Virginia Woolf
“De hecho, como mujer, yo no tengo país”
Nacida en una familia de intelectuales londinenses, Virginia Stephen (Kensington 25 de Enero de 1882 — Sussex 28 de Marzo de 1941) se alimentó desde muy pequeña del arte y la ideas de vanguardia, llegando a ser reconocida más tarde como la más grande representante del modernismo literario del siglo XX.
Los estudios más recientes de su obra la muestran como una mujer que además de visionaria, tuvo una marcada postura feminista, que para la época tan tradicional, es visto ahora como un signo de rebeldía.
Muchas personas se han centrado en el hecho de que Virginia padecía de transtorno bipolar, por lo que los acercamientos a su obra, se han basado en ese aspecto de su vida, pero sin considerar que durante su adolescencia y juventud, sufrió una serie de ataques sexuales por parte de sus hermanastros, ataques que ella misma relató en varios de sus ensayos, pero que en su momento fueron censurados por la sociedad hipócrita que dictaba que de esas cosas no se debe hablar.
A pesar de ser una mujer sensible en un mundo dominado por hombres, Virginia supo resaltar por su intelecto y por sus escritos, estuvo relacionada a eruditos, intelectuales, filósofos y artistas que enriquecieron aún más su formación, ya que ella, como cualquier mujer de su época, no asistió a la escuela ni siguió una carrera universitaria, aunque pertenecía a una familia de altos recursos y contactos sociales, ella al igual que sus hermanas, fue educada por su padre y madre en su hogar, mientras sus hermanos fueron enviados a la escuela. En su juventud y gracias a su brillante intelecto, formó parte del círculo de Bloomsbury un grupo que luego sería conocido porque cada uno de sus integrantes logró revolucionar la filosofía y la literatura, y contribuyendo con el desarrollo de las artes de su tiempo.
A los treinta años, Virginia se casó con Leonard Woolf, otro integrante del círculo de Bloomsbury y con quien tendría una relación de compañerismo y complicidad hasta el final de su vida, entre los dos formaron una editorial que publicó las obras de Virginia, así como la de varios nóveles escritores que luego vieron la fama. Durante esa época, y movida por las ideas de libertad discutidas con el círculo Bloomsbury, se relacionó afectivamente con la también escritora Vita Sackville-West, descubriendo juntas su sexualidad sin el modelo rígido en el cual habían sido educadas.
Virginia Woolf se identificaba con todas las mujeres, más allá de estatus, ocupación o profesión, analizó las circunstancias por las cuales las mujeres se dedican a ciertas actividades, y desde un análisis literario puso de manifiesto que todas las mujeres estamos atravesadas por los mismos problemas, desde un miembro de la familia que es un abusador, una sociedad que no permite el acceso a la educación de las mujeres, que exige el matrimonio e hijos a determinada edad, hasta encerrarnos en la introspección al ver que no tenemos salida. En el ensayo Tres Guineas, Virginia habla sobre el desarraigo de todas las mujeres, en una crítica al fascismo de la época, ella muestra que con todos los problemas entre naciones, lo único que debe tratar de construir es una nación de mujeres, porque nuestro país es el mundo entero.
La presión social, su tendencia a la depresión y la frustración que sufría por la guerra y por no ver el éxito que su obra merecía la llevó a tomar la decisión de suicidarse a los 59 años. La recordamos hoy en el aniversario 136 de su nacimiento, sabiendo que aunque no llegó a deconstruir todo lo impuesto por su época, construyó las bases para un análisis feminista más fuerte y profundo, que felizmente hasta ahora se mantiene vivo.
