El sinsentido
El hub tecnológico del ecosistema emprendedor valenciano
Llevamos cinco años reuniendo esfuerzos, en representación de todos los agentes del ecosistema emprendedor valenciano, para crear un hub tecnológico en un espacio estratégico como La Marina de Valencia y contribuir a su desarrollo como polo de innovación y emprendimiento de la ciudad.
Un proyecto liderado por Startup Valencia con el impulso de grandes referentes del ecosistema valenciano como Iker Marcaide, fundador de Zubi Labs y de Flywire, valorada en 3.500 millones de dólares y primera startup española que cotiza el Nasdaq; Javier Megias, inversor y cofundador de Startupxplore, plataforma fintech de inversión en startups líder en España; Juan Luis Hortelano, cofundador de Plug and Play Spain y de Blinkfire, actual presidente de Startup Valencia; Diego Moya, cofundador de Entrenarme, startup adquirida por Jeff en 2019; Jorge Dobón, fundador de Demium Startups, presente en ocho ciudades de cinco países con un fondo de inversión de 30 millones de euros y muchos otros emprendedores valencianos de éxito.
Lo cierto es que este proyecto empezó mucho antes de esta licitación. La Asociación Valenciana de Startups, actualmente Startup Valencia, ya nació con el propósito de lanzar un proyecto muy potente desde Valencia para Valencia, con el objetivo de apoyar y defender los intereses de las empresas de todos los emprendedores tecnológicos valencianos en materia social, económica y regulatoria. Los estatutos fundacionales de la asociación apuestan por promover la concentración física en un espacio de confluencia, un epicentro del ecosistema que sea el estandarte para atraer talento, inversión y prosperidad a la Comunidad Valenciana.
Recogimos un reclamo de muchos emprendedores que pedían a gritos un lugar donde poder trabajar, crear, innovar y donde las grandes oportunidades se concentrasen. Nos pusimos a trabajar y presentamos un proyecto de todos para todos. Elegimos y apostamos por un edificio sin uso, abandonado y en el olvido, para devolverle su máximo esplendor con una gran apuesta inversora detrás, para seguir con nuestro propósito de crear un gran foco de innovación, talento, inversión y tecnología. Un proyecto tan novedoso para Valencia, tan necesario, que buscaba transformar el modelo económico de nuestra región.
Lo que nunca podíamos imaginar es lo que vendría posteriormente. El proyecto se convirtió en un sinsentido que está frenando la prosperidad de una ciudad, cuyo talento aboga por convertirse en un jugador clave en el gran mapa global de la innovación y tecnología.
Cinco años después, nos hemos visto inmersos y atrapados en un interminable proceso. A última hora apareció un fondo inmobiliario belga al que se le adjudica irregularmente el proyecto, modificando su esencia y abandonándolo después. A principios del año pasado paralizaron las obras de reforma apenas comenzadas y ya han finiquitado a su escaso equipo local, sin que conste actualmente ningún tipo de actividad. Recientemente el juzgado nos dio la razón tras denunciar las anomalías de la adjudicación y ahora el fondo belga ha interpuesto un nuevo recurso que seguirá entorpeciendo y paralizando el hub de todos los valencianos, mientras la antigua estación marítima sigue abandonada cinco años después, todo un sinsentido.
