Sobre el mito de poner tu vida personal en hold para emprender

Lux Cuéllar
Startup Studio MX
Published in
5 min readSep 1, 2017

Cuando quieres empezar una startup, todo el mundo tiene algo que decir. Tu papá prefiere que consigas un trabajo estable en una empresa, que para eso te pagó la carrera. Si eres casado, tu esposa o esposo se preocupan de que te vayas a gastar el dinero de la familia en eso… A otros les encanta la idea. Tus amigos dicen que vas a ser el siguiente Uber (y que te piches las cheves). Tus maestros sienten que su trabajo valió la pena porque formaron un emprendedor.

Todo el mundo te da consejos también. Algunos son tan buenos que se vuelven tu mantra, otros son más genéricos y trillados, y entre esos hay uno que a mí siempre me ha hecho ruido: “Tienes que poner tu vida en hold”. Dicho de otro modo, olvídate de tu vida social, de tus hobbies, de tener tiempo libre para pasar con tu familia a gusto, etc. Le he dado muchas vueltas en mi cabeza y hace poco salió el tema con un amigo.

Estaba platicando con Humberto, Co-founder y CEO de Payzi, y me estaba contando cómo nació su startup. “Cuando iba al cine con mi novia y me daban cambio, le decía ‘Ten amor, te quiero mucho’ y se lo regalaba. Me chocaba traer moneditas y me chocaba tener que lidiar con efectivo”. Así nació la idea de una solución cashless para eventos, festivales y otras situaciones en las que manejar cash es una lata.

Pero la idea de emprender nació mucho antes, en un aeropuerto, esperando una conexión con destino a Italia. Humberto de 16 años iba en un viaje escolar y naturalmente en un mundo pre-smartphones, se aburría mientras llegaba la hora de abordar. Típico que agarras la revista random de la sala de espera para matar tiempo. Pero en esta afortunada ocasión Humberto vio un titular que marcó su vida: “La Carrera del Futuro: Diseño automotriz”. No les he contado que Humberto es fan de los carros: manejarlos, hablar de ellos, dibujarlos, diseñarlos, admirarlos… En sus palabras: “Los amo”. Tampoco les he dicho que Humberto no cree en las coincidencias, pero sí en la providencia. Así que su mente de 16 años empezó a planear. “Como en México no existía esa carrera, pero en Italia sí, pensé: Estudio algo en México, hago mucho dinero, y luego me pago la carrera en Italia.” Casual.

Fastforward a los últimos semestres de su carrera en Negocios Internacionales: empieza a desarrollar Payzi (que en ese entonces se llamaba Pulse) para su materia de emprendimiento, y empiezan a hacerse realidad todas las advertencias. “Me llené de canas. Mira, tengo 23 años y tengo canas. Tengo gastritis, reflujo…” y me hace la lista de souvenirs del emprendimiento. Y al final, me dice lo que más me interesa escuchar: “Me di cuenta de que tenía que cuidar mi sanidad. Imagínate que tengo una barrita de esfuerzo que está llena. La mayor parte de la barra se consume en Payzi. Luego lo que sobra se consume en mis relaciones: mi familia, mis amigos, una relación chida. Y cuando se agota la barra, para rellenarla me dedico a mis hobbies: los carros, tocar la guitarra, jugar video juegos de guerra. Todavía no logro dormir 8 horas, pero sigo luchando.”

Cuando la gente dice que hay que poner la vida en hold, definitivamente se refieren a que ya no puedes binge-watch Netflix todas las noches. Pero si te lo tomas literal y te dedicas 24/7 a tu startup, también te van a salir canas (potencialmente sexys pero probablemente no). Y reflujo (nunca sexy). La solución de la barrita de energía figurativa puede ser una manera mucho más razonable (y sostenible) de llevar tu emprendimiento.

Le pregunté si todavía se quería ir a Italia a estudiar diseño automotriz. Me explica: “Quiero ser honesto con el Humberto de 16 años. Mi idea es hacer Payzi autosustentable, en algún punto poner un CEO y yo seguir formando parte del consejo de accionistas. Y entonces meterme a estudiar diseño automotor. Aunque la carrera ya está en México.”

Para concluir la charla, y ya que me estaba soltando toda la sopa, le hice dos preguntas: ¿Cuál ha sido tu punto más bajo en Payzi, y cuál ha sido el más alto?

“El más bajo fue una vez que tuve una discusión muy fuerte con mis co-founders. Sentí que todos estaban contra mí, echándome la culpa. Salí con dolor de cabeza y hasta sentía un lump en la frente. Me puse a llorar pensando ‘Esto no lo tenía, me salió por Payzi’. Pero después de 2 días pensé ‘Esta actitud no me sirve’ y me puse a trabajar.

“El punto más alto que recuerdo fue cuando encontré a mi equipo. Después de 2 años de buscar, al fin tenía un equipo comprometido y con las habilidades correctas que confiaba en mí. Eso fue lo mejor.”

Take aways: Persigue lo que te apasiona. Haz un plan que te motive. Gasta una parte de tu energía en socializar. Ten hobbies que te ayuden a recargar energía. Consigue un equipo genial. La gastritis no es sexy, evítala.

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