Alrededor de mi barrio. Parte V. 26 de junio.

Estos no son tiempos de paz

Blanca Parra
#T5eS🌈 emergencia y esclavitud digital
4 min readJun 26, 2020

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Kiosko morisco en Santa María La Ribera, barrió en el que viví.

Mi barrio tiene un diámetro muy grande. Incluye a la ciudad en la que me reconocí por vez primera y en la que viví durante 25 años, en la que me enamoré solamente una vez y de la que me enamoré perdidamente: la Ciudad de México, entonces solamente Distrito Federal y, más popularmente, Chilangolandia. Soy chilanga de corazón y añoro sus calles, sus paseos, su ambiente, sus antojos callejeros y muchas de sus tradiciones. ROMA y Los Caifanes son películas que muestran o recrean parte de los sitios y experiencias que viví. Carlos Monsiváis fue un fantástico cronista de la vida de la ciudad y de sus personajes; desde su aparición en la revista Siempre!, a cuya lectura me había inducido mi padre, me convertí en devota lectora de su columna Por mi madre, bohemios.

Mi barrio incluye Tepic y sus alrededores, donde nací y transcurrió mi infancia y mis primeros años de adolescencia y a donde regreso al menos tres veces al año, con excepción de éste que no es precisamente permisivo. Incluye la frontera, Tijuana y puntos circunvecinos, donde pasé ocho fantásticos años y donde agregué amistades que son familia. Y muchos otros lugares en este extenso territorio que llamamos Patria, en donde viven familiares y amigos que son familia.

Esta mañana, el cuarto jinete del Apocalipsis, del que hice mención en otro texto en esta misma revista, hizo su aparición para hacernos saber que ninguno de nosotros está fuera de su alcance. Durante la semana, en esta entidad federativa (Guanajuato) las acciones del Cartel de Santa Rosa de Lima obligaron al cierre de carreteras entre Irapuato y Celaya, su territorio “natural”. La detención de la madre del jefe de ese grupo criminal generó una tremenda ola de violencia en la zona, como describe El País, y se esperan consecuencias graves.

Varios son los grupos criminales con suficiente poder como para poner en jaque a la población entera; para retar al gobierno que no ha querido enfrentar el problema. Los secuestros, extorsiones y asesinatos son ya parte de las noticias cotidianas y, tal vez por ello, vamos perdiendo la dimensión del impacto que tienen no solamente sobre las familias afectadas directamente sino que nos alcanza, de una manera u otra, a todos los habitantes del país.

El atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México fue la nota que ocupó toda la mañana en los noticieros en radio y TV, pero fue solamente uno de los hechos sangrientos del día, sin duda el de mayor relieve por las implicaciones que tiene. En paralelo se informaba del hallazgo de 15 cuerpos sobre la carretera de Durango a Zacatecas, además de otros asesinatos en la misma zona. Pero ocurren hechos similares en diferentes lugares, por todo el territorio nacional.

Esta misma semana, el señor que ocupa el más alto cargo de la Nación declaró que fue su voluntad la que hizo que liberaran al hijo y heredero de El Chapo, en octubre pasado. En los últimos días de marzo, ya en plena pandemia, se acercó a saludar a la madre del Chapo y a convivir con el grupo que rodeaba a la mujer. Hay una diferencia notable en el trato a la madre de El Chapo y la madre de El Marro y pareciera que éste no lo va a perdonar, relata El País.

El atentado de esta mañana es un desafío para las autoridades, dice el ex subprocurador de justicia de la capital del país y, a estas horas de la tarde, casi 12 horas después del suceso, el mismo señor presidente sigue de gira, porque eso es su afán, porque carece de estrategias y porque le vale sorbete lo que ocurra más allá de sus intereses personales.

Tenemos también desastres naturales, agravados por las deficiencias en materia de regulación de las construcciones, la negligencia en reparar o demoler edificios dañados que siguen siendo ocupados tanto en CDMX como en las zonas donde los terremotos, ciclones, etc. se presentan con más frecuencia, aunado a la desaparición de fondos originalmente destinados precisamente para atender desastres.

Mi extenso barrio requiere de la unidad que este gobierno se ha empeñado en fragmentar desde el púlpito de sus mañaneras y desde las cuentas de Twitter de sus acólitos. Necesitamos vernos como lo hemos hecho cuando las grandes tragedias nos han golpeado: un pueblo unido al que no le importan colores partidistas, camisetas futboleras, religiones, o cualquier otro rasgo por el cual somos capaces de atacarnos en tiempos de paz, incluida la cuestión de si el queso de las quesadillas es opcional.
Este no es tiempo de paz.

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Blanca Parra
#T5eS🌈 emergencia y esclavitud digital

Matemática, docente/investigadora, madre. Vivo en León, Mexico. Me encanta cocinar, leer, caminar y conversar. https://about.me/BMPM1