Nosotras por nosotras.
Soy feminista porque cuando era pasante un tipo llevó del pelo a Silvia, su esposa, exigiendo que le quiten el DIU por que “le pinchaba” cuando tenían sexo. Entre lágrimas ella murmuró “por favor retíramelo, ya no quiero más problemas”. Entre lágrimas, porque tenía 5 hijos pequeños que no podía mantener, y aún así era imposibilitada en su derecho de decidir cuántos hijos tener. Ahí entendí que no todas las mujeres estamos en igualdad de condiciones para elegir.
Soy feminista porque cómo enfermera conocí a Carmen, de 13 años, con un recién nacido y herpes genital, porque su “pareja” disfrutaba tener sexo sin protección con muchas otras personas.
Soy feminista porque dando un taller para PROMOTORAS DE LA NO VIOLENCIA conocí a Olga. Su marido le intentó prender fuego por que cuando llegó ebrio, ella se negó a tener relaciones sexuales con él. Lo más triste es que cuando fue a la Policía, su burlaron de ella y le dijeron: “Señora, regrese a su casa a atender a su marido”.
Soy feminista porque trabajando en PBR (Puerperio de bajo riesgo) conocí a Erika, a la que su propia madre vendió a cambio de 300 pesos y 2 gallinas a un señor de 55 años. Nunca olvidaré su expresión cuando me dijo “Pero es bueno, me va bien, no me pega y a veces me deja darle de comer a mis hermanitas”.
Por eso me enferma leer y escuchar que alguien diga “están así porque quieren, por que abren las piernas, porque no se cuidan” POR QUE ESO ES UNA VIL MENTIRA. No todas las mujeres podemos decidir sí queremos o no tener sexo, con quién ni cuándo. No todas las mujeres podemos decidir cuántos y cuándo queremos tener a nuestros hijos.
Soy feminista porque cuando estaba en Kinder un maestro de educación física me dijo que las mujeres teníamos que elegir entre ser bonitas o ser inteligentes, pero que era imposible ser las dos cosas al mismo tiempo. Lo increíble es que durante 20 años ni siquiera lo cuestioné.
Soy feminista por que conocí a la mamá de Viri, una niña de 12 años a la que transporté en ambulancia hacia el Centro materno, porque intentó abortar con una hombrera y estaba a nada de de un choque hipovolémico. Su mamá no dejaba de repetirse a sí misma que eso era su culpa, que ella debió haberse dado cuenta, que debió haber hablado con ella sobre sexo desde hacía mucho.
Soy feminista por que conocí a Leticia, quien llevaba meses pidiendo atención médica por síntomas respiratorios y siempre le decían que lo que tenía era estrés, y en lugar de pedirle una interconsulta a medicina interna se la dieron a psiquiatría. Pasaron meses para que su médico harto de su insistencia, la enviara por lo menos a tomar una radiografía. Leticia tenía CA de Pulmón.
Soy feminista porque SOY ENFERMERA y mi trabajo me ha puesto frente a ésta realidad infinidad de veces y eso me ha permitido hacerme consciente de la desigualdad entre hombres y mujeres que se vive en muchos aspectos de nuestra vida, pero de manera particularmente cruel y violenta en cuanto a nuestros derechos reproductivos y nuestra salud sexual.
Soy feminista porque soy MADRE de dos niños, y deseo que nadie nunca les diga que no pueden llorar, que no pueden sentir, que no pueden bailar, o expresar afecto sin verse cuestionados en su sexualidad. No quiero que su masculinidad esté basada en cuántas mujeres los acompañen, o cuántas peleas hayan ganado. Soy feminista porque amo a mis hijos y quiero que sean libres de ser lo que ellos decidan ser.
Soy feminista porque tengo la convicción de que nosotras, que gozamos de cierta autonomía e independencia económica, intelectual y laboral, tenemos la obligación moral y ética de hacer algo por cambiar la situación de todas ellas.
SOY FEMINISTA POR QUE CREO QUE ESO ES LO CORRECTO.
Soy feminista por que cómo dice Maya Angelou:
“He sido mujer durante mucho tiempo, sería estúpido no estar de mi propio lado”.»
Lic. en Enfermería Diana G. Bañuelos González
Mérida, Yucatán, México.
Agosto, 2018.
* Los nombres fueron cambiados, las historias NO.
Twitter @dianagrlpwr
