Despertares

Julián Rondón-Carvajal
Suelo en Movimiento
3 min readAug 30, 2020

“La existencia dividida por la razón deja siempre un resto”
- Goethe (1749–1832)

Foto: J.P. Restrepo @jpresshot (Instagram)

I

Murmullos de ciudad. La vida, indescifrable, ondea los minúsculos péndulos de los pobladores del planeta. Atraviesa a la tarde un rayo de luz incandescente, atisbo de caricia soberana. A lo lejos, verdes bosques nativos que imagino agolpados a la sombra de la cordillera, cinturón del tiempo. Se disipa el ruido entre minúsculas voces que arden en preguntas: ¿en qué momento el mundo congeló las alas del relámpago? ¿Es esta realidad distópica el precio por olvidar lo elemental aún en medio de frenéticas rutinas? ¿Cuál es la función del hombre sobre la tierra? ¿Finge la muerte acecharnos o siempre ha convivido, hombro a hombro, entre nosotros?

El silencio se posa como un pájaro que busca refugio en invierno, acicalando con reverencia el peso del aire, fragmento de rocío. A través de la ventana, se degrada el púrpura entre delgadas líneas de atardecer. Mis ojos, estupefactos, recaen en la sutileza del milagro. Allá afuera, aquí adentro, naufraga el caos como un visitante nuevo. Réplica. En virtud estocástica, océanos y cielos permanecen despejados. Sentencia o liturgia. Recurro a la memoria para conservar la existencia. Al unísono, el sueño: tangencial, disonante, lejano.

II

Hoy acaso también se ondea la esvástica negra del luto. Un médico más se ha ido y con él, cántaros de sueños congelados. Pesa la horda de la desolación y de la impotencia. Atribulado, un canto sonoro resuena en el pálpito, canción serena de madrugada. ¿Preguntas? Todas. Un instante de lucidez, ilusión propia del pensamiento. Acaricio el plumaje de la vocación: fuego, romance, alter ego. En secreto, adquirimos el relieve de nuestras pasiones. Dar sin esperar a cambio: ex vacuo del alma que no se miente.

Anticipo la velada del honor sobre la resignación y el acecho. Oculta la noche también de esta oscuridad que no cesa, brillo encuentro en las palabras, a modo de homenaje perenne. Mi rostro vigil, demarcado por señales a presión y aún consciente, es apenas arena removida en el escenario de una batalla a contramano, en el naufragio, a ciegas.

III

Trazo en sesgo la noche. En tierra, el pájaro olvida cantar. Dieciocho eterno, que así reza:

Ha muerto el pájaro aquél que copulaba con el viento en la mañana
Su vuelo había olvidado el Norte
A diario picoteaba el vidrio en mi ventana
De traspasar el viento
sus plumas se desmadejaban sobre el pavimento
Sus patas, de repujado cuero
habían asimilado el gris de la lluvia ácida
Ha muerto el pájaro aquél que copulaba con el viento en la mañana
Lo descubrí a la madrugada, al pie de la cornisa
El sereno congelaba en sus ojos el rocío
Su pico astillado apuntaba a mi ventana

La poesía, también de luto con su reciente partida. A Luisa Fernanda Trujillo, claridad del cristal entre prosa y ceniza. A quien prefirió “el camino de las piedras al de la hierba serpenteada por los pasos”. ¿Será acaso este el prólogo de un éxodo hacia la nave luminosa de la palabra y la ofrenda? El suelo es la distancia de los pasos recorridos, medida y unidad de un fractal en reposo. Converge todo en el cuerpo del poema.

Despierto en el revés del día, entre punzadas de luna llena.

PD: Palabras de un médico a otro que ya no está y voz altiva a una poeta que se inmortaliza.

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JR/C ©

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Julián Rondón-Carvajal
Suelo en Movimiento

Poeta por herencia de Abel Carvajal-Sicard. Docente universitario. Clínico. Libertario. Precursor entusiasta de la Medicina Narrativa. Futuro pulmonólogo.