Rediseñar Chicfy fue más difícil de lo que piensas

Chicfy es una startup española de reciente éxito. Hace en torno a 8 meses rediseñé su app móvil. Hoy vengo a contar por qué el proceso se compuso de una serie de retos considerables.

Álvaro Bernal
Startups (es)
6 min readJan 2, 2017

--

Algunas pantallas principales del rediseño de Chicfy. Más en mi Dribbble.

Chicfy es una empresa tecnológica que desarrolla una app de compra y venta de ropa de segunda mano entre chicas. La fundó una pareja de andaluces, Nono y Laura, tras un fracaso profesional previo en un negocio convencional y tras haber conseguido algo de dinero en el famoso programa “Atrapa un millón”, de Antena 3.

La historia de cómo llegaron a donde están hoy es digna de leer, y por supuesto la recomiendo a todos. Pero no vengo a hablar de eso ahora, sino de cómo yo diseñé lo que hoy conocemos de Chicfy y los retos que me crucé antes, durante y por qué no decirlo, después.

Un target de usuario complicadísimo

A la hora de diseñar un producto tienes que ponerte en la piel del usuario, ver cómo piensa y cómo actúa. Y eso no es nada fácil cuando miras cómo piensan y cómo actúan las usuarias de Chicfy.

Chicas (exclusivamente), jóvenes, muchas de ellas adolescentes. No valoran excesivamente un buen diseño en la app, no buscan tampoco que la app sea especialmente bonita o llamativa. Necesitan tener todo el contenido posible a la vista y que sea muy atrayente y llamativo, pues es lo que les importa por encima de todo (las prendas y sus comentarios). En Chicfy hay efecto wow, pero no por el diseño o apariencia de la app sino por lo que en ella se alberga.

Por mucho que intentes ponerte en el lugar de este tipo de usuario y por mucho que investigues, son bastante impredecibles. Eso sí, tener una novia, primas o amigas que encajan en el perfil ayuda mucho a la hora de pedir feedback mientras iteras.

Estas usuarias necesitan encontrar algo que ya conocen. No quieren aprender algo nuevo, y si se bloquean en algún momento es muy posible que cierren la app y la desinstalen. Si lo que la usuaria encuentra nada más abrir la app le resulta familiar, será más favorable a quedarse y a interactuar. Parte del diseño de Chicfy está inspirado en Instagram, no es ningún secreto. Es algo que se ve y se nota. Y tiene su explicación.

No tenemos por qué reinventar la rueda en cada interfaz que trabajamos. Si la rueda ya está inventada, aprovechémosla y ocupémonos de otras cosas sin distraernos. En el caso de Chicfy, las usuarias son súper asiduas de Instagram, una red social en la que entran cada 10 minutos, comparten muchísimo contenido, comentan… y lo más importante, siguen a otras usuarias por la ropa con la que posan en sus fotos. Teníamos la oportunidad de crear un Instagram en el que las chicas pudiesen comprar la ropa de otras chicas a las que siguen, además de vender la suya propia y sacar un dinero a cambio de algo que ya no se suelen poner o no les gusta. Y a algunas influencers les funciona bastante bien esto.

Chicfy ya funcionaba, era conocido y tenía tracción antes de mi rediseño

En realidad y como vemos en el título, lo que yo hice fue un rediseño. Chicfy ya funcionaba anteriormente, ya habían cogido tracción mediante un número considerable de usuarias y muchísimas ventas y comentarios al día.

La app no tenía cariño en cuanto a diseño se refiere, pues no habían trabajado diseñadores en ella y todo era fruto de un equipo de programadores que añadía parches en cada actualización acorde a las maniobras de producto… pero esa ausencia de diseño funcionaba (típico teniendo en cuenta el target con el que se trabaja, como explico más arriba). Meter la mano ahí es más arriesgado aún si cabe que diseñar algo de cero, pues puedes ser el culpable de que se tuerza el asunto. Tu diseño puede aportar valor o aportar horror. No sería la primera vez que vemos esto.

Cuando te encargan que rediseñes por completo algo que ya funciona, que la gente usa y que incluso anuncian en la tele, tienes que andar con pies de plomo. Por supuesto para diseñar algo grande hay que arriesgar, pues quien nunca arriesga nunca gana… y nosotros queríamos ganar. Pero desde luego debíamos tener especial cuidado a la hora de modificar algo que ya estaban usando aquellas personas que no son muy favorables al cambio.

Para ser sinceros, Chicfy no deja de ser un mercadillo

Chicfy tiene, por encima de todo, miles de comentarios diarios. Obviamente, más que prendas. Cada semana decenas de miles de usuarias discuten sobre la ropa en venta, negocian su precio o simplemente comentan para decir que les encanta o que ellas tienen una prenda parecida (o la misma) y que la recomiendan sin duda. De Chicfy han salido amistades, peleas y negocios.

Mercadillo de Algete, Madrid. Ropa amontonada, arrugada y muchos tangas. Foto de Crónica Norte.

Esto que acabo de describir, amigos, no deja de ser un mercadillo… o un rastro en todo caso. Un lugar con mucho ajetreo donde se vende ropa mientras muchas personas hablan, discuten y negocian.

Aplicar simplicidad a un mercadillo puede no ser coherente

Estéticamente, un mercadillo no es simple ni sencillo. No hablamos de una tienda de ropa de lujo de la calle Serrano que ha invertido miles de euros en decoración y organización de un limitadísimo stock. Hablamos de un espacio generalmente desordenado, con muchísimos productos concentrados en un mismo lugar y que se encuentra inmerso en un entorno ruidoso y con mucho alboroto.

¿Tiene sentido diseñar un mercadillo minimalista, simple y sencillo? Por un lado no, pues no es lo que la usuaria espera. La usuaria espera ese jaleo, ese alboroto y esa cantidad incontable de contenido, porque realmente es lo que a ella le gusta. Es el motivo por el que acude a un mercadillo y no a El Corte Inglés. Quiere sentirse abrumada y gastar poco dinero.

Por otro lado, sí tiene sentido. Pues aunque tengamos muy en cuenta la vida cotidiana y aquello que queremos imitar, la vía de acceso a las prendas y a los comentarios no deja de ser el iPhone. La app indudablemente tenía que ser usable, y para ello debía de ser sencilla. Encontrar el término medio entre el alboroto de un mercadillo y la simplicidad de una app eficaz y sencilla fue un reto bastante considerable. Siendo honestos, a día de hoy no estoy seguro al 100% de haberlo conseguido con Chicfy, pues como siempre ocurre, no tuvimos todo el tiempo que nos gustaría para investigar, testear y reiterar. Pero generalmente creo que puedo estar bastante orgulloso del trabajo conseguido y de momento las críticas así lo demuestran.

Y llegó el chic para ti, chic para mí…

No es la primera vez que una app o un producto que he diseñado es anunciado en televisión. Pero joder, sí es la primera vez que tiene esta repercusión.

Hablen bien o hablen mal, el spot televisivo de Chicfy ha sido trending topic en Twitter varias veces. Todos lo hemos visto y comentado, todos hemos cantado su canción (aunque sea sin querer) y todos hemos vivido más de una ocasión en la que nos apetecía responder “Claro que sí, guapi”.

Anuncio oficial de Chicfy de 2016. Puedes ver el de 2015 aquí, aunque tuvo muchísima menos repercusión.

Esto provocó que cada vez que el anuncio salía en televisión y la palabra “Chicfy” o “guapi” eran tendencia en redes sociales y búsquedas de internet, también la app se colocaba en el top descargas del App Store. Y ahí estuvo durante semanas.

Cientos de miles de nuevos registros, nuevas usuarias que probaban tu diseño, validando involuntariamente y en tiempo real si realmente funcionaba o no… y todo sumado a la ya más que considerable cifra de chic chic chicas que usaban la plataforma antes.

Esto no deja de ser otro reto más, algo que sabíamos que podía acabar pasando (y así fue). Un reto que debíamos anticipar para hacer un trabajo aún más excelente y eficaz. Porque cuando algo se viraliza y se masifica, pueden lloverte rosas o lloverte hostias.

Apunte al pie: Si utilizas o has utilizado la app de Chicfy recientemente, estaría muy agradecido de que me contaras qué te parece, qué cosas te gustan y qué cosas mejorarías.

Si te ha gustado este artículo estaría muy agradecido si lo compartes. Así llegará a más gente. Puedes leer el resto de mis posts, seguirme en Twitter o consultar mi blog personal. Si estás interesado en mis diseños, dejo mi portfolio a tu entera disposición (mención especial a lo que publiqué en él sobre Chicfy). ¿Hablamos?

--

--