Emocionalmente inteligentes

Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian.

Ricardo Gómez Solís
SomosHumanos
8 min readApr 27, 2018

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Quizás en los días pasados nos hayamos subido al pensamiento y opinión colectiva ante el sorteo del Mundial de fútbol del próximo año diciendo frases como: “nos tocó bailar con la más gacha”… “ya valió”… “qué mala suerte”… “ojalá nos hubiera tocado en…” y cientos de memes y frases que pudimos ver en redes sociales.

Hay una frase que me encanta y que creo que le queda como anillo al dedo a esta situación: “Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”. Y no solo la forma de observar o mirar las cosas, si no, la forma de hablarles y relacionarnos con ellas.

Imaginemos que estamos buscando trabajo y llevamos seis entrevistas en diferentes empresas y de todas ellas hemos salido con la sensación de haberla regado: “No supe qué decir en esa pregunta”, “De seguro se me notaba todo el nerviosismo”, “Jamás me contratarán allí, bastó verle la cara a mi entrevistador”, “En aquella otra ni siquiera tengo la mínima oportunidad”. Y así, con esta cantaleta en la cabeza de lo que YA PASÓ me dirijo a mi siguiente entrevista. No falta ser analista experto para poder concluir cómo nos irá en la séptima entrevista y así la octava, novena y las que quieras.

Pero OJO, podemos estar pensando que nuestro bajo rendimiento se debe a factores externos a nosotros como la mala fe de otras personas, el contexto, la suerte, el clima y cientos de cosas más, incluidos nosotros mismos con latigazos de culpabilidad como no soy bueno para… no soy adecuado… no tengo suerte en…

Volviendo al caso ejemplo de la Selección Mexicana creo que lo vivimos muy parecido… y notemos lo siguiente: VIVIMOS ATADOS AL PASADO y desde allí vaticinamos mágicamente nuestro FUTURO:

  • Como NUNCA le hemos ganado a Alemania…
  • Como JAMÁS hemos pasado de la segunda ronda…

¿Y qué jodido no? No podemos hacer algo distinto porque “mentalmente” nos atamos al pasado de un forma desastrosa… cambia de ámbito y es la misma cantaleta: No podemos tener un país justo porque nuestra historia siempre ha sido de corrupción… No podemos ser un país de primer mundo porque siempre hemos tenido gobernantes que nos llevan en otra dirección… No puedo creer que exista un oficial de tránsito honesto porque siempre me he topado con lo contrario… Nos CREAMOS mentalmente un FUTURO basados en la estadística, que si bien nos sirve de aprendizaje, no es, o al menos, no debería de ser limitante.

Podemos tener la técnica adecuada, la mejor estrategia, las mejores herramientas; más esto no es nada si no tenemos INTELIGENCIA EMOCIONAL; es decir, si no nos ubicamos emocional y mentalmente en generar éxito, el éxito jamás vendrá. Si nuestra mente y nuestras emociones se apoderan de nosotros saltaremos a “la cancha” del juego de nuestra vida sabiéndonos “poca cosa”, viviendo de los comentarios de otros, y vaticinando una derrota, incluso ya con la excusa prefabricada del por qué no pudimos.

4 características de las personas emocionalmente inteligentes.

A manera de querer desarrollar por mi parte, lo que ya muchos han desarrollado, considero que una persona emocionalmente inteligente cuenta con las siguientes características, sin embargo, esta lista, como muchas otras, es incompleta y variará según el punto de vista que le demos.

Una persona emocionalmente inteligente…

  • Vive en conexión con su Pasión.

Está en el lugar que quiere estar con las personas que quiere estar que lo lleven no solo a cumplir con sus metas, si no con algo más grande: su ideal de vida. el propósito de su vida. Al estar conectado con lo que le apasiona su vida no conlleva sacrificios, conlleva retos, desafíos, aventuras. Hace lo que sea necesario para lograr aquello que lo apasiona… y en muchos casos eso es ya vivir su pasión.

Sabe distinguir muy bien entre las cosas que le gustan y las que le funcionan, dado que para lograr sus metas en muchas ocasiones habrá que hacer cosas que no le gustan, más paga el precio que sea necesario cuando su pasión es más grande que cualquier cosa.

Algunas preguntas para sabes si estás conectado con tu pasión serían: ¿tu actividad diaria te satisface?, ¿disfrutas lo que más haces todos los días?, ¿eso que haces te hace sentir plenitud?, ¿te gusta compartir con otros, te enorgullece lo que haces?, ¿te rodeas de personas que también viven su pasión?

Una persona conectada con su más grande pasión es una persona que día con día se levanta a vivir la aventura de su vida abierto a lo que suceda; sabiendo que lo constante en la vida es el cambio, el movimiento, las subidas y las bajadas… cosas todas que tienen que ver con el siguiente punto.

  • Vive en el presente.

Lo único que tenemos, que realmente tenemos en nuestra vida, es el momento presente. Nada más y nada menos. Toda nuestra capacidad de acción se reduce al segundo que estamos viviendo en el ahora. Una persona emocionalmente inteligente sabe que el pasado le funciona de aprendizaje y el futuro lo ve con ambición, con cara de sueños o de metas por cumplir; más al mismo tiempo es consciente que este segundo que vive puede ser el último que viva; por lo tanto, desde la perspectiva segura de la muerte lo que elige es VIVIR.

Lo que pasó ya pasó… podremos recordar, conmemorar y honrar aquello que ya sucedió. Más también podemos irnos por el camino del RE-SENTIMIENTO… Vivir en el pasado es vivir atado a lo que ya no es que quiero que siga siendo por alguna razón. ¿Cuál es el precio a pagar? Perdernos el presente que tenemos. Poca o mucha cosa no vivir nuestro presente es sinónimo de NO VIVIR.

La base de todo conflicto y sufrimiento humano es vivir fuera de nuestro presente. Porque así como podemos resentir la alegría que tuvimos también podemos seguir sufriendo, culpándonos, castigándonos por lo hecho en el pasado…

El tiempo no se puede perder dado que es un mero concepto, lo que se pierde es la vida. Perdemos vida al estar pensando en el miedo que me da la reunión que tendré mañana que aún no tengo y que por lo tanto no existe más que en mi cabeza. Perdemos vida al centrarnos en todos los hubiera de nuestra vida, al reprocharnos y autocastigarnos por aquello que juzgamos que hicimos mal. Perdemos vida al soñar sin planear y convertir esos sueños en metas; que si bien no puedo controlar porque son parte de mi futuro, si puedo emprender acciones desde mi presente para lograr lo que quiero y deseo.

La persona emocionalmente inteligente definitivamente es una persona que SUELTA EL CONTROL que muchos pretendemos tener. Es consciente del ahora, se libera de expectativas y emprende una vida emocionalmente fascinante ya que no sabe lo que sucederá mañana. Solo sabe lo que está sucediendo AHORA y eso lo disfruta.

  • Honra su palabra, es fiel a sí mismo.

¿Cuántas veces hemos dicho que SÍ, queriendo decir que no? Al hacer esto lo que se compromete por completo es nuestra dignidad, no la que tenemos por el hecho de ser seres humanos, si no la que nos toca a nosotros mismos construir.
Nuestra palabra será VALIOSA si la respetamos como tal. Y creo que va más allá del hecho de sostener una promesa hecha a otros o a nosotros mismos, llega a ser incluso parte de la forma en que CREAMOS el mundo que vivimos.

Si soy fiel a mí sabré dónde estar, con quién estar, qué hacer y qué no hacer. Pudiera ser difícil saberlo, es aquí cuando el SILENCIO nos apoya, cuando la MEDITACIÓN o cualquier medio para conectarnos con nuestro ser nos apoya a saber qué significa ser fieles a nosotros mismos.

En lo personal el método que uso es conectar con mi NIÑO INTERIOR desde mi ser adulto. Sentirme y saberme con la responsabilidad del cuidado, protección y elección de lo mejor para ese niño. Es así cuando se decir que NO cuando es NO y que SÍ cuando es SÍ. ¡Y claro que aún así puedo equivocarme y no tomar la elección adecuada! Claro que aún así puedo seguir rompiendo promesas, seguir cayendo y seguir fallando. Más una persona en inteligencia emocional también tiene a la mano el poder de pedir PERDÓN y perdonar. Se reconoce como un ser PERFECTO en su IMPERFECCIÓN.

Nuestra PALABRA (pronunciada o no) tiene un profundo nivel de CREACIÓN. Más esto lo desarrollo en puntos adelante.

  • Acepta sus emociones.

¿Todas? Sí. ¿Incluidas las negativas? No existe cosa tal. Más ese es tema para desarrollar en algún otro punto. El caso que muchos hemos aprendido que hay emociones que DEBEMOS encerrar en el calabozo de lo prohibido y jamás expresarlas o mostrarlas a los demás y en ocasiones hasta con nosotros mismos.

Un persona conectada con su inteligencia emocional sabe que puede venir a su presente cualquier tipo de emoción y por lo tanto la recibe tal como es. Pareciera tan fácil como hacer chilaquiles, pero a algunos ni los chilaquiles nos salen. ¿Así que cómo se hace esto?

Aquí no puede haber un paso a paso o una lista de cómo hacerle para aceptar todas nuestras emociones y usarlas a nuestro favor. No hay mejor manera de aprender a nadar que metiéndose a la alberca y mejor aún si nos metemos a la alberca acompañados por alguien que ya le sepa a esto del nadado y nos vaya compartiendo su experiencia, que OJO, puede ser muy distinta a la nuestra.

Nuestras emociones siempre provienen de lo que pensamos y una vez las sentimos nos conducen a una acción determinada. Si creo que lo que me está sucediendo es injusto naturalmente vendrá a mí la emoción del enojo y las acciones que vengan probablemente irán encaminadas a hacer justicia, a reclamar, a hacer valer mi voz y mi dignidad. ¿Más que pasa si he crecido en un contexto en donde aprendí que el enojo es “malo” o genera “rechazo” de los otros y lo que yo quiero es aceptación? Entonces vendrá la situación que creo injusta, vendrá el enojo naturalmente y mi acción será reprimirlo y tragármelo… por lo tanto no reclamaré, mi voz no se escuchará y mi dignidad bien, gracias.

Las emociones siempre vendrán a enseñarnos y darnos grandes lecciones y aprendizajes… más si las reprimimos estarán potencialmente haciendo una bomba que explotará de diversas formas que por lo general me afectarán a mí primero.

Quizás no estoy en el contexto adecuado para expresar mi tristeza, de acuerdo. Entonces decido ponerla a mi servicio siendo genuino, expresando libremente que estoy triste, que mi energía es baja, que quiero o tengo ganas de llorar. Créeme que en muchas ocasiones el hecho de expresar una emoción en ves de ocultarla resulta mucho más benéfico y útil para muchos.

Hasta aquí por hoy.

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