La terapia de pareja desde un enfoque humanista.

“La Terapia de Pareja consiste en un proceso complejo de relaciones entre el terapeuta y la pareja, donde los propósitos dejan de ser dirigidos hacia la problemática personal de los pacientes, para orientarse más bien al complejo sistema inter e intra personal de los cónyuges.” (Tapia, 2000).

Cuando se analizó en modelo sistémico en clase, se partía de ello, se reconoce los sistemas y subsistemas que interaccionan en la vida de la persona, y como se debe partir de ellos para un entendimiento más completo, sin embargo se tiende a relacionar inmediatamente los problemas de pareja o familias con este enfoque, sin considerar el impacto y la aportación que pueden tener otros.

Uno de los temores generales que se tiene hacia la terapia individual, radica en la creencia de que si uno de los miembros de la pareja entra en análisis o terapia, esta relación se terminará por disolver, ya que la exploración de uno es incopatible con una relación de pareja satisfactoria ( Freidber, 1985).

Ante ello es importante aclarar, que afirmar eso, sería más bien que no se está teniendo un verdadera alcance, ya que no se debe enfocar exclusivamente en la persona, sino brindar una mayor riqueza a las relaciones interpersonales haciendo que adquieran profundidad e intimidad.

Partiendo de ello es de relevancia mencionar que se ha criticado este aspecto al enfoque humanista y a la terapia individual en sí, al no considerar la familia y la sociedad, sin embargo todos los sistemas de terapia, sin importar que sean individuales o familiares tiene una relación con el desarrollo del individuo y de su contexto familiar inmediato, esta influencia es mutua y la única diferencia radica sobre a que se le dará mayor hincapié si a los aspectos individuales o familiares.

Así las metas que se fijan si se trabaja desde el enfoque humanista serán fijadas en el proceso de cada uno de los miembros que a su vez resulta en el proceso del sistema familiar.

“En un proceso de pareja uno de los factores más importantes para una relación en desarrollo verdadero parece ser paradójico. Es simplemente que cuando cada uno de los cónyuges progresa en ser su propio self, la pareja se enriquece. Es casi como decir que mientras más separados se convierten, mayor es la posibilidad de una unión sólida. Esto no debe tomarse literalmente pues obviamente también puede llevar a la ruptura” Carl Roger (citado en Freidberg 1985 ).

Como Rogers lo menciona, los extremos son limitaciones, lo que se busca es un equilibrio fluido, ya que esto permitirá un desarrollo individual y al mismo tiempo que hay suficiente cohesión para un desarrollo en conjunto. Este principio que expone Rogers se relaciona con Minuchin (del enfoque sistémico), donde debe haber una claridad de los límites que permita la apertura a otros subsistemas pero sin impedir la cohesión (Rogers 1967).

Básicamente los aspectos que un desarrollo familiar humanista incluirían constan de los siguientes puntos:

  • Aceptación y descubrimiento de sí mismos.

Para lograr este aspecto se sigue el mismo proceso que en la reintegración individual propuesta por Rogers, es necesario que se perciba una aceptación incondicional que permita reducir la valoración condicionada que las personas llegan a tener, ya que esto permitirá el aumento en la autoestima, así se verá reflejado en la pareja que el lograr este proceso permite una aceptación del otro al mismo tiempo que se logra una aceptación de sí mismo.

  • Eliminación de máscaras y disolución de roles

Las máscaras son usadas como una forma de defensa, generalmente cuando se logra descubrirse a sí mismo se puede lograr que caigan; se dice que cuando las relaciones son disfuncionales los participantes se relacionan usando esas máscaras, lo que propicia a esteriotiparlos en el uso de un rol determinado.

Es importante mencionar que el uso de roles no es exclusivo de una interacción disfuncional, ya que estos también se pueden encontrar en las parejas funcionales, la diferencia rádica en que las segundas tienen la capacidad de escoger y aceptar dichos roles, además de que no son estaticos, por esto se quiere decir que la persona no se encasilla en el uso de uno, sino que pueden ser flexibles e intercambiables.

Al lograr esto, Roger menciona que se logra que la pareja tenga una interacción más rica y completa de interacciones “No se permiten ser moldeados por las expectativas sin importar que tan fuertes sean” Roger (citado en Freidberg, 1985)

  • Valorización interna.

Es importante entender que la relación en pareja no significa que tengan una valoración en común, esto quiere decir que vean las cosas de la misma manera o que esten de acuerdo en todo, puede que se presente en algunas áreas donde lo necesiten, pero cada uno cuenta con su propia visión, que aunque pueda concordar en algunos aspectos con la de los demás termina siendo individual, así en una relación que se considere madura se aceptan estas diferencias e inclusive se vuelve enriquecedor para la pareja.

Por otra parte, no se puede olvidar que la interacción humana que es genuina presentará fricciones debido a estas diferencias, lo que marca una linea entre la funcionalidad y la disfuncionalidad es la forma de manejar dichas diferencias , se puede decir que se trata de un juego de acercamiento y alejamiento, donde se cuida principalmente el respeto hacia el espacio del otro y la adecuada intrusión al mismo con la finalidad de equilibrar las necesidades individuales y las de ambos en conjunto.

Una aportación de la terapia centrada en el cliente es que brinda una retroalimentación genuina, lo cual permitirá que cuando las personas se relacionen sean capaz de ver al otro como es, sin proyectar sus necesidades pero con la posibilidad de comunicarlas de una forma directa, cuando esto se logra por parte de uno de los integrantes de la pareja la comunicación mejora.

  • Aceptación del “ser” como proceso.

Se debe entender que cuando se inicia en la aceptación de sí mismo, el self también esta en constante cambio, esto quiere decir que en la interacción con el otro uno puede llegar a considerarlo como una persona confiable, pero debido al proceso en el que se encuentra inmerso, este conocimiento del otro y de uno mismo no se vuelve algo predictible.

Esta breve revisión permite una visión de los aportes que pueden brindar otros modelos, no se deben hacer las problemáticas exclusivas de un enfoque, sino hay que considerar la viabilidad que tiene cada uno de ellos y la mejor aportación a la resolución de dichos problemas.

Referencias:

-Freidberg, A.. (1985). Un enfoque humanista a la terapia de pareja. México: Lima.

-Rogers C.& Kinglet M.. (1967). Psicoterapia y Relaciones Humanas. Madrid: Alfaguara.

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