Un familiar perdido en Silicon Valley
Silicon Valley cuenta con todo tipo de personas. En nuestro camino, nos encontramos con emprendedores seriales buscando las próximas tendencias, CEO’s de empresas internacionales, inversores de riesgo y otros más extraños como ingenieros aeroespaciales de la NASA. Sin embargo, hoy tuve la posibilidad de conocer a una personalidad única: el tío.
Levy, un primo lejano perdido en el árbol familiar apareció hace unos años en Argentina y parte de la familia tuvo la oportunidad de conocerlo. Sin embargo, yo me había quedado con las ganas. Por eso, al momento de emprender esta nueva l aventura, no esperé un solo minuto para enviarle un mail y poder tener la oportunidad de hablar con el.
Pasado el mediodía, junto al equipo, llegamos a su modesta casa ubicada en el corazón de Silicon Valley, en un barrio muy tranquilo de casas bajas. A nuestra llegada, nos recibió de manera muy amistosa y chistosa con su esposa. A partir de ese momento el viaje cambió. Levy, nacido en Israel, tiene una infinidad de invenciones bajo su brazo. Luego de una amplia experiencia en la academia concluyendo con su PhD, decidió fundar su empresa, Zoran.
Desde el nacimiento de la empresa, Levy siempre buscó productos radicales y únicos para poder cambiar el mundo. Gracias a eso, en su carrera profesional, Zoran obtuvo más de 1200 patentes.
La cámara digital, la impresora color, la televisión HD, el celular con cámara y el formato JPG están dentro de sus inventos.
Después de mostrarnos sus grandes tesoros, dentro de los cuales se encuentra la primera cámara digital de la historia, nos entretuvo contando la cultura de Zoran que posibilitó la innovación a través del tiempo.
Una historia tras otra, estábamos anonadados de lo que nos contaba. Que charla con Zuckerberg, el desafío de crear un procesador en tiempo récord, un viaje a Brasil por solo tres horas, Levy nos dejó con grandes enseñanzas sobre su historia como líder empresarial e inventor que desafió su entorno para hacer de este mundo un lugar maravilloso.
No solo buscó la innovación en sus nuevos procesadores, sino buscaba innovar en cada sector de su empresa: la manera de contratar nuevos empleados, cómo producir y cómo vender.
Hacia el final de nuestra conversación, Levy dijo algo imprescindible:
Es necesario equivocarse y fracasar para poder ser un buen líder. Si no fracasas, es que no estás tomando suficientes riesgos.
Levy, dentro de su gran sabiduría, no se permite ser ingenuo. Destacó que todo lo que logró no hubiese podido ser posible sin su cuota de suerte. Con sus más de 70 años Levy no descansa. Sigue pensando en el futuro aconsejando empresas, invirtiendo en otras y pensando en nuevas soluciones en el campo de la biomedicina, que a su entender es el futuro. Pero, su gran pasión estos días no se encuentra rodeado de los tiburones de Wall Street sino de los que se encuentran en el mar, ya que más de tres veces por semana sale a nadar al mar y le permite mantener una mente intacta al igual que un cuerpo saludable.
Ojalá que en la próxima semana que se avecina podamos encontrarnos con gente tan o más brillante que Levy. Por ahora, seguiremos disfrutando y aprendiendo cada vez un poco más de este lugar único que invita a personalidades únicas y diferentes de los lugares más recónditos de la tierra a poner manos a la obra y cambiar el mundo aportando su pequeño grano de arena.
