Montevideo y la pandemia . Parte 11

Al no haber colapso se puede leer mejor el relato.

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Al no haber colapso se puede leer mejor el relato. La construcción social de la realidad, que día a día, imagen a imagen, noticia a noticia, se va armando alrededor de nuestras casas. Hace varias semanas que cada noche se daba una conferencia de prensa de autoridades del gobierno, anunciando medidas de varios tipos. Algunas, pocas, sanitarias, otra y variadas económicas. Todos los días a la hora de la cena, un comunicado, un nuevo ladrillo para tu pared. Como prólogo, un reporte de casos, los nuevos (una media de 10 por día), los recuperados (sin verificar), los test (la mitad de los recomendados), los Pacientes en CTI (nunca más de 15). El viernes siguieron el ritual. Nosotros mirando y ellos contando, 600 test, 6 casos nuevos. El sábado no hubo conferencia de prensa. Y lo curioso fue que pasó la hora de la cena y no había reporte de casos. Casi nos vamos a dormir con la incógnita. Pero llegó de noche, tarde, la noticia. 46 casos nuevos, 3 muertes (algunos medios dicen 2, todavía no entiendo el motivo). Son números bajos comparados con el mundo, tan cierto como que son los más altos que tuvimos hasta ahora. La TV, al otro día, decían “tranquilos, hay muchos casos porque 3 son en 4 geriátricos (algunos medios dicen 3, todavía no entiendo el motivo). También muestran un asentamiento de viviendas irregulares en que apareció un caso, luego dicen que hay dos asentamientos, muestran el rancho desde afuera, jamás vimos desde afuera la casa de una persona de clase alta infectada. Decían que no se iba a complicar mientras no llegara a los viejos y a los pobres, pero por lo visto si llegó. A los viejos y a los pobres, si este virus los afectara sólo a ellos, dudo que alguien hubiera dejado de trabajar.

Pero nadie se pregunta cómo lo hizo. No hay forma de saberlo, se hacen pocos test. Se dice que se hacen pocos, porque hay pocos test en el mundo, pero nosotros tenemos de sobra porque hay pocos casos, pero alguien me explica que no es que haya pocos test, es que hay pocos hisopos para los test. Irónicamente pregunto (¿no hay un palito con un algodón en la punta?), me contestan con sorna, “no es un palito, es un complejo sistema lubricado que va a un cultivo que bla bla”… o sea, no hay test suficientes, o si hay test pero no se pueden hacer, es lo mismo, el resultado final que importa es que no hay test, no hay datos, no sabemos quién está infectado y dónde. No sería tan grave estando en cuarentena, pero cada día se habilita algo nuevo, las escuelas rurales, los supermercados, los bares, y ya se está hablando de las escuelas públicas y los centros comerciales. Con tapabocas obligatorio, eso sí. ¿Habrá sanciones para quién no use tapabocas? No, claro que no.

Hay ejemplos en el mundo de gobiernos de “derecha” y de “izquierda”, que actúan, digamos que misteriosamente, como si fueran del mismo sino político. A veces el Sistema, la Organización global, apenas deja margen para distinguir unos de otros.

El conocimiento cotidiano, o vulgar, descubrió, de la peor forma, la constatación de que el conocimiento científico es dinámico. Pero la hipercomunicación, los mezcló al punto de escuchar a la OMS cambiar de opinión de forma empírica. Nadie puede asegurar que el uso de tapabocas sirve o no sirve. No hubo tiempo de generar las experiencias epidemiológicas que verifiquen esos datos, no son objetivos, demostrables, reproducibles, ni nada de lo que se le supone al conocimiento científico. Es la valiosa opinión de expertos, que hace un mes dijeron que no servían pero ahora opinan que si sirven.

Supongamos que algo de lo dicho no sea correcto. Lo que sí es claro es la respuesta social, el relato construido. El fin de la cuarentena voluntaria, aunque permitiera que un trabajador que quisiera respetarla recibiera un mensaje muy directo de su jefe “si no venís a trabajar te echo”. El relato de lo imposible de la cuarentena obligatoria, poniendo de ejemplo Argentina, hablando de miles de detenciones y excepciones. Nada parece funcionar del todo, pero nadie cuestiona al sistema.

¿Aparece un caso en una zona donde no había casos?: “No se preocupen, ya le hicimos test a todos los que anduvieron en la vuelta”. Pero ¿no hay que esperar 10 días para hacer el test?… “Naa… de acá a diez días ¿quién se va a acordar que había un caso positivo tomando mate con cinco personas en una plaza pública?” Lo que importa es el relato, lo que queremos que pase por sobre lo que pasa.

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