La enseñanza de Karius.

Los errores nunca los borraremos más sí los podemos convertir en oportunidades grandes de aprendizaje.

Recibió dos goles que podrían ser calificados como los más tontos e inverosímiles en una final de fútbol y en vez de ocultarse en el vestidor y esconder la cara, nos dio una tremenda lección: de los errores nos hacemos cargo o los cargaremos toda la vida.

Ser responsable es la habilidad de responder, de dar la cara, de no esconderse. La vergüenza naturalmente nos hace escondernos y ocultarnos. Por vergüenza bajamos las manos y permitimos que las cosas sigan su curso cuando por dentro sabemos que somos los “responsables”.

Sin embargo, la vergüenza sumada a la dignidad y el amor propio, nos hacen actuar en consecuencia con nuestros actos. Sea como sea, nos duela, nos enoje o nos entristezca, la dignidad rompe la barrera original de la vergüenza. Es aquí donde la vulnerabilidad da sentido a lo que sucede. Exponernos como seres humanos permite que nazca la empatía y la conexión con los otros. El error nunca se borra, el error se interpreta de una forma distinta y solo así nos puede traer frutos y aprendizajes posteriores. Un error tomado de esta forma da paso a la compasión a diferencia de un error que se ignora o se justifica, desconecta por completo y genera la búsqueda incesante de culpables, clama sangre y venganza.

No puedo más que concluir que esto es la vida, esto es vivir; exponerse a la posibilidad de triunfar y fracasar sin aferrarse a una sola. Vivir es estar abierto a todas las posibilidades y tener la capacidad de seguir viviendo con la consciencia plena de no tener control sobre lo que sucede por más que lo planeemos.

Estoy seguro que Karius no salió al campo de juego planeando tener una noche como la que tuvo, así como muchos de nosotros no nos despertamos pensando que el día de hoy cometeremos el peor error de nuestras vidas o tendremos un golpe de suerte. Más sí podemos salir de nuestras casas pensando en que pase lo que pase y suceda lo que suceda nuestra dignidad y humanidad serán las primeras en aparecer y hacerse responsables de nuestros actos.

Gracias Karius porque nos recuerdas que somos seres humanos y que nuestras posibilidades son ilimitadas. Gracias por responder, llorar, exponerte y hacerte cargo de tus errores.