10 cosas que he aprendido desde que soy diseñador freelance

Una recopilación de consejos que me he ido cruzando a lo largo de los casi dos años que llevo trabajando como diseñador autónomo

Álvaro Bernal
Startups (es)
7 min readJun 1, 2016

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Mi estudio en Madrid (foto propia)

1. Nunca cobres por proyecto

Ya hablé de esto en mi blog. Básicamente, revelaba una fórmula para contar horas y facturar que me recomendó ejecutar un cliente.

Divido mis presupuestos en bolsas de horas que cobro por adelantado conforme voy trabajándolas. Esto le permite al cliente realizar pagos de forma más cómoda y a mí me hace recibir flujo constante de dinero (en lugar de largos periodos de tiempo trabajando en sequía). Además, ni el cliente me paga horas no trabajadas, ni yo trabajo más de lo pagado.

2. Solo cobra por aquello que hagas de forma excelente

Este punto es algo polémico y así lo he comprobado con varias personas con las que lo he comentado desde hace tiempo. Por un lado, soy de la opinión de que no debemos lanzarnos a hacer aquello que no sepamos hacer, esas disciplinas en las que no somos excelentes (o no las hacemos, o las hacemos regular). Por otro lado y muy contradictorio, pienso que aventurarnos a entrar en terrenos y contextos inhóspitos alejados de nuestra zona de confort nos ayuda a crecer.

En este tipo de situaciones, a mí me gusta ponerme en la piel del cliente y pensar que soy él. Si tus conocimientos de maquetación no están a la altura de tus conocimientos de diseño, ¿será honesto por tu parte que me cobres por maquetar el diseño y así llevarte el doble de pasta en lugar de tener que repartirla con un frontend freelance? Y lo mismo con ilustradores, diseñadores de identidad corporativa, copywriters, expertos en marketing online, etc.

No sé si finalmente es lo valiente o no, pero yo intento no trabajar nada que se aleje demasiado del diseño de producto a través de interacción. Mi trabajo más amplio empieza con la definición del producto, reunión de requisitos y conceptualización y acaba con la exportación a desarrollo de los assets de la interfaz de usuario. No soy excelente diseñando logos, por eso cuando me lo piden lo solicito a un diseñador de logos de confianza. Y lo mismo si me demandan copys (en especial cuando los piden en inglés) o estrategias de publicidad online, SEO… no sería honesto por mi parte cobrar por ello (ni tampoco quiero cobrar barata la hora, sea cual sea el trabajo que realice, pues es una hora que podría emplear en algo que me proporcione más beneficios).

3. Trabaja solo para quien amas

Para conseguir un resultado excelente no solo te tiene que gustar lo que haces, también te tiene que gustar para quien lo haces. Es imposible sentir motivación y pasión por tu trabajo si lo estás haciendo para alguien a quien no amas.

Yo he dejado de trabajar para empresas que han dejado de gustarme, y por supuesto he rechazado trabajar para muchas que de principio sabía que jamás iba a amar. Tienes que sentirte a gusto trabajando para alguien y no solo hablo de las condiciones económicas, también de cómo valoran tu trabajo, qué tipo de feedback recibes (y cómo/cuándo lo recibes) y qué tan ética es la actividad que la empresa realizaría.

« ¿Diseñarías para una tabacalera, un servicio online que vende datos, un partido político fascista, un banco corrupto que desahucia familias o un fabricante de armas? »

Esto genera mucha controversia y el hacerlo o no debe de ser, bajo mi punto de vista, decisión del diseñador valorando todos los puntos y el contexto en el que estos se desarrollan.

Un punto interesante sobre esto es un artículo de Brandemia escrito por un paisano mío.

4. Sé consciente de cuál es tu disponibilidad

Rara vez cumplimos este punto cuando somos novatos en nuestra actividad por cuenta propia. Pronto nos maravillamos con el dinero que podemos llegar a ganar siendo autónomos y aceptamos proyectos por encima de nuestras posibilidades. Nos cuesta decir que no.

Cuando esto sucede, nos acabamos cruzando con cargas de trabajo difíciles de desentramar, con clientes enfadados por los tiempos de espera (y que por lo tanto no nos volverán a llamar) y con un estrés que no deberíamos tener. También, muy posiblemente, estos factores nos hagan bajar la calidad de nuestro trabajo considerablemente.

Ser consciente de tu disponibilidad es algo que te beneficiará a largo plazo. No trabajarás agobiado, no tendrás descontentos a tus clientes y la imagen que darás a conocer de ti será mucho más profesional.

Además, es raro el mes que no tienes 3–4 solicitudes de trabajo por parte de posibles futuros clientes. No puedes darle presupuesto a todos, y por supuesto, no puedes desarrollar todos esos trabajos a la vez. Una vez agarras tracción y el trabajo te busca a ti en lugar de buscarlo tú a él, este cuarto punto te lo acabas aplicando por las buenas o por las malas. Mejor conocerlo de antemano.

5. Sé consciente de cuánto vale tu trabajo

Poner un precio a tu hora de trabajo siempre está sujeto a muchos calentamientos de cabeza y comentarios. Algunos de por qué tanto y otros de por qué tan poco. Por supuesto no puedes tener una tarifa fija en tu cabeza (aunque sí cierto rango). Tu hora no vale lo mismo cuando realizas mentoring que cuando diseñas una landing page o entras a un proyecto de 10 meses.

En un acto de transpariencia diré que mi hora en este momento oscila de 40€ a 60€ (ambas sin IVA incluido). Depende el proyecto, el cliente y la disponibilidad que tenga en ese momento. Por supuesto, este no es el precio que tenían mis horas hace 2 años y espero que no sea el que tengan en los próximos dos.

6. Cuantifica y mide todo aquello que hagas

En otro artículo de mi blog también mostraba cómo cuantifico mi tiempo. Utilizo una herramienta llamada Ding.io que me ayuda a trackear el tiempo que paso trabajando qué y para quién.

No me molesto de realizar cuentas para ver lo que trabajo, ni por supuesto miento al cliente (ya sea para bien mío o suyo). Mantengo un calendario semanal en el que planifico las horas que voy a trabajar diariamente para un cliente y cuando llega el momento de ponerse manos a la obra, activo mi time tracker. Esto me ayuda a ver claramente cuánto voy a trabajar y cuánto he trabajado. Por lo tanto, me ayuda a mejorar y a ser más organizado y eficiente.

Foto de Unsplash

7. Estima generosamente

Aunque ames tu trabajo, todos tenemos más cosas que hacer aparte de éste, y esas cosas nos quitan tiempo, ganas y motivación. Si no estás motivado a la hora de ponerte a diseñar, déjalo estar un rato (unas horas o espera a la tarde o la mañana siguiente). La excelencia no se consigue diseñando sin ganas, no se consigue diseñando para «terminar y acabar pronto». Ése no es el resultado que tu cliente espera ni por el que paga lo que paga. O, qué pasa, ¿cobrarás a 50€ las horas en las que trabajes motivado y a 25€ las que trabajes sin entusiasmo?

Cuando vayas a realizar una estimación de horas, cuenta con este tipo de imprevistos. Poco a poco te irás conociendo más y estas estimaciones serán cada vez más certeras, teniendo en cuenta todos los factores posibles.

8. Ser bueno con otros compañeros te acabará beneficiando

La competencia genera industria, cosas positivas, nos hace mejores. Cuando no tengas disponibilidad o te soliciten algo que se aleja de tu disciplina maestra, recomienda a un compañero que creas que encaja con el proyecto. Posiblemente él acabe haciendo lo mismo tiempo después contigo. Ya sabes, hoy por ti y mañana por mí.

Además de esto, deja los egos fuera y escucha atentamente el feedback de los demás cuando lo pides. No seas orgulloso en exceso y piensa primero si tiene razón en lo que dice antes de intentar justificarle por qué no la tiene. Normalmente suele ser mejor que te saque pegas un compañero antes de que te las saque un cliente.

9. Tu cliente no es gilipollas

No intentes engañar a tu cliente. No hagas como si él no tuviese ni idea de diseño o de qué le estás hablando. En especial, conforme vayas creciendo y sientas que con los grandes juegas ya (gente refutada o con cierto background, startups que han pegado pelotazos, etc).

« Te cruzarás algún que otro cliente gilipollas, pero por regla general no suele ser así »

Sé honesto, y en relación a lo que comentábamos puntos arriba, intenta que tu cliente siempre quede satisfecho en todos los sentidos. Si no es así, será un cliente perdido y un cliente que no te recomendará. Aunque no te lo creas, en este mundo tan conectado e innovador, el boca a boca hace muchísimo para bien y para mal.

10. Deja que otro haga el trabajo sucio

¿Y a qué me refiero por trabajo sucio? Declaraciones de impuestos, facturas, modelos a presentar, declaraciones de la renta, balances… no pierdas ni un minuto con estos temas, no desvíes tu atención en ellos ni emplees tu valioso tiempo aquí. Contrata un asesor que te inspire confianza y que te lleve todo el papeleo. Dedícate a tener contentos a tus clientes, a ejecutar de forma excelente el trabajo que te apasiona y a ver cómo aparece y desaparece dinero de tu cuenta sin tener que moverlo tú.

Cada minuto que emplees en algo que no sea tu trabajo (el diseño), será un minuto que podrías haber cobrado, haber disfrutado o haber, simplemente, aprendido.

Muchas gracias por leer el artículo. Si te ha gustado, por favor, compártelo para que llegue a más gente. Puedes seguirme en mi blog y en mi cuenta de Twitter.

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