Las tetas de la Lorena y los tontos alienados

España Bizarra
Tamaras mentales
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6 min readApr 27, 2015

Salvo que seas un invertebrado que vive bajo alguna olvidada piedra, o un turolense, habrás reconocido la escena costumbrista de arriba. En caso de que no, te la explico:

La sonriente muchacha de blanco es Lorena de Souza, modelo profesional según su bio de Twitter. Brasileña afincada en Canarias, conoció a finales del año pasado a Kiko Rivera precisamente a través de Twitter (para luego digáis que no se puede, perdedores) y, según la versión que se dedica a airear en los últimos meses por televisión, no solo pasó una noche con el mushasho, sino que luego éste le pidió fotos guarrillas por guasap. Lo normal en los tiempos del cólera. Gracias a ella hemos podido saber por ejemplo que Kiko «se tira peditos mientras duerme» y que «es de los que se tumban en la cama y esperan que lo hagas tú todo», cuestiones que personalmente debo confesar me dificultaban la siesta en los últimos años.

El cretino de gafas es Kiko Hernández, un colaborador del basurero televisivo Sálvame Deluxe que el pasado mes de marzo fue condenado a seis meses prisión por apropiarse indebidamente (=estafar) 14.000€ de un cliente de su antigua inmobiliaria. Emprendiendo, que es gerundio.

La escena en la que ambos miran arrobados a cámara corresponde al programa del sábado 11 de abril, al que Lorena acudió para mostrar el resultado de su operación de aumento de pecho, muy contenta con el trabajo realizado por el cirujano. En un momento dado, Kiko se acercó para comprobar personalmente la consistencia de la silicona, y ya que estaba bajó el vestido el Lorena para que toda la audiencia contemplara el aspecto de sus lolas, provocando así los aplausos del público y tertulianos. Sí, Matamoros y la Patiño de pie aplaudiendo. Fuck yeah. Si en estos precisos instantes se está apoderando de ti el mismo sucio instinto que te obliga a mirar la sangre cuando pasas junto a un accidente de tráfico, y no te dan miedo las posibles secuelas, aquí tienes el vídeo.

¿Reacciones? Pues te puedes hacer una idea echando un ojo al hashtag #lastetasdeLorena: «Telecinco vuelve a denigrar a una mujer en directo», «lo siguiente una violación en directo y toda esa gentuza aplaudiendo», «ella puede hacer con su cuerpo lo quiera, los demás no», «no se lo esperaba y cuando ha pasado no ha sabido reaccionar», etcétera.

Bien. Se mezclan varias cosas aquí:

  • ¿Es lícito que una señora exhiba su cuerpo en un programa de televisión? El consenso, cuestiones de buen o mal gusto aparte, parece ser que sí.
  • ¿Es aceptable que un señor le baje el vestido a una señora, dejándola en tetas en mitad de un programa de televisión? Claramente no. Nunca, y da igual que la señora sea ligerita de cascos o no. Así que ¡oprobio! ¡Brea y plumas para ese perro judío!
  • ¿Y si todo estaba pactado de antemano? Ajá, esta es la pregunta del millón.

Para empezar, no sabemos si lo estaba. Parece que sí. Lorena puede tener 19 añitos, pero pocos pelos de tonta. Como ella misma ha declarado, fue «a cazar a Kiko Rivera porque es un personaje famoso». Su paseíllo por platós y revistas pajeras es por tanto un deliberado plan para impulsar su carrera de modelo… o por abandonarla y vivir del cuento, lo que antes ocurra. Asumiendo que no sabía cómo se las gastan en el Sálvame (¡!) y que lo sucedido fuera un abuso en toda regla, ¿qué tal reaccionó Lorena? No en ese momento, que igual estaba en shock, sino luego. Pues que sepamos no se personó en comisaría a denunciar. El domingo posteó una foto en porretas hecha en el mismo camerino de Mediaset. Y poco más. Aparente normalidad.

Pero aquí llegamos al sorprendente e inesperado giro de guión: da igual. No solo la pobre Lorena es una víctima de esta sociedad que propicia y celebra el abuso femenino, sino que lo era desde mucho antes de que éste ocurriera. Incluso aunque ella accediera voluntariamente a colaborar con Kiko en tan lamentable espectáculo, incluso aunque esté feliz y contenta con el resultado del mismo, no sabe lo que hace porque tiene el seso sorbido desde pequeña por esta opresora sociedad heteropatriarcal.

Qué estupidez.

Idiotas patriotas

Foto de Aimlessly

Una foto parecida a la de arriba brotó hace unos días en mi timeline. Las respuestas fueron de gran calado intelectual: «¿eso no es meterse con los que están alienados por estarlo?», «llamando “idiota” al obrero alienado creo que se va a conseguir poco», «¿y ese estado no se encarga de imponer un patriotismo en la mentalidad del obrero para legitimarse?», y sus correspondientes flames, Godwin incluido.

Pues lo siento, yonquis de la alienación, pero no cuela. Para que un colectivo de cierto tamaño, por ejemplo un país entero, esté alienado deben darse varias circunstancias fáciles de detectar: alguien con voluntad real y medios para alienar (hola, @norcoreano), una ilusión completa en los alienados de que todo está bien cuando obviamente no lo está, y un control estricto de todos aquellos medios que podrían romper tal ilusión.

Sin embargo, el español medio es un quejica de tomo y lomo, que reconoce lo que le ocurre y opina que no es normal, pero aunque sabe que pueden hacerse cosas para remediarlo, incluso que en otros lugares y otras épocas se han hecho con éxito, no mueve el culo. Esto no es un problema de alienación, sino de falta de voluntad. O de pereza: es menos cansado quejarse.

Estamos en el siglo XXI y hay una cosa que se llama Internet, que sirve para tuitear estupideces y ver porno, pero también para acceder a miles y miles de recursos con los que conseguir por menos de 1€ al día una educación antes al alcance de solo unos pocos. ¿El problema? De nuevo hacen falta voluntad y tiempo. Y sí, hay gente que duerme bajo un puente y otra que tiene que trabajar de sol a sol para llevar pan a su mesa, pero resulta que en este santo país más dos millones de personas con hogar, pan y televisor dedican horas de su vida a tragar voluntariamente mierda, así que la excusa del tiempo es mentira para el grueso de la gente: si viven en la ignorancia es por pura y simple pereza. Porque así lo eligen.

Incluida la pobre de Lorena.

Podríamos rizar el rizo y argumentar que no, que la alienación ocurre a otro nivel. Que lo anterior es cierto, pero un sistemático lavado de cerebro asegura que todo el mundo esté convencido de que cualquier esfuerzo de cambio será baldío. Mira, no. Esto es como el gordo que sabe que debe y puede adelgazar, pero termina poniéndose ciego a pasteles. Te va la vida ello, así que mueve el culo. Tus excusas son autojustificaciones.

El último cruzado

Quizá alguno esté ahora pensando que esto no se puede consentir, y que habría que poner coto a los sinvergüenzas que se aprovechan de esta situación para medrar, y que qué mejor misión en la vida que rescatar al idiota de sí mismo. Pues no.

Esta visión paternalista de la realidad, en la que se desprecian los mínimos que hacen adulta y por tanto dueña de sí misma a una persona, es moralmente cuestionable. Si acordamos que el grueso de la población mayor de edad sin taras físicas ni mentales que le impidan valerse por sí misma es adulta y por tanto dueña y responsable de su ser, nadie tiene derecho a sacarles del charco de fango en el que libremente decidan meter sus vidas. Salvo ellos mismos, claro.

Puedes predicar en el desierto, incluso puede que llegues a convencer y vencer, pero más te vale no hacerlo desde tu superioridad moral, porque no está por encima de sus derechos inalienables. Ojalá el vulgo no fuera tan inculto y compartiera (o al menos comprase, joder) tus ideas, pero qué se le va a hacer: prefiere quejarse del empresario opresor mientras ve las tetas de la “pobre” Lorena en Sálvame. Puedes aceptar este panorama desolador o negar la cruda realidad y convencerte de que están alienados, pobres. Buen suerte con tu cruzada: no te la agradecerán.

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España Bizarra
Tamaras mentales

Cazador de gamusinos, coleccionista de bizarradas, rotondismo violento