Pagar por una app cuesta mucho, pagar por un gin tonic no

Por todos es conocido esto, y muchos lo hemos sufrido en nuestras propias carnes. ¿Por qué cuesta tanto pagar por software?

Me fascina desde hace mucho tiempo el hecho de que estamos muy mal acostumbrados a pagar por lo que no podemos palpar.

Cierra por un momento tus ojos y piensa en tu día a día. O mejor dicho, en un día en el que hagas un poco de todo. Te levantas por la mañana y sales a desayunar (2,50€). Estás en la oficina y al rato te apetecerá almorzar algo (2€-3€). Sales a comer (8€-9€, si vas de menú) y al volver pasas por el quiosco y te llama la atención una revista(2,50€-4€). Cuando acabas la jornada tus compañeros dicen de ir a tomar algo… te tomas dos gin tonics a 4,50€ cada uno si son normales, 10€-15€ si son con una ginebra premium. Acabas el día. ¿Eres consciente de lo que has gastado en cosas que en su inmensa mayoría duran muy poco?

Todas estas cosas las pagas casi sin dudar. “¿Son 3€? Aquí tiene”. Ahora piensa que te cruzas con una app que crees que puede gustarte, pero cuesta en torno a un euro y medio… ¿cuántas vueltas le das antes de comprarla?

“Oye Álvaro, ¿tú sabes cómo puedo usar WhatsApp sin pagar los 0,89€ que me piden?”

Esto es algo que me han preguntado muchas personas en el último año, y estoy seguro de que si tú eres el techie de tu grupo de amigos, a ti también. Lo curioso no es que les importe tanto pagar menos de un euro por una app que usan perfectamente 1,5–2 horas al día, sino que en cambio no les importe gastarse 20€–30€ en copas un sábado por la noche. Porque es algo que les he visto hacer a más de la mitad de los que me preguntaban.

¿No le damos valor a lo que no tocamos? ¿No somos conscientes de que una app nos puede durar años mientras que un gin tonic te dura 20 minutos?