se pueda llevar a cabo.

Leandro, acompañado por dos amigos, disfrutaba del viaje al recital por la autopista Bs. As. — La Plata mientras en el auto sonaba la lista de temas del disco “The Joshua Tree”, album que venía a tocar justamente la banda británica (se cumplían 30 años de su lanzamiento).

La autopista colapsaba. Era un hormiguero de autos. El día gris no acompañaba de la mejor manera tampoco. Pero no importaba, porque las ganas y el entusiasmo sobraban. ¿Qué podía salir mal?

Ya abajo de la autopista, en la ciudad de La Plata, el ambiente se iba intensificando. El auto, un Ford Fiesta modelo 2010 con la patente JHK 755, quedó estacionado en la calle 17 entre 34 y 35, a unas pocas cuadras del lugar donde se iba a presenciar una noche irrepetible. Con una sonrisa en el rostro de Leandro y sus amigos, comenzaba la tan esperada caminata al estadio.

El recorrido estaba decorado por los infaltables puestitos de vendedores de hamburguesas, choripanes y bondiolas. Obvio que los chicos tuvieron que hacer una parada ahí. Se acercaron al “puestito” de dos personas mayores de edad de aproximadamente 70 años los dos. Amablemente, la señora preguntó que se les ofrecía para comer, a lo que los tres respondieron “bondiola, con salsa criolla por favor”. Los $60 que costaron cada uno de los sandwiches, realmente valieron la pena.

La venta del merchandising, era otra cosa que no podía faltar. Desde remeras con la frase “The Joshua Tree Tour 2017” hasta gorras con el rostro de Bono. Claro que para nada barato.

Luego de pasar todos los “chacheos”, y ya con la entrada en mano, llegó el momento de ingresar al Estadio Único Ciudad de la Plata. A eso de las 19 hs, Leandro entró al sector “campo”, donde ya había una buena cantidad de público expectante. Con varias camisetas del seleccionado argentino a la vista, el clima que se sentía era de alegría pero con algo de nerviosismo.

Mientras, del escenario se estaba despidiendo “Joystick”, la joven banda argentina, encargada de hacer el primer show de la tarde/noche. Con la retirada de “Joystick”, había que esperar a la siguiente banda telonera. Minutos más tarde, alrededor de las 19.30 hs, salió Noel Gallagher y sus High Flying Birds. El inglés, ex integrante de la legendaria banda Oasis, hizo delirar y emocionar al público presente. Con algunos de los temas de su nueva banda, mezclados con los grandes éxitos de Oasis, el rockstar brilló, algo que la gente se lo reconoció llenándolo de aplausos.

Finalizado el tiempo del británico, se encendieron todas las luces del estadio. Eran las 20.27 hs, faltaban sólo 3 minutos para el comienzo del partido de la Selección Argentina en la altura de Quito (Ecuador). Muchos, miraban hacía las pantallas del estadio esperando que aparezca el partido, como con gestos de desesperación. Leandro, futbolero de corazón, era uno de esos. Pero otros, no estaban ni enterados. Como dos hombres que preguntaban “¿Qué pasó, se suspendió el show?”. Claramente, el fútbol no era lo suyo. Un señor de al lado de ellos les explicó muy amablemente.

De pronto, se escucharon los relatos y comentarios de la transmisión de la TV Pública. Eso quería decir que el partido ya aparecía en las pantallas, justo segundos antes del comienzo del mismo. El clima era de expectativas, de entusiasmo y de confianza. Pero claro, esto duró apenas 40 segundos de partido, cuando el ecuatoriano Ibarra marcó el 1–0 para local e hizo silenciar no solo a un estadio, sino a un país entero. Pasar tan rápido de la alegría a la tristeza. Ni en la historia más pesimista podría haberse imaginado. Los rostros se dividían entre decepción y fastidio.

Pero por suerte, lo tenemos a él. Que nos ha sacado de tantísimos problemas. Esa noche, estaba destinada para que vuelva a desplegar su magia en su totalidad. Sí, esa persona era Lionel Messi, que con goles a los 12 y 20 minutos del primer tiempo, les devolvió el alma al cuerpo a cada uno de los argentinos. Leandro, fanático del 10 argentino, abrazaba a sus amigos como si no hubiese un mañana, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Claro, Argentina con ese resultado se estaba clasificando al Mundial de Rusia 2018. El estadio Único, para ese entonces repleto con 50 mil personas, pasó del miedo y la tristeza a desatar la locura total. Ya para dar más tranquilidad, llegó el tercer gol de Messi a los 62 minutos. Era el 3–1 y con los todos los resultados a favor de los demás partidos simultáneos, era el pasaje a la Copa del Mundo que tanto se hacía desear.

El árbitro hizo sonar su silbato y todo fue desahogo y alegría. Leandro, abrazando a gente desconocida de al lado suyo, sabía que ya la noche era casi perfecta, que nada podía salir mal.

Fue el final del partido, y automáticamente se apagaron las luces, seguidas de las pantallas. Estadio totalmente a oscuras. Momento más que ideal para que apareciera el plato principal de la noche, ¿no?.

Con la misma energía y euforia del festejo argentino, salió al escenario U2 de la mano de Bono a comerse la cancha con “Sunday Bloody Sunday”. Leandro, en medio del pogo, perdido de sus amigos, solo sentía felicidad, como las demás personas presentes en el estadio. Cada salto era un gol de Messi, cada grito era una corrida de Mascherano, cada lágrima era el desahogo de cada uno de los argentinos. Hasta el mismísimo cantante de la banda irlandesa se rindió ante el mejor jugador del mundo, diciendo “Gracias Lionel Messi, Dios existe”. Posiblemente la mejor frase que podría haber dicho pero hacer explotar, aún más, al público.

Bono, acostumbrado a grandes cosas, se encargó de que el show de U2 fuera todo un éxito. Hizo lo que mejor sabe: hacer música y entretenimiento.

Todo fue más que perfecto, como si estuviese destinado a que pase tal cual fue. Al igual que Leandro, es una afirmación que casi todas las 50 mil personas que estuvieron en el Estadio Único de La Plata el martes 10 de octubre de 2017, vivieron una de las mejores noches de sus vidas.

--

--

Juampi

Club Atlético Independiente. Lionel Andrés Messi.