Crónicas confinadas a fuego lento II
Arte en tiempos de luces y oscuridades
El arte no siempre nació para estar confinado en la galeria o museo de turno. El arte también ha sido y sigue siendo una forma de ver el mundo desde fuera, el espejo donde mirarse, aunque a veces duela, como dice la canción, aunque nos devuelva una imagen deformada y poco atractiva de nosotros mismos .
Pensemos en la “era”, en los tiempos de la llamada “Ilustración” , en el “Siglo de las Luces”, en el “culto” a la razón…
A nivel artístico, ese culto desmedido a la Razón trajo sus consecuencias y sus sombras . Un culto que también se vería cuestionado y rebasado por una serie de nuevos postulados que apostaban por la imaginación y por la libertad creativa frente a la rígida norma y el academicismo imperante que marcaba los principios del “buen gusto”.
Así surgen una serie de pintores en toda Europa, llamados “visionarios”, que plasmaron un mundo onírico y fantástico en cuadros y grabados. Se oponían a la estricta norma clásica repleta de reglas y ofrecían un nuevo espectáculo en sus obras, basado en la fantasía, lo sensible, la diversidad de la realidad, lo posible y, a veces, en lo feo, lo horrible y la pesadilla.
El sueño de la razón produce monstruos …
Evidentemente, lo han adivinado, uno de ellos, de los más grandes genios del arte , es y sigue siendo, Francisco De Goya y Lucientes, Goya a secas .
Francisco de Goya contrajo en 1792, durante un viaje a Andalucía, una extraña enfermedad que lo dejaría sordo y lo recluiría en un mundo introvertido y solitario donde tuvo que enfrentase a sus propios fantasmas y los de toda su época . Eso ya se sabe, lo sabemos, conocemos sus alucinantes pinturas de su “confinamiento” en La Quinta del Sordo, sus aterradores Aquelarres , su imponente Saturno devorando a sus hijos, sus viejos desdentados comiendo sopa …
Aunque Goya no se inspiraría en motivos religiosos, la Biblia, la mitología o la literatura como sus coetáneos visionarios europeos, sino que lo hizo directamente de la realidad cotidiana, del ambiente revuelto y convulso que le rodeaba, a caballo entre dos siglos que se debatían y languidecían artísticamente entre el Neoclasicismo y el Romanticismo.
Goya no necesitó desplazar su imaginación hacía un mundo fantástico fuera de lo terrenal, lo real . El pintor, en su crítica de la sociedad española de la época, profundamente inculta y supersticiosa, llegó a “lo horrible”, a lo siniestro, al caos. El maestro abrió el camino a un mundo por explorar en el arte , se adelantó al expresionismo y también, al surrealismo. Un visionario …
Fijémosno en una de sus estampas de “Los desastres de la Guerra” la Nº 30 titulada “Estragos de la guerra” . La estampa ha sido vista como “un precedente del Guernica por el caos compositivo, la mutilación de los cuerpos, la fragmentación de objetos y enseres situados en cualquier lugar del grabado, la mano cortada de uno de los cadáveres, la desmembración de sus cuerpos y la figura del niño muerto con la cabeza invertida, que recuerda al que aparece sostenido por su madre a la izquierda de la obra capital de Pablo Picasso”.
La historia del arte es un bucle continuo de preferenecias e interferencias, de éxitos y fracasos.
Ya volviendo a este siglo XXI y a esta nueva oscuridad en forma de pandemia que nos azota , desconocemos qué nos deparará a nivel creativo esta panedemia, qué espejo , que imagen nos devolverán en sus futuros trabajos los artistas tras pasar por esta experiencia .
Las grandes crisis bélicas y económicas siempre han supuesto un punto de inflexión en el arte. Unos breves apuntes: La deplorable situación social y la práctica quiebra financiera tras el Crack del 29 fue un acicate para “forjar un nuevo arte sobre la identidad nacional” en Estados Unidos, siendo Grand Wood, Hopper o Geogia O’ Keefe algunos de sus referentes.
El Futurismo y el Dadá sugieron al calor de la I Guerra Mundial, el expresionismo abstracto fue una reacción visceral y artística a la II Guerra Mundial. Suma y sigue…
La última crisis provocada por este virus que ha paralizado el mundo no será para menos. Es incierto saber si durante esta pandemia o después de ella se están generando o se generarán nuevos movimientos o discursos artísticos, si tendrán un nombre o una identidad o si se harán un hueco en los libros de historia.
En todo caso, el arte siempre estará ahí como legítima forma de hacernos sentir más humanos, más personas, con nuestros defectos y virtudes. Es por ello que necesitamos también a los y las creadoras visuales, no olvidarnos de ellos y apoyarles para que puedan seguir creando y enriqueciéndonos con nuevas miradas sobre el mundo y sobre nosotros mismos .