Feminismo para todas

Las marchas, las pintas en la calle, las performancias de protesta, el arte trasgresor, los tetazos, las empolleradas, y todas las cosas que hacemos las feministas para reclamar y crear conciencia son maravillosas, son una muestra reivindicativa de nuestro poder y de lo que podemos lograr cuando nos organizamos y articulamos recursos y fuerzas.

Sin embargo no es suficiente, sabemos también que aunque las leyes se endurezcan en contra de los agresores y feminicidas si no hay políticas de prevención todas las reformas legales serán insuficientes para lograr el máximo cometido de una sociedad más justa e igualitaria para todas.

Sabemos que mientras marchamos, hay una mujer en el cerro lavando ropa con agua helada sin tener idea de lo que sucede en el ámbito político, mientras hacemos dibujos conmemorativos, una mujer se convierte en madre por cuarta vez sin poder revelarse ni tener autonomía sobre su propio cuerpo. Necesitamos feminismo para todas, de la misma manera como todas las mujeres necesitan feminismo, necesitamos que este nos alcance a todas, que llegue a todos los cerros poblados, zonas andinas, tablazos áridos y comunidades abandonadas por el Estado.

La tarea, como no, suena titánica sobre todo si tenemos en cuenta el boicot constante de los ministerios encargados de mejorar la situación del país, porque su trabajo está lejos de ser por el bien del pueblo más que de sus bolsillos, así que podemos aspirar al menos a llevar educación a las zonas que a menudo olvidamos, que son las que más escuchadas deben ser, donde las necesidades básicas ni siquiera son cubiertas y sobre todo donde se reproducen no solo círculos de pobreza, sino de violencia e ignorancia sobre los derechos de nosotras las mujeres.

Debemos escuchar a las mujeres subempleadas, a las amas de casa, las jóvenes universitarias, las abuelas estudiantes de cetpros. Es urgente destruir la resignación, combatir la opresión para que deje de ser un destino o algo natural, necesitamos que todas las mujeres del país tengan consciencia feminista, que sepan que ese conflicto interno que todas cargamos a cuestas tiene un significado y sobre todo que sepan que esas circunstancias que nos han sido impuestas se pueden cambiar, que los círculos se pueden romper, y para ello debemos tender puentes cada vez más accesibles, para que finalmente podamos envolvernos todas en esta lucha que es de nosotras mismas.

El activismo en redes ha resultado ser infalible para visibilizar problemas, para presionar a las instituciones encargadas de velar por la seguridad o de dar tratamiento a los casos de violencia de género, pero para ser realistas, hay una cantidad inconmesurable de mujeres que no tienen acceso a internet, y ni siquiera a los servicios básicos, que pasan sus días trabajando de sol a sol y más para llevar comida a sus mesas, y sobrevivir en este país cuyos gobernantes son ingratos. El activismo para que sea efectivo, también tiene que ejercerse en las calles, en el barrio, en el vecindario, en la vida diaria.

Llevemos a todas un feminismo que les muestre cuanto valen y cuan necesarias somos las unas para las otras, hay que llevar de boca en boca y reuniones presenciales ese feminismo que motiva, que cambia vidas, que te renueva de dentro hacia fuera y que proporciona una explicación más coherente que el patriarcal dicho “es que eres mujer y así son las cosas” que solo intenta justificar el sufrimiento, el sacrificio y la opresión.

Las feministas debemos transmitir un mensaje que todas puedan entender teniendo en cuenta el nivel de analfabetismo que nos alcanza como es obvio en una sociedad con brechas gigantescas, en mayor medida a nosotras. Debemos hablar desde el feminismo de temas relacionados a la feminización de la pobreza, el racismo, el clasismo y toda las porquerías que trae consigo el patriarcado capitalista y cómo acentúan la opresión y violencia hacia las mujeres.

Hoy más que nunca nos necesitamos TODAS, hay demandas que no hemos escuchado aún y es justo que esas voces perdidas entre los ecos helados de un cerro neblinoso se oigan y lleguen hasta nuestra agenda y banderolas.

El futuro peruano será feminista o no será, y este será de TODAS las mujeres o nunca podrá ser.

Texto original de Kem Kemper