Bitácora 2: Continuación de la visita de un experto en el modelo sistémico

El pasado 13 de octubre Ricardo volvió a la clase par darnos la segunda y última parte de su presentación. Ésta consistió en ampliar la explicación de una caso que había tomado como ejemplo en la sesión anterior. Comenzó preguntando si habían quedado o surgido dudas del viernes pasado y enfatizó en algunas cuestiones de las que ya se había hablado.

Durante la clase, los alumnos le realizaron diferentes preguntas acerca de algunas dudas que les hubieran quedado, como por ejemplo ¿Qué papel juega el pasado de la persona en la teoría sistémica? A lo que respondió que el pasado de las personas no es ignorado, pero se aborda diferente forma, en donde se trata de averiguar cómo afecta ese pasado en la actualidad y desde ahí se aborda. En este sentido la pregunta que un terapeuta familiar haría sería ¿Cómo ese pasado te afecta en el presente y cómo te puedo ser útil hoy? Incluso señalaba Ricardo que “el pasado estorba” para mirar otra perspectiva de cambio. De hecho las preguntas ¿por qué? son sustituidas por el ¿para qué? ya que esto permite que las personas visualicen las enseñanzas que su pasado les ha dejado y cómo cambiar su presente a partir de esas experiencias; esta pregunta le permite entrever al terapeuta y a la familia como es que un síntoma está funcionando en la estructura de la persona y en la de la familia para mantener la estabilidad. Esto se comparó con el modelo cognitivo conductual en donde los terapeutas “saben” sobre lo que es conveniente y lo que no, de manera que se dedican a eliminar los síntomas sin preguntarse qué función tiene este síntoma.

También se preguntó: ¿Cómo se establecen o se acuerdan los objetivos en la terapia familiar o de pareja? a lo que Ricardo contestó que esto dependía de las diferentes escuelas y lo explicó de la siguiente manera:

  • Modelo estructural el terapeuta es el que establece los objetivos ya que se tiene una concepción de normalidad en las familias con jerarquías, límites, subsistemas y roles de manera que sólo se trata de reorganizar el sistema.
  • En el modelo estratégico el terapeuta también establece sus propios objetivos invirtiendo las jerarquías y el poder en los miembros de la familia a través de una técnica basada en paradojas, que consiste en llevar al absurdo o como es conocido en otros enfoques en “recetar el síntoma”, esto ocasiona una crisis familiar lo que llevará a un re-acomodo del sistema y finalmente a la estabilidad u homeostasis.
  • En el modelo de terapia breve centrado en el problema el cliente es el que establece sus propios objetivos de terapia. Sin embargo, el terapeuta intentará alejarlo de las soluciones que él ha probado y no le han funcionado, por ello el terapeuta funge como guía para encontrar nuevas formas de solución a sus problemas.
  • En el modelo de terapia breve centrado en soluciones es el cliente quien establece sus propios objetivos de terapia ya que este modelo establece que el cliente es el experto en su vida y tiene la capacidad y la competencia para modificar su situación actual estableciendo nuevas soluciones a sus problemas.
  • En cuanto a la escuela de Milán, decía Ricardo que nadie sabe lo que está pasando ya que el cliente puede establecer sus propios objetivos, pero el terapeuta también los realiza a través del uso de las paradojas y su propia ética, como profecionista.
  • Finalmente nos comentaba que en el estilo narrativo y colaborativo no hay objetivos, el propósito es conversar, caminar hacia lo que antes era un problema y diluirlo para que esto ya no se vea como un problema. Por ejemplo, si se va a hablar del pasado se va a hablar únicamente para saber cómo modificó el ahora y cómo con base en él y su resolución construir el futuro.

Retomó también la cuestión de la realidad I y la realidad II recordándonos que no se puede hablar de la realidad I sin la realidad II, pues de lo contrario no tendría mucho sentido hablar de algo que para la persona no tiene relevancia.

Comenzó a relatarnos su primera vez como terapeuta formado en este enfoque, nos comentó cómo a causa de una equivocación por parte de la recepcionista su entrada con su primer caso fue más difícil de lo que él pensaba. Para empezar una recomendación que nos dio fue acercarnos a las personas como humanos y no como si fueran un algo que trae ya consigo una etiqueta, es decir, no hacer preguntas tan sistematizadas, sino hacer preguntas que hagan sentir a gusto al consultante y sobre todo favorecer una buena relación con el mismo, esto desde preguntar por sus gustos o hacer algún comentario agradable en cuanto a lo que estamos observando del mismo paciente desde que entra al consultorio como por ejemplo su equipo de fútbol en caso de que llevara una playera de algún equipo, como sucedió en la anécdota que Ricardo nos compartió.

No siempre se debe preguntar por protocolo sino por curiosidad, y esta curiosidad debe ser real. Asimismo nos recomendó que en las sesiones no se les pregunte a las familias o a las personas ¿En qué les/te puedo ayudar? ya que esta pregunta habla de un terapeuta que se siente superior, sino más bien las preguntas podrían ser ¿Qué te trajo aquí hoy?, ¿Cómo fue que decidiste venir hoy y no antes? o ¿En qué te puedo ser útil?, o incluso nos comentó que él regularmente inicia sus sesiones con la frase “¿De que tenemos que hablar, para que sientas que el día de hoy valió la pena?”.

El caso que comentó fue el de Everardo de 36 años y el de Graciela de 33 años dentro de sus motivos de consulta, el de Graciela estaba dirigido a recuperar la confianza en su pareja, luego de una infidelidad del mismo; por otro lado el motivo de consulta de Everardo era que poder ser un mejor esposo, padre e hijo.

Cuando comenzó a hablar de lleno sobre el caso nos comentó que si se tienen diferentes motivos de consulta entre los miembros de la familia, no se deben jerarquizar ya que poco se irán conjuntando o resolviendo a su ritmo, además de que ambos motivos de consulta son igual de importantes.

En el caso de Everardo y Graciela el hecho de que él diera paso a que se atendieran primero los conflictos que ella tenía, permitió comenzar con su resolución para después utilizar el motivo de consulta de Everardo para dar apoyo o soporte a la resolución de sus inquietudes y así resolver las necesidades de ambos.

Después de conocer la razón por la que habían decidido ir a terapia, Ricardo nos decía que esos propósitos de tratamiento como “recuperar la confianza” deben establecerse en términos prácticos y operacionalizarlos de manera que los cambios puedan ser más visibles para ambos, en cuanto a lo que ambos conciben del problema basados en su experiencia de vida.

Mientras nos hablaba del caso, nos daba también aspectos teóricos de las escuelas que había mostrado y explicado la sesión anterior. Una de esas cuestiones teóricas fueron las premisas de la terapia basada en soluciones:

  • Los clientes tienen recursos para resolver sus problemas.
  • Si algo funciona hay que hacer más de ello.
  • Si algo no funciona hay que probar con algo más o diferente.
  • No es necesario conocer mucho ni tampoco las causas o función de los síntomas para que estos se resuelvan, ya que conocer las causas del conflicto no resuelve el problema.
  • La solución no está ligada necesariamente al problema.
  • Pasos pequeños llevan a grandes cambios
  • Enfócate en lo que la persona sí puede hacer para cambiar y no en la patología.
  • Desenfocar el problema y enfocarse en la persona.
  • El consultante siempre tiene que hacer algo, trabajar porque únicamente hablando del problema no se resolverá nada.

Algo importante que mencionó fue que el posmodernismo señala que la neutralidad no existe, ya que las historias de los clientes mueven emociones o cosas en los terapeutas y que ante esto es importante que el terapeuta tenga una postura frente a un motivo de consulta. Cuando nos habló de la infidelidad de Everardo, Ricardo mencionó que él había estado en una situación parecida donde él jugaba el papel que estaba viviendo en ese momento Graciela, entonces aquí su historia personal no le permitía ser del todo neutral y lo mejor que se puede hacer en estos casos es reflexionar al respecto para que estos pensamientos no le impidan al terapeuta realizar su trabajo y en todo caso saber si puede manejar ese tipo de consultantes.

Casi al final de la sesión habló de dos aspectos teórico-prácticos que parecen ser lo mismo, pero en realidad son diferentes en cuanto a quienes se aplican y lo que conllevan, estos son la pausa y la pauta. La pausa corresponde y se aplica al terapeuta, está ayuda a alejarse del problema un momento en la sesión y consultar algunas dudas con el equipo reflexivo. Esta pausa se utiliza principalmente en el enfoque colaborativo y en ella el terapeuta le dice a la familia o pareja cómo se está sintiendo respecto al problema. La pauta se aplica a los consultantes y se refiere a acciones que producen o hacen que se siga manteniendo el problema, a través de ella se pueden describir las conductas por ejemplo: “Everardo toma el celular y Graciela se enoja”, por lo tanto en la intervención del terapeuta se considera que “la pauta” es un problema y se trabaja en ella.

Otro aspecto que nos pareció sumamente importante es que las personas llegan a terapia con una historia sobre sí mismos cargada de problemas, ante esto el terapeuta debe entonces explorar aquellos acontecimientos en los que el problema no está presente. Como decía Ricardo “no hay problema que ocurra todo el tiempo” para obtener una respuesta a esto le hizo esta pregunta a Everardo y Graciela ¿Que cosa de su experiencia actual no debe cambiar ya que va estupendamente bien? ante esta pregunta la pareja comentó que las relaciones sexuales que mantenían era satisfactorias. Por lo que esta pregunta permite redimensionar el problema, de manera que la pareja se de cuenta del hecho que no todo está mal en su vida y que hay aspectos que no quieren perder.

Para resolver el conflicto sobre la poca confianza de Graciela con Everardo, el terapeuta Ricardo le ayudó a Graciela a reflexionar con una analogía de una pared dañada que tenía que ser arreglada, esto le permitió a Graciela relacionar la pared con el daño que le había ocasionado Everardo y que este último tenía que reparar, para ello elaboraron un documento al que se le llamó “Factura o contrato” y en el cual Graciela tenía que poner que era lo que Everardo debía hacer para recuperar su confianza, a lo que ella contestó que después de trabajar este ya no se volviera ir por al menos 15 días. También se realizó una constitución en el que ambos ponían ciertas reglas para su relación, todos sus objetivos siempre fueron operacionalizados, es decir fueron llevado a términos prácticos. Para dar término al proceso terapéutico de la pareja Everardo le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué es lo que tiene que ocurrir para darse cuenta que ya no tienen que venir a terapia?” y ellos decidieron que cuando llegara la fiesta de fin de año del trabajo de Everardo, él pudiera ir y Graciela se sintiera tranquila, y así lo hicieron.

Al terminar el caso Ricardo nos comentó que siempre existirán diferentes tipos de clientes:

  1. Compradores.
  2. Demandantes.
  3. Visitantes.

Ante lo cual debemos de tratar de hacer que nuestros clientes pasen de ser solo visitantes o demandantes y actúen como compradores dispuestos a negociar, trabajar y llegar a acuerdos para resolver las dificultades que presentan.

Cuando terminó su presentación y a modo de despedida nos dijo algo que seguro a muchos nos tranquilizó: “como terapeuta no siempre se sabe qué se debe hacer y lo mejor en estos casos es ser sinceros con el consultante” Y no es precisamente decirle al consultante “no sé qué hacer ahora” sino más bien ser sinceros y decir algo como: “Considero que si pregunto algo puede volverse contraproducente pues percibo que esto es muy frágil en este momento ¿qué les parece a ustedes?”, ya que finalmente somos personas tratando con personas y cometemos errores.

Al final Ricardo nos dio una lista de libros que nos recomendó para revisar y profundizar en el tema y si teníamos alguna duda para aclarar.

ANEXO: Bibliografía recomendada por Ricardo

  • Modelo Estructural:

Libro: Familia y Terapia Familiar de Salvador Minuchin.

Libro: Técnica de Terapia Familiar de Salvador Minuchin.

  • Modelo Estratégico:

Libro: Terapia para Resolución de Problemas de Jay Haley.

Libro: Strategies of Psychotherapy de Jay Haley.

  • Modelo de Milán Clásico:

Artículo: Hipotetizando la circularidad y la neutralidad de Selvini y Boscolo.

Libro: Paradoja y Contraparadoja de Mara Selvini Palazzoli.

Artículo: La entrevista interventiva de J. Carlton.

Libro: Terapia familiar sistémica de Milán de Boscolo.

  • Modelo MRI:

Libro: Teoría de la Comunicación Humana de Paul Watzlawick.

Libro: Cambios.

Libro: La táctica del cambio de Richard Fisch, L. Segal yJ. H. Weakland.

Libro: Terapia Breve de Anatolio Freid Bleck.

Libro: Mitos y desmitificaciones del modelo sistémico de Marcelo Severio.

  • Modelo de Soluciones:

Libro: En busca de soluciones de Bill O´Hanlon.

Libro: Guía breve de Terapia Breve de Brian Cade.

Libro: Pautas de Terapia Familiar Breve de Steve de Shazer.

Libro: Desarrollar posibilidades de Bill O’Hanlon.

  • Narrativa:

Libro: Mapas de la práctica narrativa de Michael White.

  • Reflexiva:

Artículo. The Reflecting Team: Dialogue and Meta-Dialogue in Clinical Work de Tom Andersen.

  • Colaborativa:

Libro: Conversación, lenguaje y posibilidades de Harlene Anderson.

Libro: Diálogos sobre diálogos de diálogos.

  • Modelo de Milán Posmoderno:

Libro: El terapeuta dialógico de Paolo Bertrando.

INTEGRANTES

Espinoza López Silvia Margarita

Ocampo Hernández Andrea Monserrat

Ramírez Vázquez Mayté

Rosales Rangel Tania Suzzethe

Moreno García Sandra

Mariana Vargas Gómez

Velazquez Gomez Sara

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