Valor compartido en las Empresas del Siglo XXI
Un nuevo concepto de empresa llegó para cambiar los estándares a los que nos acostumbraron los programas sociales, de beneficencia y responsabilidad corporativa de los gobiernos, ONG’s e industrias privadas respectivamente.
La línea de diferenciación entre una empresa con y sin fines de lucro se ha estrechado desde hace varios años, esto debido a que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la Filantropía y el mal utilizado Marketing Social han sido difuminados por el valor compartido, un concepto que relaciona el crecimiento de la productividad y competitividad del emprendimiento con el beneficio social, económico y ambiental.
“La creación de valor compartido se enfoca en identificar y expandir las conexiones entre el progreso económico de la empresa y la prosperidad de la sociedad” (Michael E. Porter & Mark R.Kramer).
Todas las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMEs) tienen conexión directa con las comunidades donde producen y consumen sus productos o servicios, pero, al constituir la empresa siempre se prioriza la creación de utilidades. Ahora, preguntémonos: ¿qué beneficios y valor real brindan nuestros productos a los clientes? ¿Y para los clientes de nuestros clientes?
El concepto de valor compartido es disruptivo al reconocer que las necesidades sociales son las que definen los mercados, y no las necesidades económicas convencionales.
Redefinir la misión, visión, políticas, objetivos estratégicos y tácticas de una empresa para la creación de valor compartido no es innovador, es una necesidad tras los abruptos cambios que se viven por la globalización; reinventarse es el inicio de una avalancha de resultados innovadores dentro de las empresas.
Porte y Kramer, docentes e investigadores en Harvard Business School, indican 3 formas clave de creación de oportunidades para la generación de valor compartido:
- Re-concebir productos y mercados
La investigación y desarrollo de nuevos productos y servicios deben responder a necesidades actuales que encontramos en la sociedad, se puede basar en información de los Índices de Desarrollo Humano y Social del gobierno correspondiente o el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), también podemos tomar en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2015 para la agenda 2030.
Responder a necesidades reales de un nicho o segmento de la población puede provocar innovaciones progresivas y de impacto.
- Redefinir la productividad en la cadena de valor
La cadena de valor siempre se ve afectada por agentes externos a la empresa, estos suelen generar gastos, por eso la importancia de la energía y logística, uso de recursos, abastecimiento, distribución y productividad de los colaboradores.
La sustitución del material contaminante utilizado para empaquetar los productos, minimizar los gases generados que colaboran al efecto invernadero y la reducción de residuos sólidos que se producen denota la coherencia entre el aporte social y la productividad en la cadena de valor de una empresa.
- Creación de clusters locales
Los cluster empresariales son esos grupos o conjuntos de empresas asociadas a un campo en particular que se encuentran interconectadas y dentro de una misma zona geográfica.
Los clusters locales normalmente crean la necesidad que aparezcan proveedores especializados, esto colabora al mejoramiento en la productividad y al éxito no solo de la empresa, si no, de la comunidad que la rodea.
La empresas de valor compartido tienen una ventaja competitiva clara sobre las organizaciones o emprendimientos tradicionales, responden a la necesidad puntual de las generaciones millenials y centennials de pertenecer a una compañía que genere valor económico, social y ambiental con sus negocios, consumidores, socios, colaboradores y proveedores.
El valor compartido inicia una era de emprendedores que se convertirán en empresarios sociales, gestores que visualizan un nuevo producto o servicio como la oportunidad de solucionar un problema y aportar a la comunidad.
Los emprendimientos y empresas sociales tiene la oportunidad de generar más impacto que muchas iniciativas que no pueden escalar ni ser sostenibles económicamente. Los resultados sociales de estos empresas vendrán acompañados de productividad, diversificación, competitividad y diferenciación.
El valor compartido no puede resolver todos los problemas que existen en la sociedad, pero, vino a ofrecer una oportunidad de utilizar el conocimiento, habilidades, recursos económicos y capacidad de gestión para liderar el progreso social de maneras rara vez igualadas por las organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro mejor intencionadas (Michael E. Porter & Mark R.Kramer).
