Cada vez que miramos una película de David Lynch, pareciera que ingresamos en un mundo inédito, totalmente por fuera de la lógica normal. Es un mundo donde todo es posible, las contradicciones son habitables y lo perturbador está a la vuelta de la esquina. Su cine comienza ya, en 1977, con una película titulada Eraserhead, en donde el elemento principal es un bebé anómalo, una criatura perturbadora. Inicia así un repertorio de films surrealistas que no cesan de inquietar al espectador.