5.- Levantamiento de Capital (Parte III)

Javier Velasquez
START UPS AND DOWNS
8 min readMay 31, 2018

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Ser un pedinche profesional, que es lo que realmente significa el termino elegante de “Levantamiento de Capital”

Qué hubo, lectora, lector! ¿Cómo andan? ¡Aquí de regreso con ustedes para ver si ya puedo terminar con nuestra historia del levantamiento de capital! Sólo para recordarles un poco, “Pizpurri” nos había prestado a Zorro y a mí una oficina en CrediConfía y estábamos empezando a buscar gente o fondos que quisieran invertir en nuestra idea de Resuelve.

Como les platiqué la columna pasada, en el 2009 no existía una industria de fondos de capital semilla o Venture Capital (VC) muy establecida en México. Había dos fondos activos, uno lo llevaba el canadiense de suéteres navideños (ojetes) y el otro era el arranque de lo que hoy es Angel Ventures de Hernán Fernández. Como no tuvimos tracción con ellos, Zorro y yo tuvimos que voltear a buscar a personas que estuvieran acostumbradas a hacer este tipo de inversiones: las famosísimas 3 Fs (Friends, Family y Fools).

¿Por dónde empezar? Siendo un pedinche profesional, que es lo que realmente significa el termino elegante de “Levantamiento de Capital” (tanto que mis amigos me han amenazado con expulsarme de nuestro grupo de WhatsApp por estar pidiendo/vendiendo todo el tiempo), aquí te dejo el perfil que hemos definido y que nos gusta para esta categoría de inversionistas.

Estas son algunas de las características que buscamos en el F ideal:

1. Tiene lana, pero no demasiada lana

La gente muy rica normalmente tiene un equipo bastante sofisticado que se dedica a manejarle este tipo de inversiones. Típicamente a través de banqueros patrimoniales o, si son muy cacas grandes, a través de su Family Office. Estos “gatekeepers” normalmente creen que es su dinero (tienden a ser muy soberbios), son unas pistolas en el Excel para hacer DCFs, calcular múltiplos y leer estados financieros, pero conocen poco de negocios, por lo que es difícil convencerlos de invertir en un Start Up a una valuación que haga sentido para el emprendedor.

Adicionalmente, una inversión del tamaño que normalmente involucra un start up es muy pequeña para que a las personas muy ricas les mueva la aguja (como diría “George”). Si deciden invertir contigo, es muy probable que no te pelen mucho y luego es más latoso estarlos poniendo al día. Literal les tienes casi que recordar lo que haces cada junta de consejo.

Finalmente, es común que los muy ricos crean que te están haciendo el favor al invertir contigo. Sin embargo, el favor es mutuo. Sí, ellos están confiando en ti y te están dando lana, pero como diría mi compadre “Chichili”: tú los estas invitando a una oportunidad de tener un muy buen rendimiento. Esta última parte convenientemente se les pasa a muchos que tienen chorros de “lletes” (no a todos). El inversionista al que nos referimos lo tiene claro y por eso siempre estará agradecido e involucrado.

El F ideal en términos de patrimonio es alguien que si tu start up vale madres no lo va a llevar a problemas económicos, pero que si eres un home run le haces una buena diferencia. Es muy probable que esta persona se involucre de forma productiva en cómo se conduce el negocio y esto llevará a que te aporte valor porque entiende bien y está al tanto de lo que está pasando.

2. Entiende el tipo de riesgo y plazo que involucra invertir en un Start Up

Cualquier persona que invierta en un Start Up tiene que estar dispuesta a que su inversión se vaya a cero y/o que su lana va a estar “atorada” en este proyecto por lo menos 10 años.

La primera característica te asegura que, si las cosas van regular o mal, no vas a tener al inversionista respirándote en el cuello todos los días, sino que te va a dejar operar el negocio. Además, minimiza las emociones que podrían salir en las discusiones o en las juntas de consejo. Cuando las cosas no van tan bien es muy importante analizar, ser objetivos y dejar las emociones en el estadio.

La segunda característica te da flexibilidad para hacer crecer el negocio. Normalmente cuando quieres sacarle liquidez a una empresa a través del incremento de los márgenes de venta o repartiendo dividendos, tiende a disminuir el monto que podrías invertir en expandir el negocio. Si en el año 2 ya te están dando lata con el margen de EBITDA o con la pregunta: ¿cuándo puedo ver mi lana de regreso?, probablemente te reducirán el monto que puedes estar invirtiendo para crecer.

3. Tiene experiencia operativa.

¡Para nosotros esta característica es oro molido!
Por eso cuando alguien nos pide que recomendemos a un fondo de VC, nosotros siempre mencionamos a los que sus socios tienen experiencia operando negocios. Por ejemplo: Jaguar de Erick Perez Grovas o Dila Capital de Alejandro Diez Barroso y Eduardo Clave.

La razón principal es que cuando llevas un negocio y estás pensando todo el día en su operación, es muy valioso escuchar a alguien que ha atacado o resuelto problemas similares en otra empresa.

En las juntas de consejo o pláticas con un inversionista es muy fregón cuando expones un tema o problema y la conversación arranca así: “nosotros en X lugar tuvimos un problema similar y lo que hicimos fue Y” o “yo vi algún tema parecido cuando estaba tratando de hacer Z en esta empresa”. Esto normalmente arranca una dinámica poca madre de rebote de ideas entre el emprendedor e inversionistas para atacar el tema.

Pero las juntas o platicas que arrancan así: “¿No se te ha ocurrido hacer X?”, son de la fregada. Muchas veces, no siempre, cuando nos pasa esto nos dan ganas de contestar: “¡A pesar de estar dándole vueltas a este problema sin parar 24 horas al día, no se nos había ocurrido tu super idea!” (sarcasmo). Sin embargo, no contestamos eso.

Normalmente perdemos mucho tiempo al hacernos los sorprendidos ante la brillantez y después discutiendo con el inversionista por qué su idea probablemente no resuelve el problema. Ser honestos sería mucho más eficiente con el tiempo de todos. Yo le llamo el juego de la verdad, pero Zorro no me deja jugarlo, ¡jajaja! Decir siempre lo que estás pensando sin temor a herir sentimientos (tipo Sheldon Cooper).

Fuera de broma, la realidad es que la probabilidad de que a alguien que no está involucrado en el negocio y no haya tenido una experiencia operativa significativa se le ocurra una idea que tú no habías pensado, es muy baja.

4. Que no sea mamón

No hay nada más fregón en una persona que la combinación de éxito y humildad.

Si le preguntaran a Andreina (mi esposa), seguro les diría que yo no tengo ninguna de estas características… jaja. A pesar de carecer de la primera, ella haría mucho énfasis en que tengo graves problemas con la segunda. Nuestras discusiones tienden a terminar con frases como: “¿Sabes qué? A la gente le cagan los sabelotodo” o “me vale madres lo que diga The Economist”.

Desde el punto de vista de Zorro y mío, el valor de la humildad está en el saber escuchar para poder entender al máximo los detalles de la empresa o problema particular (el diablo está en el detalle). La combinación del buen entendimiento del detalle y la experiencia exitosa es una gran fórmula para tratar de sacar las cosas adelante.

En un emprendimiento (y por lo general en la vida) la gente mamona no sólo no suma, sino que resta. La correlación entre la gente mamona y la gente que sabe escuchar es –1.

No es tan fácil encontrar a alguien que cumpla con las 4 características que acabamos de mencionar, si tienen candidatos que cumplan 3 de 4, están a toda madre (mamón es un claro dealbreaker). Pensando también en que es probable que encuentren un grupo que se complemente entre ellos porque algunos tendrán ciertas características que a otros les faltan.

Regresando a nuestra historia, Zorro y yo andábamos en busca de nuestros F’s y no teníamos mucha idea de dónde empezar. Ahí fue donde “Pizzpurri” se puso guapo y nos mandó con Alan Smithers que era inversionista de él en CrediConfía.

Si le tuviera que asignar la característica que mejor define a Alan, sería la de anti mamón, pues a pesar de ser alguien exitosísimo y que no cumple al 100% con la característica número 1, Alan es una de las personas menos mamonas que yo conozco.

Fuimos a “pitcharle” la idea de Resuelve a su oficina y le gustó mucho el concepto. Nos dijo
que le interesaba y que él nos podía referenciar a otras tres personas que podrían invertir. Esto fue valiosísimo y arrancó una bola de nieve en donde, de referencia en referencia, fuimos conociendo a los que serían nuestros futuros accionistas.

Lo mejor de la junta con Alan fue que ya cuando nos estaba despidiendo en el elevador y la puerta se estaba cerrando, metió la mano para detenerla y nos dijo: “Cabrones, me encanta su idea, pero si esta no jala seguro encontraremos otra en la que sí la rompamos” y se cerró la puerta del elevador.

A pesar de que trato, no logro acabar con la historia y ya se me acabó el espacio otra vez. Les prometo terminar en la columna de febrero.

Nos leemos el próximo mes. Si tienen comentarios, preguntas, quejas y sugerencias, denme lata por Twitter. Me encuentran como @javivelop.

Publicado originalmente en Entrepreneur.

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