Artículo: “Fenomenología y psicoterapia humanista-existencial”

Se considera que la psicoterapia de orientación humanista-existencial tiene una filosofía y metodología de carácter fenomenológico. Sin embargo, los conocimientos teóricos y prácticos que tienen los psicoterapeutas que utilizan este tipo de enfoque a menudo es vago e inexacto, lo cual puede deformar y limitar el ejercicio profesional.

Como mencionan Sassenfeld & Moncada (2006), en la actualidad se reconoce la importancia que tiene el hecho de que los terapeutas comiencen a reconocer y subrayar la relevancia de los supuestos filosóficos que subyacen a la práctica psicoterapéutica. Evidentemente, en el caso de la psicoterapia humanista-existencial, es importante conocer la fenomenología y el método fenomenológico.

Consideraciones generales sobre la fenomenología

Esta corriente filosófica tiene sus orígenes formales con la obra de Edmund Husserl. Sin embargo, es entendida más como un movimiento filosófico que reúne diversos desarrollos heterogéneos en una misma área que como un sistema teórico delimitado por los planteamientos de este mismo autor. Sin embargo, el trabajo de Husserl es una buena aproximación a la fenomenología. Algunas de sus posturas son: a) Insatisfacción con el método científico positivista aplicado en el campo de estudio del mundo externo y la realidad psicológica, b) Consideración de que la imagen del ser humano y del mundo (que se estaba formando del siglo XIX-XX)se alejaba de la experiencia genuina que las personas tienen de su entorno y de sí mismas, c) Concepción de que los procesos psíquicos son intencionales (hacen referencia y están ligados a objetos y/o sucesos que se encuentran en la realidad externa).

Para la fenomenología el individuo nunca experimenta una “experiencia” o unos sentimientos, siempre tratan, se derivan o están en situaciones-en-el-mundo. Husserl encontró que el mundo humano total realmente estaba implícito en nuestra experiencia y que las supuestas entidades externas eran meros constructos teóricos (Gendlin, 1973 citado en Sassenfeld & Moncada, 2006). Dado lo anterior, se puede decir que la fenomenología representa un intento por superar o trascender esta separación categórica entre sujeto y objeto.

Las experiencias, tal como el individuo las vivencía, no son separables de y siempre están dirigidas hacia algo, son sobre algo, de algo o con algo; constituyen una reacción a algo y nunca corresponden tan sólo a una especie de entidad concreta y aislado dentro de una mente o cuerpo determinado (Sassenfeld & Moncada, 2006).

Aunado al punto acerca de que el método científico positivista era insuficiente para abordar ciertas temáticas se hace una distinción entre actitud natural y actitud fenomenológica. Se considera que la primera consiste en “no poner en entredicho y dar por supuesto”, así como también supone que existe una realidad objetiva independiente de quien la percibe y estudia. La segunda se refiere a una actitud que permite aprehender y observar la intencionalidad de los procesos psicológicos como estructura constitucional y pre-reflexiva de la experiencia humana.

Como mencionan Sassenfeld & Moncada(2006) ya que los psicoterapeutas humanistas encontraron en la fenomenología un fundamento filosófico útil debido a la afinidad y semejanza con sus respectivos puntos de partida, desarrollaron psicologías cercanas a lo humanamente experimentable, las cuales se basan en la experiencia inmediata, ya que todo cuanto sabemos del mundo y del ser humano lo conocemos mediante nuestra experiencia. Por lo tanto, el mundo debe percibirse del modo en que se presenta a cada uno en el marco de sus experiencias para así alcanzar un entendimiento psicológico comprensivo.

Aspectos fundamentales del método fenomenológico

Desde la fenomenología, los dos puntos básicos que guían la investigación son el fenómeno y la experiencia. A su vez, son aspectos centrales de la relación intencional entre individuo y mundo. Un fenómeno es la apariencia/forma específica en la que el objeto de estudio se presenta a sí mismo de modo inmediato a la conciencia del observador. Mientras que la experiencia es la forma personal de experimentar el hecho de nuestra existencia en el mundo y los fenómenos internos y externos momento a momento (Sassenfeld & Moncada, 2006).

Se debe tomar en cuenta que lo real es relacional, pues esta es una co-construcción que se produce entre el observador y lo observado. Por lo tanto, se debe reconocer la existencia de innumerables realidades válidas.

Dado lo anterior, y de acuerdo a Sassenfeld & Moncada(2006), se puede decir que el fenómeno y la experiencia representan los pilares que sostienen el método fenomenológico y el objetivo de la investigación fenomenológica es la comprensión de los fenómenos tal como se muestran a la conciencia de quien los experimenta y observa. El punto de partida fundamental en la investigación con esta orientación es la descripción lo más completa y exhaustiva posible del fenómeno a partir de la experiencia directa e inmediata que el investigador tiene de éste. Esto implica que los fenómenos deben estudiarse teniendo en cuenta todas las circunstancias externas en las cuales se manifiestan así como también los procesos psíquicos relacionados de quien los estudia. Es decir, la fenomenología intenta alcanzar una comprensión basada en lo que es obvio o relevado por el objeto de estudio y no en los juicios de valor del observador.

Ya que en la exploración fenomenológica se da mayor importancia a “lo que es o está siendo”deja fuera lo que “fue, será, podría o debería ser”. Es decir, la información relevante proviene de la vivencia inmediata de un momento determinado.

Sin embargo, esto ha sido objeto de muchas críticas puesto que las experiencias individuales son difíciles de homogeneizar, es decir, distintas descripciones de un mismo fenómeno serán diferentes, lo cual puede determinar, limitar y/o distorsionar la experiencia que un individuo específico tenga de un fenómeno.

Por lo anterior, es importante el proceso continuo y sistemático de refinamiento de la capacidad de “darse cuenta” del investigador y de reducción de cualquier prejuicio o preconcepción que se albergue con respecto al fenómeno (Sassenfeld & Moncada, 2006). Es decir, se debe poner en práctica la EPOCHÉ (suspensión temporal de nuestras preconcepciones), con el fin de hacer al investigador consciente de los sesgos. Esto permite “volver al mundo” tal como se nos presenta con anterioridad a nuestro conocimiento de él y a toda determinación científica, abstracta y simbólica de sus características. Así, se adopta un ideal de ser “nuevamente influenciados” (tanto como sea posible) por las características fundamentales de la experiencia.

Fenomenología y psicoterapia humanista existencial

A los terapeutas humanista-existenciales les interesa la exploración fenomenológica de los fenómenos propiamente humanos y psicológicos.

En este tipo de psicoterapia, el método fenomenológico tiene una multitud de usos posibles:

Situación psicoterapéutica y la atención del psicoterapeuta.

La atención terapéutica consiste en un contexto singular constituido por la interacción intersubjetiva continua de al menos dos fenomenologías distintas (Sassenfeld & Moncada, 2006). Esto implica que todo fenómeno explorado en psicoterapia puede ser objeto de al menos dos descripciones fenomenológicas distintas.

La fenomenología en algunas aproximaciones psicoterapéuticas de orientación humanista-existencial.

Psicoterapia centrada en la persona: llegó a destacar la importancia terapéutica de un encuentro existencial entre dos personas que comparten sus respectivos mundos experienciales (enriquecimiento mutuo).

Psicoterapias corporales: mayor consideración por los procesos psicológicos y corporales tal como son experimentados y descritos fenomenológicamente por el paciente en la situación psicoterapéutica. Desde esta perspectiva, hay un intento de transformar la experiencia que el cliente tiene de sí mismo y de su propia realidad corporal.

Terapeutas gestálticos: han puesto al descubierto la utilidad clínica de la contrastación y clarificación de las diferencias más llamativas entre las descripciones fenomenológicas de la experiencia del cliente y las hechas por su psicoterapeuta. También se centran en la exploración vivencial de la experiencia inmediata del paciente, posibilitando la ampliación de su capacidad de darse cuenta respecto de facetas no reconocidas de ésta.

Fenomenología y experiencia en el contexto de la relación psicoterapéutica.

Las diversas formas de psicoterapia fundamentadas en el método fenomenológico, comparten un interés básico por las múltiples dimensiones de la experiencia fenoménica presente del psicoterapeuta y del cliente, y por los diferentes significados que ambos les atribuyen (Sassenfeld & Moncada, 2006). La epoché se vuelve una herramienta imprescindible para guiar el trabajo psicoterapéutico.

La epoché como actitud fundamental del psicoterapeuta.

La tarea fenomenológica principal del psicoterapeuta consiste en aprender a poner progresivamente entre paréntesis las distintas presuposiciones que alberga respecto del cliente, incluyendo en especial su tendencia a escuchar y poner atención a ciertas cosas y no a otras (Sassenfeld & Moncada, 2006).

El presente en el proceso psicoterapéutico.

De acuerdo a Sassenfeld & Moncada(2006) el método fenomenológico se basa en la descripción de la experiencia inmediata tal como aparece en el presente. Este mismo se toma como eje primario de la existencia humana y del proceso terapéutico, sin embargo, no se desvaloriza la relevancia del pasado y del futuro en términos de la vivencia que el cliente tienen de sí mismo y de su situación vital. Uno de los principales objetivos de la psicoterapia humanista existencial es el enriquecimiento y la profundización de la experiencia del cliente, de esa manera, el desarrollo de su capacidad para “poner entre paréntesis” sus propias preconcepciones y los propios prejuicios para acercarse a su experienca de forma abierta,contribuyen a promover y facilitar el cambio de su personalidad.

Opinión

Considero que es bastante relevante conocer a profundidad las bases teóricas de este enfoque que es el humanismo existencial.

Debido a que suele haber confusión acerca de cómo es que surgen las distintas metodologías para abordar ciertas problemáticas, es relevante para nuestro quehacer profesional el no conformarnos con saber lo básico de este enfoque (y en general de los demás) para poder llevar a cabo una práctica psicológica eficaz.

En cuanto al contenido del artículo, la información me pareció bastante completa y digerible a comparación de otros textos que he revisado en los cuales, la manera en que abordan distintos temas de filosofía, llega a ser confuso en cierta medida y no permite un esclarecimeinto de la información presentada.

Finalmente, con respecto a mi postura frente a la fenomenología, podría decir que estoy de acuerdo con algunas cosas pero no tanto con otras. Por ejemplo, esta parte en la que la antigua concepción que se tenía acerca del ser humano se sustituye por una visión más integral de alguna manera, me agrada, pues el ser humano es un conjunto de experiencias, pensamientos, sentimientos, funcionalidades, etc., que no debería caer en reduccionismos. Por otro lado, aquella postura donde se menciona que buscamos “deslindarnos” de nosotros mismos para poder tener un acceso más certero al fenómeno que se está presentando me parece un poco complejo y a mí parecer no es del todo posible. Nosotros como seres humanos nos vamos formando a partir de nuestras experiencias, el “limpiarnos” a nosotros mismos de todo lo que conocemos para que quede espacio a las nuevas concepciones que un nuevo sujeto nos puede aportar, dependerá también de a qué le damos sentido de eso que nos está transmitiendo y cómo interactúa tal información con lo que somos nosotros. En mi opinión, no podemos deslindarnos de nuestra propia subjetividad.

También me llama bastante la atención esta cuestión de que el movimiento humanista-existencial surge como una necesidad para dar respuesta a ciertas cuestiones que los enfoques con más peso (por así decirlo) no podían responder en su momento. A mi parecer este es un claro ejemplo de la importancia que tiene el factor social para la práctica clínica. Al final, todo es un proceso que está cambiando constantemente, lo cual nos demanda que seamos flexibles a la hora de llevar a cabo un tratamiento de tipo psicoterapéutico.

Referencia

Sassenfeld, A. & Moncada, L. (2006). Fenomenología y psicoterapia humanista-existencial. Revista de psicología, 15(1), 91–106.

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