“Más que esperanza hay un rendimiento ante la bestialidad de estar vivos”

Entrevista con Nicolás y Los Fumadores

Santiago Nieto Aristizábal
Suelo en Movimiento
18 min readJul 6, 2022

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Foto: Álvaro Salamanca

El pasado 19 de marzo conspiramos entre Suelo en Movimiento, el Boquisabroso Podcast y La Espiral de la Caracola para traerles esta entrevista. Hablamos con Nicolás y Los Fumadores, la banda alternativa del momento, por motivo de su visita a Cali en la gira de presentación de su segundo álbum de larga duración, Dios y la mata de lulo o ¿qué hacer en caso de que haya perdido la luz?

Haz click para ver la entrevista en video.

A continuación, la transcripción de la entrevista realizada por Isabella Suárez y Santiago Nieto Aristizábal.

ISABELLA SUÁREZ (IS): Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides al primer y último episodio del año 2022 del Boquisabroso Podcast. Este es un episodio muy particular y especial ya que como invitada tenemos a una banda que no es del pacífico bello, pero sobre todo es especial ya que logramos reunir un ensamble de creadores y realizadores increíbles para llevarlo a cabo.

SANTIAGO NIETO (SN): Bueno, creo que mucha presentación no necesitan nuestros invitados. Nicolás y los Fumadores es una banda de “rocksito” de Bogotá, conformada por Nicolás Correa, Santiago García, Juan Carlos Sánchez y Luis Felipe “Satán” Torres. En el 2018 lanzaron su álbum debut Como pez en el hielo, disco que los llevó a tocar en el escenario principal del Festival Estéreo Picnic al año siguiente. El 25 de febrero de este año lanzaron su segundo álbum: Dios y la mata de Lulo o ¿Qué hacer en caso de que haya perdido la luz?, y hoy nos acompañan desde Espacio 10-60, en Cali, donde horas más tarde estarán cerrando la gira de lanzamiento del álbum.

¿Cómo están? Bienvenidos.

NICOLÁS CORREA (NC): Muy buenas, cómo me les va, gracias.

IS: Antes que nada y primero que todo: ¿con cuál oración se le reza a la Santa Mata de Lulo, patrona de los apagados?

LUIS FELIPE “SATÁN” TORRES (LFT): La oración es la siguiente: “ni conmigo ni con la mata de lulo, nadie se limpia el culo”.

SANTIAGO GARCÍA (SG):Oh creador inefable, tú que eres la verdadera fuente de luz y el soberano principio de la sabiduría, dígnate a infundir en las tinieblas de mi…”, bueno, ya no más.

(Risas)

IS: En Cali el lulo tiene una connotación positiva, culturalmente es muy importante y nos ayuda a describir la realidad. No sólo tenemos una bebida que nos da vida como la lulada, sino que además cuando decimos que algo o alguien “está como un lulo” es porque está en su mayor esplendor. ¿Qué significa para ustedes el lulo y por qué la mata de lulo es protagonista del disco?

NC: Mi tío abuelo se llama Luis Felipe, y el man por alguna razón siempre que hay ese momento de silencio incómodo en una visita o en medio de una charla, rellena el silencio diciendo “Ay, Dios y la mata de lulo”. He querido preguntarle de dónde sacó eso, porque yo sé que tiene que tener un antecedente pero ni idea. De ahí partió la idea principal.

SN: Santiago dijo en una entrevista hace poco que cree que “en medio de todos los errores que se cometieron, se hizo el camello muy bien” y que confía mucho en la calidad del trabajo. ¿Qué nos pueden contar al respecto de esos “errores”? ¿Cómo fue el camino que recorrieron desde que empezaron a hacer este disco hasta el día de hoy, qué tropiezos encontraron?

NC: Yo creo que el primer tropiezo y el más violento de todos fue la pandemia, claramente, porque este fue un disco que estaba pensado para salir en el 2020, más o menos. Empezamos la preproducción de todo en el 2019, después de volver de la gira que tuvimos por varias ciudades, y llevábamos buen ritmo. Hasta tuvimos un momento en el que nos reunimos en la casa de Zipaquirá de Juan Carlos y allá le jalamos harto a las maquetas. De hecho teníamos gran parte del material grabado, nos faltaban las letras, y de repente llegó la pandemia y nos paralizó completamente. En temas más técnicos les presento a Santiago García…

SG: También por el tema de la pandemia y que estuvimos tanto tiempo quietos, cuando retomamos tocó acelerar el proceso bastante, para poder al menos lanzar un disco cuatro años después del primero. Hubiera sido mucho mejor haberle dado un poco más de tiempo a muchas cosas. Entre esas, lo que se me viene a la cabeza son los efectos del bajo. Satán usa muchos efectos en su bajo, que es algo muy particular, pues la mayoría de bajistas tocan con el bajo “seco” y eso es un reto de producción, es algo inusual y difícil de tratar. Eso me ha rondado la cabeza todos estos días; en vivo eso suena mucho más chévere porque ya está mucho más ensayado. En la producción eso y otras cosas tocó acelerarlas y hubo cosas que quedaron sin grabar. En El Túnel hay una melodía de la guitarra que se toca distinto a como quedó grabada. Pero pues ya tocó “parir” ese disco y ya dejarlo ser como está… Sin embargo, creo que estamos muy contentos con el resultado, muy, muy contentos.

SN: ¿En algún momento ustedes pensaron en no sacarlo? Después de tanto tiempo…

JUAN CARLOS SÁNCHEZ (JCS): Yo creo que al revés, creo que ese bajonazo de la pandemia fue lo que le dió ese carácter al disco. Creo que sin la pandemia hubiese sido un disco muy distinto, con el que quizás no estaríamos tan contentos. La mayoría de canciones se definieron por esa parálisis, entonces no es como que tuviéramos todos los temas y luego nos paralizamos y dijéramos: no, ya no saquemos nada. Sino que teníamos muchas ideas que no se concretaron hasta que nos paralizamos. La primera canción [El Sol] es prácticamente eso, de manera muy literal.

Audio de El Sol

IS: Yo sé que cualquier proceso creativo es un trabajo grupal, colectivo; y con ustedes está un grupo de gente que trabaja detrás: está el manager, Santiago Velázquez; está la persona que los acompaña en el sonido, Sebastián Abril; ¿cómo fue esa relación con ellos?, ¿cómo es esa amalgama ahora, a diferencia del anterior disco que no tuvo a estas personas detrás? En los agradecimientos del disco le dicen a Santiago Velásquez “Gracias por despabilarnos”.

SG: Ellos dos han hecho que el proceso sea mucho más eficiente, porque nos quitan cosas de la cabeza que antes cargábamos. Santi en el proceso del disco no estuvo mucho. Abril sí nos colaboró en muchos momentos durante el proceso y él masterizó el disco también, y por eso es que suena como suena.

NC: Yo creo que cuando hablamos de que Santiago nos despabiló en su momento, es porque en la pandemia entramos como en un pozo sin fondo, horrible, donde estábamos, supongo que todo el mundo, como muy deprimidos, con pocas expectativas de lo que iba a ser el futuro porque estábamos encerrados sin nada que hacer. Y pues más en este negocio de la música, digámoslo así, en el que uno vive del espectáculo, de salir, de mostrarse, de que la gente vaya a escucharlo a uno. Creo que habíamos perdido mucho esa chispa, y Santi nos cogió, nos jaló las orejas y nos dijo que quería ser nuestro manager, que le interesaba el proyecto. Y pues es la persona más indicada porque a parte de ser muy bueno en lo que hace es nuestro amigo de toda la vida. Y sí, nos despertó como de ese sueño eterno de pandemia, oscuro.

SG: Esa es otra cosa, tanto Santi como Abril son amigos desde el colegio de nosotros, de hace más de 10 años, entonces todo fluye a la perfección. Nunca nos hemos peleado.

SN: Hablemos de la portada. Es interesante, evocativa, pero uno no termina de entender si hay algo detrás, si hay una suerte de narrativa relacionada con las fotos que utilizaron. Ustedes publicaron una secuencia de fotos en sus redes sociales con el mismo escenario y vestuario de la portada, y dijeron que “la temática, de nuevo, son los cuerpos de agua”… ¿Eso fue intencional, o cómo llegaron a la portada?

Fotos: Juanita Ortega

SG: No tengo la menor idea.

JCS: Un día estábamos charlando con Juanita Ortega, una amiga que siempre nos ha tomado fotos, ha sido directora de todos los videos, y ha estado muy ligada a esa parte de la banda junto conmigo, que he sido el encargado de la parte audiovisual; sobre cómo podía ser esa portada, y pensamos en esa idea de lo religioso que atraviesa al disco, que es algo un poco raro: sin darnos cuenta todo el disco terminó con una obsesión temática muy fuerte. La búsqueda de la luz; ahí hay algo muy religioso. Entonces pensamos en que fuéramos una especie de secta religiosa en un bautizo. La idea al principio era que los tres estuviéramos bautizando a Satán en un lago, todos vestidos de blanco, en túnicas blancas. Pero empezamos a darle vueltas a esa idea de cómo estaríamos realmente nosotros, porque obviamente lo de las túnicas era una idea muy nauseabunda y, como siempre, llegamos a una obsesión que yo he tenido desde antes de Los Fumadores, desde Los Pantalones Elegantes, y es la de tener a la banda como una especie de alter ego, en la que la banda es una especie de orquesta de medio pelo. Entonces vino esta imagen de los trajes. Mi abuelo tocaba en orquestas así en Armero, Tolima; muy poco memorables (risas). Pero sí hay algo de eso, de presentar a la banda como un grupo menor extraño. La idea ya no fue de túnicas sino de convertir eso en un uniforme de orquesta de cóctel, de unos señores muy creciditos, como con mucho cayo ya; maluquitos, olorosos. Con el fondo natural hay una referencia a una película portuguesa que se llama Tabú, en donde hay una banda así, que son portugueses pero en África, entonces hay un contraste muy incómodo, porque son personajes blancos en traje blanco pero con un fondo natural que los desborda. Como que son parte de eso porque viven ahí, pero a la vez no, porque ese paisaje los rechaza. Eso nos gustaba resto con Juanita.

IS: Ahora que dijiste eso de la divinidad, se me vino a la cabeza que mi abuela dice que uno "está pegado al Santo Manto" cuando le pasa algo malo… ¿Ustedes están pegados al santo manto?

NC: Definitivamente.

IS: ¿En este momento?

NC: No, no creo. Sí hemos tenido nuestros momentos bien oscuros, no solamente en esta gira, sino a lo largo de nuestras vidas, me atrevería a decir yo. Pero una conclusión a la que pudimos llegar después, trayendo a colación otra vez lo de la mata de lulo y Dios, es ese paralelo raro entre lo más banal y terrenal con lo más divino, que se presenta no solo en la portada del disco, sino en muchas canciones de una forma como involuntaria. Por ejemplo, La Gloria es una canción que tiene unos coros como de iglesia, y pues no más está el nombre ¿no? Cuando lanzamos el sencillo la imagen era la de una virgen… Y también hay cosas ya demasiado banales y "cualquieras" como El Verano, por ejemplo, que ya es como lo más sexual y natural del hombre, del ser. Entonces ese puede ser un contraste chévere que se generó y que se ve también en la portada: la naturaleza y unos seres blancos ahí en la mitad.

Videoclip de El Verano

IS: ¿Es intencional de alguna manera ese círculo perfecto que abren y cierran en el álbum las canciones El Sol y La Fe? Canciones de nombres luminosos y esperanzadores, pero que al escucharlas son más bien todo lo contrario.

NC: Pues sí, el orden de las canciones sí fue algo que pensamos… De hecho siento que pasó ayer que estábamos en el estudio diciendo como "bueno, ya tenemos todo grabado, cómo vamos a organizar y presentarle esto a la gente". Teníamos unos órdenes tentativos, y este que quedó sí siento que tiene una narrativa muy consciente. Lo que dices de que hay luz o cierta esperanza pero igual las letras son muy oscuras, pues Charlie en algún momento decía que es responsable saber que uno trata esos temas tan oscuros como la depresión, pero no de una forma tan derrotista, como suele pasar a veces, que se trata más como de echarse a la pena, incitar al suicido y cosas así… Sino como saber que todos pasamos por esos momentos y nadie está solo en esto. Siempre hay gente que está sintiendo lo mismo que uno y siempre hay formas de salir de esos vórtices negros que lo consumen a uno. Entonces la idea era empezar con El Sol, que es como “Listo, tengo la disposición de hacer todo, pero tengo una pereza que realmente se puede interpretar como una depresión, que a pesar de tener todo me quiero echar a dormir y ya”. Desde ahí se abre todo ese camino que es el disco, y al final La Fe es como “Ya pasé por todos esos episodios oscuros donde tuve verano, donde tuve que echar call center, donde tuve depresión… Pero pues no estamos solos en esto y siempre hay como una pequeña lucecilla ahí, a la que uno puede ir, y decir que se puede salir adelante”.

Videoclip de El Túnel

SN: Para quedarnos un poco en esa idea, yo creo que El Túnel es un retrato de esta generación que parece haber tocado fondo ante la falta de oportunidades laborales. Sin embargo, ese retrato yo creo que se hace desde un punto de vista de alguien que no ha perdido del todo la esperanza de que en algún momento las cosas puedan mejorar. ¿La esperanza es para ustedes una forma de encontrar el sentido?

JCS: Yo no creo que haya tanto un tema de tener esperanza. Creo que las canciones sí tienden a ser un poco desesperanzadoras. Más que esperanza hay como un rendimiento ante la bestialidad de estar vivo, de lo fuerte que es ese camión que impulsa la vida y ante el que nos rendimos. Y que aunque esté muy oscuro y no haya esperanza, y estemos tan desamparados, y todas estas cosas en las que se insiste en las canciones; igual insistamos en estar vivos, e insistamos en pedir tener toda la vida posible, la vida suficiente. Entonces es rendirse ante esa fuerza, que no es esperanzadora, pero es muy grande. Y ya, que está bien estar vivo, en medio de todo.

SN: Hay otro detalle que me gusta mucho del disco: la transición de El Verano a La Lluvia, del calor al frío, del desespero a… ¿la resignación? ¿Cómo tratan estos temas ustedes? ¿Es el álbum un reflejo de una inestabilidad emocional?

SG: Sí, yo creo que definitivamente es un reflejo de una inestabilidad emocional. Yo creo que El Verano y La Pálida son dos caras de una moneda. El Verano habla de no haber tenido sexo por mucho tiempo, entonces es sobre una situación desesperante, pero lo tratamos con mucho humor y una energía muy ligera. Y La Pálida es todo lo contrario: esa depresión que lo enferma a uno físicamente. En todo el disco hay parejitas. Yo no sé de dónde vino eso, pero definitivamente es así.

NC: Al respecto de las parejitas, en algún momento la idea era que el disco se llamara Sol de Lluvia, porque las canciones desde las maquetas empezaron a surgir así: había unas que transmitían un clima como muy soleado, y otras que eran muy oscuras y muy lluviosas. En un punto pensamos dividir el disco en dos partes, una soleada y una lluviosa, pero al final nos pareció que lo más prudente era mezclarlo todo. Y ahí entra a colación una frase de Último Servicio: “Por más que llueva siempre escampa y por más que escampe siempre vuelve a llover”, y pues en últimas así es la vida. Uno tiene momentos felices, momentos tristes, y uno se la pasa en ese vaivén hasta que eventualmente se acaba la vida.

IS: La única constante es el cambio.

NC: Eso es.

IS: El sueño de los justos es vender a Colombia y repartir de a millón, según ustedes… ¿Pero a quién? Responda cada uno.

SG: A los gringos. En los próximos cinco años eso tiene que pasar. Yo quiero ser gringo…

LFT: A Finlandia,

IS: ¿Para ser el país más feliz del mundo?

LFT: Sí, ahora es Finlandia.

NC: ¿Nos ganaron?

LFT: Sí.

NC: El único mérito que teníamos.

JCS: Culpa de Los Fumadores.

LFT: Al profe le pasa que quiere ser gringo, a mí me pasa que quiero ser europeo. Se lo vendería a Alemania, la verdad.

LCS: Yo se lo vendería a los Char, que siento que tienen el poder adquisitivo pa’ pagarnos de a millón.

NC: A una multinacional por ahí cualquiera. Incluso podría ser una persona natural por ahí que tenga lo suficiente. Igual es que repartir de a millón… Somos como 50 millones de personas en Colombia, o sea no es tanta la inversión y lo bueno de una corporación o una persona natural es que nos podrían dar un sueldo en algún momento como a cambio de trabajo. Nos da la oportunidad de reinvertir ese millón en algo.

LCS: En un Baloto.

(Risas)

IS: Hicimos una encuesta y un grupo de fans nos mandó una pregunta. Para que vayan viendo qué tipo de personas los escuchan.

NC: Ya sabemos, gente muy mala clase.

IS: Dice así: “El disco, como el agua, desdibuja los límites, las fronteras y altera el paso del tiempo; la religión, el humor y los sueños nos salvan de la realidad que duele. En canciones como El Sol, El Verano, La Pálida y Último Servicio; no hay una línea clara entre la realidad y la fantasía, el mundo terrenal y el onírico; la angustia y la desazón invade de tal manera que el sueño se convierte en pesadilla y no distinguimos entre el deseo y la alucinación. En La Gloria nos salva el amor, pero no perdemos el miedo de que todo se lo lleve el putas. Ya habían explorado la temática de los sueños rotos en Corintios y la alucinación en Brisa en Como Pez en el Hielo, pero ¿por qué esta vez se apodera de casi todo el disco? ¿Podrían nombrar algunos referentes o influencias que los hayan ayudado a construir esta narrativa?”

LFT: Oiga, se escucharon muy bien esos discos.

JCS: ¡Yo no sabía que era tan bueno ese disco!

(Risas)

LFT: Yo creo que es por la situación que estábamos viviendo en esos momentos y también por la curiosidad de querer excavar más esas cosas que se proponían en el primer disco. Antes era muy desde la superficie, desde las cosas más inmediatas, de hablar de los objetos más caseros, la nevera, la casa, el cuarto. Uno termina escarbando y terminan surgiendo imágenes más complejas, como la de El Sol, de este sueño que refleja la infancia que uno tuvo.

NC: Hablando de influencias musicales, creo que Sonic Youth es claramente una fuerte influencia en el disco y en nuestra vida como músicos.

LFT: A nivel personal y de mi proceso para mí fue muy importante este disco, porque fue el disco con el que aprendí a tocar bajo. Empecé a profundizar mucho y encontré gente como Laura Lee de Khruangbin o Jenny Lee de Warpaint. Esas dos bajistas influencian mucho el sonido que yo pude aportar al disco.

SG: Siempre va a estar presente para mí el rock argentino. Cerati, Spinetta, Charly. Creo que también hay algo de ellos en las letras, sobre todo algo de Charly. O como pretender ser él. Y también, Velandia, que nos inspiró mucho a hablar como uno habla y no ponerse con tanta maricada. Más bien pensar muy bien qué es lo que se dice sin necesidad de adornar tanto las cosas. Y a mí me encanta Coldplay.

Videoclip de La Pálida

JCS: Yo tuve un periodo muy intenso de leer a Nicanor Parra, el poeta chileno, que para mí fue como una revelación. Lo descubrí después de que terminamos Como pez en el hielo y solo pensaba "por qué no lo encontré antes, este man tenía todas las claves". Y todavía sigue produciéndome una impresión muy fuerte y sigo queriendo entender cómo es que escribe así. Creo que El Sueño de los Justos es casi un intento por escribir como él… “Para qué seguimos haciendo esto, me pregunto yo, para que nos quieran, pa dejar constancia de todo” es un robo directo de un poema de Nicanor Parra, en el que el man dice eso, literalmente, sobre por qué seguir escribiendo poesía.

LFT: Me acabo de enterar.

SG: Yo también.

JCS: Ahí les cuento. No es el único, hay como cuatro robos en ese disco en realidad.

SN: Creo que a Martín de Francisco también le robaron algo, ¿no?

LFT: Esa fue mi idea.

IS: Están robando mucho.

JCS: Siempre hemos robado.

LFT: Estamos en Colombia, hay que aprender.

NC: Robar en sus justas proporciones.

LFT: La bio de Twitter de Martín de Francisco es “Qué verguenza con ustedes”, y eventualmente estábamos haciendo la letra de El Sol y había un espacio vacío y dije, “pongamos eso, por qué no, es chistoso”.

IS: Yo voto por que lo pongamos como que están exaltando a un gran pensador contemporáneo del país…

LFT: Totalmente.

SN: Pasamos de Nicanor Parra a Martín de Francisco.

LFT: ¿Y por qué no?

SG: Es el concepto del disco.

SN: Bueno, ya han pasado varios años desde que ustedes iniciaron con este proyecto musical, con el que por fortuna han tocado en varias ciudades del país. ¿Sienten que el público ha crecido con ustedes? ¿Cómo es esa relación?

LFT: Quiero decir algo sobre la experiencia de tocar el disco. Nosotros teníamos el miedo de “cómo va a reaccionar la gente al oír esta mierda, que dura doce minutos [El Sol], por primera vez” y fue bien increíble. Estábamos tocando en Bogotá, a principios del año pasado, y empezó la parte densa del sueño y la gente empezó a gritar. Yo ahí dije “esto es lo que yo quiero hacer, yo quiero vivir de esto”. Siento que es un público muy fiel que tenemos, se entiende mucho con lo que decimos y se identifica. Es un público que responde mucho. Hay una parte en Último Servicio donde hacemos una pregunta: ¿debimos haberle hecho caso a esta persona que nos dijo que nos retiráramos y no hiciéramos más música? Y en todos estos días de gira la gente siempre responde en coro “¡Nooo!”. Estos días lo he pensado y de hecho quería hablarlo, ya lo estamos haciendo. Qué áspero, qué lindo. Es un público muy hermoso y les tenemos mucho que agradecer.

SG: Volviendo a ese primer concierto después de la pandemia, la primera vez que tocamos El Sol… La parte en la que yo canto “no hay refugio”, esa nota de “refugio” era limpia, yo la había pensado así y así la estábamos ensayando, y cuando la tocamos ese día la energía de la gente me llevó a gritarla. Si no la hubiéramos tocado ese día, la nota hubiera quedado limpia. O sea que hasta la misma gente determina cómo termina siendo la música, que es una cosa hermosa.

NC: El público en todas las ciudades ha tenido reacciones muy similares, que es algo muy inesperado. Como tararear las melodías de la guitarra, o respondernos las letras, es muy chévere. Entonces sí creo que el público crece con nosotros y nosotros con ellos. Es un gran público.

JCS: Yo siento que una parte de nuestro público tiene nuestra edad y empieza a enfrentarse a las mismas cosas, y yo espero estar a la altura del tiempo que pasa y que la gente pueda seguir sintiéndose acompañada. Me da risa alguien que escribió en Twitter como “El nuevo disco de los fumadores me hace sentir como un man de 30 endeudado con el Icetex (...) y tengo 17”, y bueno, pobre hijuepuerca que se esté sintiendo así (risas), pero ahí pensé que qué bueno que haya correspondencia entre el tiempo y las cosas que pasan y lo que podemos decir, y que la gente lo sienta cercano, es muy chévere.

SN: Ustedes mencionan la respuesta tan brutal que tienen en las distintas ciudades… ¿Cómo se sienten con llenar en una ciudad con un público tan difícil como Cali? ¿Por qué creen que sucede esto?

NC: Lo que me di cuenta la última vez que estuvimos acá es que el nicho de gente a la que le gusta la música alternativa y el rock está mucho más grande. La primera vez que vinimos sí pensamos que nosotros también estábamos creciendo y no podíamos esperar un número de gente grandísimo, pero siento que las redes se han encargado de distribuir el material no solo de nosotros, sino de todas las bandas bogotanas, de Medellín, de Cali, a las otras ciudades, y el público está muy dispuesto a escuchar. Y me parece muy chévere que no veo eso solo en Cali, sino en todas las ciudades, la gente ya tiene los oídos abiertos a lo que está pasando en Colombia. Eso me parece muy lindo y ojalá se mantenga así y ojalá vengan más bandas.

SG: Antes de venir a Cali nos habían dicho que el público era muy difícil, hardcorero y metalero, o solo salsa. Como que no había mucha cabida para nuestro género. Yo creo que eso en algún punto fue así, pero que ya hubo un cambio generacional y eso ya no es así. La gente aquí y en todo el país ya está mucho más abierta a otro tipo de propuestas que no son de géneros tan específicos sino todo lo que es alternativo, que al final es cualquier vaina. Yo creo que eso de que el público caleño es difícil ya es un mito.

Instantánea de la entrevista en la terraza de 10–60. Marzo 19 del 2022. Foto: Álvaro Salamanca

Esta entrevista fue una coproducción del Boquisabroso Podcast, Suelo en Movimiento y La Espiral de la Caracola.

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Agradecemos a todos los que participaron en la realización de este proyecto.

Nicolás y los Fumadores son:

Nicolás Correa, Santiago García, Juan Carlos Sánchez y Luis Felipe Torres.

Entrevista:

Isabella Suárez y Santiago Nieto.

Grabación, mezcla y máster de audio:

Álvaro Salamanca.

Grabación de video:

Álvaro Salamanca.

Montaje y edición de video:

Santiago Nieto.

Transcripción:

Isabella Suárez e Ivana Nieto.

Corrección editorial:

Santiago Nieto.

Diseño gráfico del podcast:

Juan Castro.

Agradecimientos:

Juan Pablo Restrepo, Laura Marcela Moreno, Santiago Velásquez y Carlos Marchant.

Música:

"El Sol", y "El Túnel" de "Dios y la Mata de Lulo o ¿Qué hacer en caso de que haya perdido la luz?" (2022), de la banda Nicolás y Los Fumadores.

Cali, Colombia (2022).

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Santiago Nieto Aristizábal
Suelo en Movimiento

Me gusta escribir sobre literatura y sobre música, y también escribo cuentos. Me apasiona pensar en la memoria, los afectos, el sinsentido y la belleza.