¿Humanismo Tecnológico como escudo protector?

España quiere ser líder en Europa desde la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

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Carme Artigas es una reconocida experta en inteligencia artificial y está al frente en España de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. De una reciente entrevista publicada en el diario El País comentamos algunos puntos.

Carme Artigas, Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y ex-CEO de Synergic Partners. (Carlos Luján)

Al preguntársele sobre sus prioridades menciona cinco (¿no son como muchas si se quiere ser eficiente y efectivo en algo?): 1) Situar a España como un país puntero en IA. 2) Acelerar la transformación digital de las empresas españolas, con especial foco en las pymes y en generar el entorno apropiado para desarrollar la economía del dato. 3) Hacer mucho más eficiente la Administración digital. 4) Liderar el debate del humanismo tecnológico en Europa. 5) Elevar el nivel de competencias digitales del país, apostando por el desarrollo del talento y el emprendimiento digital.

Loables y ambiciosas pero se puede sugerir considerar que hay algunas que son indispensables para abordar las demás. Por ejemplo la elevación del nivel de competencias digitales del país. Sin ello, entendiendo que incluye el desarrollo de una cultura de la información o infocultura, lo demás vendría a significar una mera capacitación de la población en el uso pasivo de las tecnologías digitales. Visto así sería lo opuesto a su propósito de ser líder en el debate del humanismo digital. En síntesis, las competencias digitales de la ciudadanía darían pie a avanzar en las otras prioridades.

De manera similar, acelerar la transformación digital de empresas y hacer más eficiente la Administración digital estarían supeditadas a esa quinta prioridad que da pie sólido a un giro a lo digital centrado en la gente y que no dependa de la oferta de recursos tecnológicos disponibles en el mercado.

Se desprende de sus declaraciones que las requeridas competencias digitales se determinarán e impulsarán con el Plan Nacional de Habilidades Digitales, donde están involucrados los ministerios de Educación, Ciencia, Industria y la Seguridad Social. En anteriores participaciones públicas la Sra. Artigas ha dicho que considera clave que la educación se base en el pensamiento crítico, en la comprensión de las matemáticas, el pensamiento lógico, la ética y moral. Esos parámetros mas las humanidades, de la cual se ha manifestado como firme partidaria, conforman un atractivo marco de referencia para el Plan Nacional de Habilidades Digitales.

La Secretaria de Estado se muestra optimista y ella lo justifica basada en su experiencia. Manifiesta que ya las empresas desarrollan algoritmos éticos por diseño, sin presión del gobierno. Como dice que le consta que es así se puede interpretar que es un tipo de práctica común en Synergic Partners, empresa integrada en Telefónica y donde llegó a desempeñar el cargo de CEO.

Afirma, además, que será fácil encontrar consensos “porque todo el mundo entiende perfectamente lo que hace falta para avanzar en la transformación digital”. Creo que mas bien que lo que está claro es que NO TODO el mundo entiende lo mismo cuando se habla de lo que hace falta ni hay mayor consenso sobre de qué va la cacareada transformación digital. Para una mayor parte de los ciudadanos es probable que eso signifique incorporar ordenadores sin consideraciones de otro tipo. Proliferan las metodologías que funcionan como una suerte de manuales de auto-ayuda para cubrir el proceso así asumido erróneamente. Precisamente por esos desacuerdos y desconocimientos es que se requiere el construir una cultura digital donde se dé el valor justo a la información y se creen los consensos para las acciones requeridas a los diversos sectores sociales y que materialicen un humanismo tecnológico.

En el camino a establecer las mejores prácticas anuncia que diseñarán una estrategia basada en una matriz de riesgos. Los detalles se verán en la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial que verá luz en marzo.

Los usos controversiales de la IA, como el reconocimiento facial que se está usando de manera abusiva por gobiernos y empresas, se combatirán asumiendo que con la perspectiva y los valores europeos se establecerá un cordón sanitario que impedirá la instauración de un capitalismo de vigilancia. Pero otros medidas son necesarias para bloquear esos desmanes. Y es que las prácticas opresivas de la IA, las que violan los derechos de los ciudadanos y son instrumento de control social ya están activadas y un escudo de protección de esa naturaleza no tendrá efectos retroactivos.

Viene a lugar recordar lo que la ahora Secretaria de Estado acotó desde la empresa privada:

No solo hay que regular la publicidad en Internet, sino la manera en que debe funcionar la economía, los nuevos modelos de negocio, la ética empresarial alrededor de los algoritmos, que para mí es un tema muchísimo más importante: cómo garantizas la igualdad de oportunidades, la no discriminación social en este nuevo mundo en el que se mueven el big data y la IA. El debate ya está en los ambientes tecnológicos, pero debería permear a todos los sectores.

Buena voluntad es insuficiente para hacer que el poder de la IA permita que los ciudadanos controlen a los gobiernos y a las grandes empresas. El humanismo tecnológico es indispensable pero no suficiente.

Una observación final, la apuesta de la Sra. Artigas por probar normas de conducta para determinar mejores prácticas éticas, dejando que el mercado se auto-regule es riesgosa. Luego será inútil lamentarse por los efectos indeseables. Ya hemos advertido sobre el nefasto impacto de un Chernobyl Digital.

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