Budweiser, la Superbowl y el vínculo emocional con sus clientes

José Luis Antúnez
Startups (es)
Published in
2 min readJan 30, 2015

Un artículo sobre buena publicidad con historias que tocan la fibra para conseguir una cualidad tan importante como la deseabilidad.

Budweiser es la marca de cervezas por antonomasia en EE.UU.

Desde 1986 han estado emitiendo anuncios sin conexión de guion entre ellos en los que aparecían, con mayor o menor protagonismo, caballos de la raza Budweiser Clydesdales. Se convirtieron en una tradición más de la Superbowl.

Compartir nombre con una raza de caballo es un motivo más que suficiente para tejer una historia, pero en 2010 anunciaron que no volverían a salir los caballos. La decisión generó polémica y debido a la presión popular en Facebook la empresa rectificó.

No es hasta 2013 que deciden hacer algo mejor y diferente. Piensan en una historia que se vaya desarrollando año tras año en cada Superbowl.

2013

Nace uno de los dos protagonistas que como no puede ser de otra forma es un caballo de la raza Budweiser Clydesdales:

2014

El caballo ha crecido y se hace amigo de un perrito:

2015

Y en este 2015 el perrito se ha perdido. Puede que esté en peligro. El caballo llama a sus otros amigos caballos para ir a salvarlo:

En la campaña no puede faltar la etiqueta: #BestBuds.

Los tres anuncios son obra de la agencia Anomaly que tiene un talento especial para el storytelling.

Ha colocado 2 de sus trabajos entre los 5 mejores anuncios de 2014 en la lista de USA Today. El de Budweiser y el que hicieron para Dick’s Sporting Goods: The Hoop. El storytelling de pequeñas historias entre padres e hijos si se hace bien es muy eficaz:

Toyota ha usado esa misma fórmula de padre e hija para su anuncio de la Superbowl de 2015. Junto al de Budweiser es el que más está gustando:

Toda la campaña del nuevo coche que están presentando es obra de Saatchi & Saatchi Los Ángeles y se basa en anuncios de padres e hijos. La campaña se llama To be a dad.

--

--