Familias homoparentales: una mirada sistémica

Comentario de presentación del libro: Familias homoparentales. Una mirada sistémica desde la salud colectiva en México de Andrea Angulo y Edgar C. Jarillo. Facultad de Psicología, UNAM, viernes 16 noviembre 2018.

Durante la presentación del libro se centro principalmente y a mi parecer en dos preguntas centrales: la forma en que en México se ve a la familia, desde una perspectiva fundamentalmente heteronormada y heterosexista, entendiendo a la familia como madre, padre e hijos (Como si esto no fuera suficiente, se sigue viendo al padre como el jefe de la familia: si, en un país con uno de lo mayores porcentajes de madres que crían a sus hijos solas.

El libro ofrece herramientas para pensar en la diversidad de familias. Photo by Oliver Cole on Unsplash

La segunda pregunta o cuestión que trata el libro es el no querer caer en lo mismo que siempre se piensa cuando hablan de familias homoparentales: el saber qué es lo que pasa o en que se diferencian los hijos de las familias homoparentales de las familias heteroparentales: lo anormal, lo aceptado, de lo raro, lo diferente. La autora, los comentaristas hacen énfasis repetidamente en este punto: este libro NO es una investigación, NO es una comparación de estas familias y que se siga planteando esta pregunta es, en si misma, prejuiciosa, no invita a pensar en una diversidad y hasta homofóbica.

Que no se busque comparar a estas dos familias no significa que sean iguales o que no podamos hacer distinciones, y de hecho, si que las hay:

psicoanálisis y sus complejos edípicos, no hay entonces nadie que separe a la madre de los hijos, pero todo esto es visto desde una mirada totalmente patriarcal: ¿por qué se necesita a la figura masculina para que haya esta separación de la madre y los hijos?. ¿por qué una figura externa a la relación madre-hijo debe llegar a separa de una manera violenta esta relación?. Y por último, ¿Por qué asumir que la madre NO quiere separarse de sus hijos? Por qué creer que necesita una figura masculina para hacerlo.

Las familias homoparentales femeninas: dos madres. No hay aquí la figura masculina que muchas madres solteras buscan que su hijo/hija tengan o encuentren en alguien más: parejas, abuelos, tíos,etc. Las familias homoparentales no tiene esta figura ni tampoco la buscan. Entendido desde el

Photo: http://nosoyasistenta.com

Durante toda la presentación se habla también de la división de roles entre masculinos y femeninos, que para la mayoría de las familias y de la sociedad es muy binaria y rígida: las mujeres tienen que aprender a hacer, ser, los hombres tienen que aprender a hacer, ser, ambos diferentes el uno del otro. No conformes con esto, todavía se siguen privilegiando roles masculinos sobre roles femeninos. En las familias homoparentales esta división no existe, y por lo tanto los roles son menos rígidos y los niños y niñas pueden crecer con más libertades, respetando las diferencias y diversidades con las que se encuentran día a día: las reconocen, las respetan porque las viven, porque las ven, porque son parte de su día a día.

Como profesionales de la salud nos toparemos con este diversidad. Porque está ahí, esta afuera y, como cualquier persona catalogada como “normal” dentro de este sistema dominante, nos necesita. O puede llegar a necesitarnos. Por lo tanto es sumamente importante que no normalicemos la violencia hacia la diversidad, que también esta ahí afuera, muchas veces más visible que la diversidad en si.

Las preguntas que nos hacemos, que hacemos dentro de consultorios, terapias, intervenciones y en nuestro día a día son las patologizantes, reproduciendo las violencias, prejuicios y homofobias que se nos han impuesto, cuando en realidad los problemas de las familias homoparentales son otros, no tan distantes de las preocupaciones de las familias “tradicionales”: la violencia, la desigualdad, la pobreza; sumados a los problemas específicos de estas familias: desigualdad, prejuicios,y homofobias que se nos han impuesto, cuando en realidad los problemas de las familias homoparentales son otros, no tan distantes de las preocupaciones de las familias “tradicionales”: la violencia, la desigualdad, la pobreza; sumados a los problemas específicos de estas familias: desigualdad, prejuicios, crímenes de odio, etc.

Las preguntas deben ser otras.

El concepto de familia, heteronormada y biológica (porque las familias homoparentales comúnmente adoptan: no son lazos consanguíneos) es cada vez menos importante. Patologizar la homosexualidad es necesariamente homofobia. Pensamos heteronormadamente, porque así nos lo han enseñado e inculcado, pero esto no puede ser una excusa para seguir reproduciendo el sistema que oprime, que invisibiliza y que violenta a lo diferente.

Como profesionales de la salud, como terapeutas, apoyos, amigos, personas, es nuestro deber cuestionarnos las preguntas que nos hacemos, las cuestiones que tratamos en intervenciones, lo que (o lo que no) patologizamos y aceptamos, cómo lo vemos y lo expresamos.
Este libro nos invita a la autorreflexión, a pensarnos dentro de este marco de pensamiento impuesto, para saber como estamos manteniendo estas prácticas y como podemos cambiarlas; cambiar en lugar de aceptar lo que no me parece. Ver nuestro aparato psíquico dentro de nuestro mundo cultural y nuestros mismos prejuicios desde la salud mental.
Porque tanto en la vida como dentro del consultorio: reproducimos o resistimos.

photo: https://www.quakervoluntaryservice.org

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