Montevideo y la pandemia. Parte 15

En Asterix, la 1ª viñeta era un mapa del Imperio Romano que mostraba en un rincón a la aldea de los galos, intacta. Eso es Uruguay.

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En las historietas de Asterix, la primera viñeta era un mapa del Imperio Romano que mostraba en un rincón a la aldea de los galos, intacta. Eso es Uruguay. Decenas de muertos en Argentina, cientos de muertos en Chile, miles de muertos en Brasil. Recuerden que eso significa que, por ejemplo en Rivera, donde la frontera no es un río, ni una montaña, ni un muro, o sea que si uno camina en zigzag por la calle pasa de Brasil a Uruguay cada dos pasos, hay de un lado veinte casos y del otro lado ninguno. Mientras el foco mundial de la pandemia se establece en América, dejando atrás lo de España e Italia, en Uruguay se reporta un caso por día. ¡1 caso por día!

En los comics de Asterix, siempre me había dado cierta rabia que no fuera tan meritoria esa independencia, o sea, entre que los romanos eran puestos como idiotas y que los galos peleaban drogados, ese territorio inmaculado no parecía producto de las buenas políticas de sus gobernantes tanto como de la incompetencia de los conquistadores. En Uruguay pasa igual, no hay una explicación en base al mérito, se tomaron medidas a tiempo, por supuesto, pero también se incumplieron. La gente se quedó en la casa, no toda, muchos por necesidad y muchísimos por necedad, salieron a diario. Lo hemos descrito muchas veces. El debate sobre la obligatoriedad o no de la cuarentena, el propio presidente lo deja sobre la mesa como válido, si las cifras se dispararan, no hay argumentos para no hacerla. Pero, por suerte, es una discusión pasada, o innecesaria, de momento. Lo que sigue llamando la atención es la toral falta de cambio frente a lo que pasó. No sólo eso, sino que se haya agravado lo peor de nosotros.

La vicepresidenta, abanderada del gobierno en algo parecido al feminismo, dice en un reportaje que las denuncias por violencia de género han bajado un 80%. Dijimos “es esperable que baje estando encerradas”. Al otro día salió a disculparse, era 8, no 80. Contrario a lo que parece, no es un error de un cero, es un error de tamaño, es un error de comprensión, de lectura del problema. Lo mismo pasa con los datos de la pandemia. Se logró que pasáramos de esperar el informe diario a la total indiferencia. Las conferencias de prensa con los anuncios, ya se hicieron previsibles, desgastantes. Los noticieros, con su bombardeo diario, lograron que nadie les prese real atención. El virus más contagioso de la historia, en nosotros aumenta de a 1 caso. Ni siquiera hay una lógica biológica. Y cuando salen a explicar que al fin y al cabo la cifra oficial depende la hora y de la cantidad de test, la gente ya está mirando su propia vida, su casa, su aldea. Descubre entonces que los meses que vienen son terribles. Si ya era difícil sobrevivir al sistema, imaginen ahora. Caerse del carrusel era una tragedia, una persona activa podía tardar años en volver a subir. Pues estos meses, nos hicieron bajar a todos, y lejos de parar el carrusel aceleró, y ahora nos gritan de arriba “¡¿Qué hacen ahí abajo!?, ¡Suban!”. No hay la mínima señal, ni la más remota posibilidad de ayuda a las clases medias, o a las pequeñas empresas. A los pobres les dieron canastas, a los ricos exoneraciones de impuestos.

Hay 5 personas en cuidados intensivos, y el gobierno compra respiradores. “Por las dudas”, dice el presidente. Parece que abren las escuelas, pero la Universidad ya dijo que hasta setiembre no habrá clases presenciales. La cifra de suicidios se dispara (no es muy afortunada la frase).

Lo que vaya a pasar no depende de Uruguay, ni del Mercosur. Al fin y al cabo, cualquier gobierno, mientras no sea el de Trump o el de Bolsonaro, que son negadores y sólo piensan en la economía, hacen algo intermedio en un mundo capitalista. Quien debería dar la luz de esperanza es la ONU, incluso por recomendación desde la misma OMS. “Gente, vamos a parar el carrusel, vamos a jugar a otra cosa”. Es imposible, lo sé. Pero también sé que se está por demostrar que “esto” sea posible. No está tan claro. Pasaron sólo un par de meses y hasta los que siguen en el carrusel están mareados.

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