Ciencias en una escuela abierta
VIII Feria de Ciencias Fundación Educativa Myland en el @ParqueAlamillo.
Nos motiva buscar soluciones, encontrar alternativas a los retos que la educación plantea. Quedarse en la presentación del problema es quedarse corto en los tiempos que corren. La introducción de las competencias STEM (Ciencias, Tecnología, Ingenierías y Matemática, por sus siglas en inglés) o STEAM (por las mismas siglas anglosajonas donde le insertan las Artes) o ESTEAM (las mismas agregándole la Ética) es uno de esos temas que resultan urgentes pues el avance de las gigantes tecnológicas sin el necesario contrapeso del sistema educativo y de la sociedad civil en sentido amplio solo agrava la sensación de declarar una Emergencia Digital, tal como se ha hecho con la Emergencia Climática.
En la VIII Feria de Ciencias, organizada por la Fundación Educativa Myland hubo la oportunidad de percibir como, en una escuela orientada a la educación abierta, se ha ido madurando en la construcción de conocimiento con la participación activa de estudiantes, docentes, padres y representantes.
Uno rasgo que impacta inicialmente es la alegría al demostrar lo que cada grupo logró. Cada quien desde su rol dentro de la escuela. Lejos de ser una competencia, que pueden tener su utilidad, esto era una fiesta colectiva, una feria.
Otro rasgo a destacar es que cada elemento de la feria es mostrado con orgullo por sus realizadores. Destacaba cada quien el concepto que abordaba junto al propósito de hacerlo interesante al observador. Los autores (estudiantes, docentes y familiares, como se comentó antes) parecen comprometidos con hacer didáctica y entretenida cada experiencia. Claro que hay responsabilidades pero el resultado es de todos.
Desde la perspectiva pedagógica es notable que la institución asume y promueve que el camino es fuente vital del aprendizaje. El intentar, equivocarse, comprender lo que funciona y lo que no, corregir, mejorar y sentir la satisfacción avanzar a paso. Esto fue constable conversando y observando con personas que están en diversos roles dentro de la comunidad educativa.
En esos intercambios, ahora con los encargados de la orientación del colegio, se hizo patente la atención a integrar armónicamente la formación en estas competencias con la indispensable sensibilidad y empatía hacia lo humano, las consideraciones hacia el otro y hacia el planeta que se habita.
Es esta última una tarea compleja y complicada. Las escuelas no son burbujas aisladas de un entorno donde, directa e indirectamente, se promueven valores que amenazan una convivencia sostenible social y ecológicamente. La transición de los aprendices de contextos controlados a ambientes cargados de intereses y visiones disímiles también es problema abierto para los colegios de educación abierta.
