El Motivador

Con estos simples consejos puedes ser el motivador que todo el mundo cree ser.

José Valor
Stand Up Escrito

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Ahora resulta que todo el mundo es un motivador. ¡Que fastidio! Motivar a una persona porque tiene baja autoestima solo por un beneficio desinteresado ha resultado ser una nueva tendencia entre las personas que tienen demasiado tiempo libre. Pareciera que todo el mundo es coach y que las clases de coaching las estuviesen dando como los cursos de matemáticas cuando se acerca julio: Cualquiera puede armarlo con 1 pizarrón, un micrófono y gente con serios problemas.

Pero, ¿Qué se necesita de verdad para ser un coach? Fácil. Casi todos los coach han tenido viajes hacia destinos lejanos, raros, no comunes, como la India o Margarita. Allí, en esos destinos, quizás conocieron a algún vendedor de especias o vendedor de empanadas de cazón (dependiendo el destino) que les cambió la vida con una frase como: “Si mezclas la guasacaca con la picante, tienes doble salsa y creas una salsa nueva arrechísima, hijo er diablo”, refiriéndonos al que fue a Margarita, por supuesto. Ese planteamiento les cambió la vida.

Aprovecharon la locación exótica para hacerse una sesión de fotos que demostrara que se están encontrando consigo mismo. Por lo general, siempre es la típica foto de espaldas, en traje de baño, descalzos, con los brazos abiertos (como cuando uno va a abrazar al tío ese que solo ve en diciembre), con los ojos cerrados y el mentón elevado. También puede ser en algún jardín o donde se vea bastante cielo para lograr ese efecto de “Dios hazme tuyo/a”.

Luego de darse cuenta de que su vocación era ser coach, se regresaron a su ciudad y buscaron peos con la primera persona que se encontraron que significara mucho para ellos (esposo/a, madre, padre, hijos, quien sea) para sufrir una experiencia que les cambiara la vida. Una traición de alguien tan o más importante que la señora de servicio de la casa.

Cuando se encontraron solos, tomaron el teclado para contar la historia de sus vidas o los eventos traumáticos. Por lo general, vienen contados de la siguiente manera: Tragedia, tragedia, tragedia, toco fondo, toco fondo, toco fondo, pasa algo milagroso, una luz, esperanza, ascenso al éxito, éxito, éxito, Dios, Dios, Dios. El orden de los factores no altera el producto, porque pueden empezar al contrario y terminar recordando lo mal que estaban en ese momento, o sea, la vieja historia de Marimar, María la del Barrio o María Mercedes, o cualquier novela donde estuviese Thalía y saliera playa.

Cuando quieren ser relevantes, siempre tienen frases elaboradísimas dignas de Julio Bevione o el arquitecto de sueños en crack. Siempre han sido pensamientos de drogadicto, pero la gente no los percibe de esa manera porque siempre están escritos sobre una foto de una cascada o sobre la cara de Mandela o el Papa Francisco. Normalmente, siempre tienen pensamientos burda de fumaos.

Les describo uno: Una foto de un colibrí tomando néctar de una flor. La leyenda dice: “No permitas que nadie te diga que no tienes derecho a volar. Si Dios le da la facultad al colibrí, siendo tan pequeño, ¿Por qué tu no lo puedes lograr? ¿Por ser grande?”

¡¡¡¿WHAT?!!! Mierda, eso es tan de drogos que por un momento pensé que estaba en el medio del Ultra. ¿Qué clase de pensamiento es ese? Ese pensamiento es tan profundo que si uno busca el origen encuentra la partida de nacimiento de Osmel Sousa.

Eso demuestra que solo un tipo de persona puede ser motivador: Cualquiera. Siga las recomendaciones que le di y en menos de 2 semanas ya usted estará haciendo montajes de frases con fotos de mariposas, girafas, leones, peces y Morgan Freeman o Mandela, que vienen siendo casi lo mismo.

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José Valor
Stand Up Escrito

Comediante, guionista, esposo de @AnaPaola27, colaborador del @ChiguireBipolar y @GeorgeHarrisWeb