Magia en la mueblería

Manuel MARV
Taller Verano Creación Literaria
4 min readJul 30, 2020
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“¿Por qué debo usar mi único día libre para comprar un estúpido mueble? Además de perder tiempo pierdo dinero”. Era viernes, no relativamente temprano, pero se suponía que al fin iba a tener todo el fin de semana libre. Lily tuvo que buscar una tienda de muebles usados, no le alcanzaba para uno nuevo, así que solo esperaba encontrar algo que al menos funcionara.

Encontró una tienda pequeña, todo estaba amontonado y a penas podía pasar entre los muebles, estaba segura de que encontraría una o dos cosas encantadas, estaba dispuesta a alejarse de esos objetos, no necesitaba más complicaciones en su vida.

Cerca del fondo de la tienda encontró finalmente una mesa de noche, era de madera obscura, se veía vieja pero resistente, Lily la miraba fijamente, parecía salida de un cuento de hadas, o quizás de una granja, pero le encantaba ese sentimiento mágico que le generaba. Pero no estaba segura de que encajaría en su cuarto o si fuera uno de esos objetos que los que se quería alejar.

“Es una mesa hermosa, ¿te la vas a llevar?” Una voz la regresó al mundo real. Atrás de ella había una chica un poco más pequeña que ella, tenía el cabello ondulado, de un rubio rojizo y un vestido corto y de colores claros. “Llévatelo, no creo que quede bien en mi cuarto”. “Pues si eso no queda en tu cuarto no creo que nada aquí lo haga, ¿Cómo qué estás buscando?”. “Solo busco algo simple, nada fuera de lo común, sólo quiero remplazar la que rompí anoche” ¿Por qué le dijo lo último? Lily no era alguien a quien le gustara compartir con desconocidos, pero esta chica y su tierna sonrisa le inspiraba tranquilidad.

“La verdad, si encuentro algo blanco me lo llevaría sin pensarlo”. “Hmmm, si en serio buscas algo así creo que vi uno así por el otro lado, sígueme”. La chica la tomo de la mano, Lily la sujetó y se dejó llevar.

Caminaron hasta el otro lado de la tienda, casi flotando, era como si fueran en línea recta por un prado. “Es este, no tiene mucha personalidad, pero funciona”. Tenia razón, solo eran pedazos de madera unidos en la forma de una mesa de noche, pero al menos estaba pintada de blanco. “Tu mano es muy suave. AB miró hacia abajo, vio que todavía la sujetaba, la soltó en cuando se dio cuenta y alejó la mirada. “Ammm, gracias por tu ayuda” Moría por dentro, sin embargo, sintió calma, como si la chica la reconfortaba, así que volteó y vio una sonrisa aún más cálida, la chica tenía los ojos cerrados, pero sentía que la veía claramente. “Paris, mi nombre es Paris”. “Gracias por tu ayuda, Paris.” No parecía un nombre real, parecía de un sueño. “Iré con la encargada para pagarle, gracias otra vez”. Y así como así la dejó y fue con la encargada.

Después de preguntar por el precio, preguntó por el envío. “Lo siento, pero no tenemos esos servicios, verá, somos una tienda pequeña”. No quería tener que buscar en otro lugar y perder más tiempo, pensó en cómo se lo llevaría, pero no encontraba respuesta. “Lo siento…”. “Yo te puedo ayudar” la interrumpió la chica que le había provocado tanta confianza. “Vengo en la camioneta de mi papá, la puedo llevar a tu casa”.

Si dejaba que la ayudara, una extraña sabría dónde vive, como llegar y tal vez hasta podría ver el interior de su departamento. No puedo dejar que vea todo mi desorden, fue lo único que pudo pensar después de imaginar todas las posibles consecuencias. “Si no es mucha molestia”. Para cuando respondió Paris ya estaba esperando en frente de la tienda frente a su camioneta. “Perfecto, solo subimos mi mueble, el tuyo y nos vamos” No sabía que una voz tan suave podría demostrar tanta seguridad ante un desconocido.

“Muchas gracias por tu ayuda, Paris. No sé como agradecerte”. Casi no hablaron en el camino, pero el silencio nunca fue incomodo, disfrutó ver a Paris de reojo, le gustaba la ropa que usaba y la tranquilidad que emanaba, además de lo adorable que se veía conduciendo frente a un volante que se veía enorme. “Podrías decirme tu nombre” Lily entró en shock, ¿cómo era posible que no le hubiera dicho su nombre?, se sentía como una tonta, no podía verla a la cara. “Lily, yo… lo siento, lo olvidé por completo”. “No te preocupes, es un nombre muy bonito” Lily, se sonrojó. No quería que Paris pesara mal de ella.

“Déjame invitarte a cenar, ya sabes, por haber sido grosera”. Ahora era Paris la sorprendida, su calma desapareció, casi como se hubiera convertido en una niña, se enrojeció, a Lily le dieron ganas de abrazarla. “Me encantaría”

Lily no encontró ningún objeto encantado, pero si encontró magia en esa tienda, la magia que Paris la hizo sentir, que hizo que decidiera arriesgarse a complicar aún más su tan ajetreada vida.

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