Caso María; Educar para la paz.

El equipo del enfoque sistemico durante la clase del veinticuatro de noviembre presentaron el caso de María, una mujer de 32 años, la cual a la edad de 19 años contrae matrimonio con su Carlos, en donde vive una relación violenta, dado que sufre maltrato físico por parte de su pareja.

Desde mi perspectiva es importante que en este caso se trabaje psico-educación, específicamente educar para la paz, el cual radica en enseñar a las personas a enfrentar y resolver los conflictos de una manera constructivista, es decir desarrollando actitudes y estrategias para resolverlos de una manera no violenta.

Avila (2010) menciona en su texto Educar para la paz desde la educación inicial, que la paz comienza en la mente humana, la decisión de ejercer o no la violencia sobre otros y contra otros pasa por la mente del ser humano; el optar por la violencia como vía necesita de una racionalidad que conduce a creer por convicción que la fuerza es necesaria para la solución de los conflictos, por eso persiste la guerra como expresión de la violencia y la crueldad.

Se entiende cómo educar para la paz como un estar bien consigo mismos, para ello implica conocer opciones alternativas para enfrentar los conflictos y no solo tomar la postura violenta.

Para Zaragoza (2003) la educación para la paz es un proceso de participación en el cual debe desarrollarse la capacidad crítica, esencial para los nuevos ciudadanos del mundo.

Los temas primordiales para poder concretar el reto mencionado son los siguientes:

Descubrir la perspectiva positiva del conflicto. Al escuchar la palabra conflicto lo primero que se nos viene a la mente es que es negativo más sin en cambio no es así, debemos verlos como una forma de transformación, es decir tomar al conflicto como una oportunidad educativa, dirigiendo a la sociedad hacia la justicia, aprendiendo así a hacer valer y respetar sus derechos.

Aprender a analizar los y a descubrir su complejidad. Generar herramientas que ayuden a la sociedad a enfrentar y resolver los conflictos en lo que nos vemos inmersos cotidianamente.

Encontrar soluciones, las cuales nos permitan enfrentar los conflictos sin violencia, así como llegar a soluciones donde todos y todas ganemos. Educar para el conflicto supone aprender a analizar y resolver los conflictos a nivel micro como macro.

El conflicto es ineludible y como ya se mencionó anteriormente, se debe de afrontar de una positiva, ya que con este la sociedad puede avanzar hacia una transformación hacia modelos mejores, así como se considera una oportunidad para aprender, pero el objetivo primordial es que aprendan a resolver por sí mismos sus problemas.

Cabe aclarar que conflicto no es sinónimo de violencia, una situación se define como conflicto no por su apariencia sino externa, sino por sus causas. Aunque no toda disputa implica un conflicto.

Conflicto se define como aquellas situaciones de disputa donde hay contraposiciones de intereses y a esta contraposición se define como problema.

Es importante diferenciar entre pseudoconflictos y conflictos latentes, los cuales se confunden con conflictos reales, los primeros de estos no hay un problema, comúnmente se tratan de malentendidos, desconfianza y mala comunicación.

En cuanto a los segundos no hay tono de pelea, dado que una o ambas partes no perciben la contraposición de intereses o en dado caso no son capaces de enfrentarlos, pero esto genera que sigan creciendo hasta explotar, esto llevará a que se tomen decisiones erróneas.

El conflicto no es un momento específico, sino un proceso, el cual está dotado de tres fases, la primera de ellas radica en su origen principalmente por necesidades económica, ideológicas, biológicas, entre otras. en el surgimiento del problema, la fase dos se refiere cuando los intereses chocan, dando origen así al problema.

El no enfrentarlos, llevará a que comience la dinámica del conflicto, en momento dado todo estallará en una crisis, lo que es denominado como fase tres.

Por ende, es relevante atacar el conflicto desde la fase uno, dado que, al llegar a la última fase, ya que, debido a la falta de tiempo, de tranquilidad y distancia se toman las mejores decisiones.

Hay cinco actitudes ante el conflicto, el primero es;

La competición (gano/pierdes): en donde lo más importante para las personas es conseguir lo que quieren, no importa que para ello tengan que pasar por encima de quien sea.

La acomodación (pierdo/ganas): con tal de no confrontar a la otra parte no se hace valer ni plantean sus objetivos. En ocasiones se confunden el respeto, la buena educación con no hacer valer sus derechos.

La evasión (pierdo/ pierdes): en la cual no se enfrentan los conflictos por medio o por pensar que se resolverán por sí solos.

La cooperación (gano/ganas): conseguir los propios objetivos tanto la relación es importante, en donde se trata que todos ganen.

La negociación: En este es primordial la cooperación plena, es importante que ambas partes tengan la sensación de que ha ganado lo fundamental. De igual manera plantea que cuánto más importantes sean los objetivos y la relación, más importante será aprender a cooperar y aprender que con quien tenemos un conflicto no tiene por qué ser nuestros enemigos, sino colaborar juntos para resolverlo de la manera más satisfactoria para ambos.

Las formas de intervenir radican en desarrollar herramientas que les permitan abordar y resolver los conflictos con mayor creatividad y satisfacción, trabajando. A aprender a detenernos, a analizarlos y responder de forma constructiva es la tarea principal de la educación en el conflicto.

Prevención es una cuestión importante, J Burton lo determina como el proceso de intervención antes de la crisis que nos lleve a una promoción de condiciones que creen un clima adecuado y favorezcan unas relaciones cooperativas que disminuyan el riesgo de nuevos estallidos.

Las habilidades a trabajar son las siguiente:

Crear grupo en un ambiente de aprecio y confianza: ya que el rechazo, la falta de integración, son unos de las primeras fuentes de conflicto, trabajando también el autoestima y aprecio a los y las demás.

Favorecer la comunicación: el dialogo es una de sus principales herramientas para resolver los conflictos de manera no violenta, así como aprender a establecer un código común y algo primordial por trabajar es la escucha activa, la cual se trata de escuchar y de hacer sentir a la otra persona que importa lo que dice.

Toma de decisiones por consenso: lo comentado anteriormente se debe de poner en práctica, aprendiendo a tomar decisiones consensuadas, de forma igualitaria, participativa y no sexista.

Trabajar la cooperación: con el fin de enfrentar los conflictos entre todas las partes, desde el descubrimiento de todas las percepciones y utilizando la fuerza de todos y todas en el objetivo común.

A pesar de trabajar en la prevención, hay conflictos que siguen adelante, por ello es importante aprender a analizar, a negociar y a buscar soluciones creativas mutuamente satisfactorias que permitan aprender a resolver por ellos mismos sus conflictos.

Un punto clave para ello es separar y tratar de manera diferente los tres aspectos presentes en todo conflicto: las personas involucradas, el proceso y el problema.

Con el fin de ser sensibles con las personas con las que tenemos un problema; así como equitativos y participativos con el proceso, con la forma de abordarlo; y duros con el problema, con hacer valer nuestras necesidades.

Referencias:

Ávila, Minerva; Paredes, Ítal. Educar para la paz desde la educación inicial. Omnia, vol. 16, núm. 1, enero-abril, 2010, pp. 159–179 Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela.

Mayor Zaragoza, Federico Educación para la paz Educación XX1, núm. 6, 2003, pp. 17–24 Universidad Nacional de Educación a Distancia Madrid, España.

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