La terapia familiar sistémica y adicciones.

El consumo de drogas sigue siendo un problema de salud pública de enormes proporciones, en el Informe Mundial de Drogas 2017, el representante de la Oficina de Naciones Unidas (ONU) contra la Droga y el Delito, Antonio Mazzitelli, dio a conocer que en el mundo hay 255 millones de personas que por lo menos han consumido una vez algún tipo de droga ilegal. El uso y abuso de sustancias adictivas constituye un complejo fenómeno que tiene consecuencias adversas en la salud individual, en la integración familiar y en el desarrollo y la estabilidad social. Aunque en la actualidad toda la sociedad está expuesta a las drogas, hay grupos más vulnerables que otros a sufrir consecuencias negativas de su uso, como los niños y los jóvenes, quienes pueden truncar su posibilidad de desarrollo personal y de realizar proyectos positivos de vida. La definición de droga propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a todas las sustancias psicoactivas como: “…cualquier sustancia que, al interior de un organismo viviente, puede modificar su percepción, estado de ánimo, cognición, conducta o funciones motoras”. Esto incluye el alcohol, el tabaco y los solventes y excluye las sustancias medicinales sin efectos psicoactivos.

La investigación científica ha tratado de identificar los factores que influyen en que algunas personas usen drogas; y se habla de los personales, los interpersonales y los del medio ambiente social y cultural. Pero hay pocas explicaciones sobre por qué la mayoría de los individuos que las prueban después las abandonan, mientras otros las continúan usando. Tampoco hay absoluta certeza sobre los factores que hacen que la mayor parte de la población no las consuma jamás, a pesar de estar igualmente expuesta al estrés social, a la disponibilidad de las sustancias y a otras realidades adversas en su vida personal y colectiva. Varias décadas de consistentes resultados de investigación apoyan la relación recíproca entre el funcionamiento familiar y el consumo de drogas, el funcionamiento familiar está significativamente comprometido por el consumo de drogas de la persona, manteniendo un corrosivo y a menudo multigeneracional ciclo de adicción y problemas afines. Los factores familiares, incluida la psicopatología de los padres, los conflictos familiares, la distancia relacional y los déficit parentales son fuertes predictores de inicio de consumo de drogas y de su consumo habitual. Estas inferencias parecen hacerse desde una perspectiva moral, pues se juzga la conducta de los padres como buena o mala y se intenta establecer la correlación existente entre ésta conducta y el comportamiento de los hijos.

Es importante recordar que el consumo de sustancias inicia básicamente en la adolescencia, donde se ensayan nuevos comportamientos y nuevas fronteras a los mismos. También es importante señalar que la adolescencia, entendida como la adaptación emocional a los cambios físicos de la pubertad, no es únicamente un cambio del chico, sino de la familia completa sobre todo pensando en la modificación de horarios, prácticas de crianza, alianzas y coaliciones etc.

Aunque la mayoría de los tratamientos específicos de adicciones incluyen asistencia familiar, no siempre la familia del adicto ha sido entendida, atendida, ni aprovechada como recurso terapéutico. La terapia familiar sistémica ha resultado ser una de las más eficaces a la hora de implicar a la familia, ya que considera a esta como un sistema en el que cada miembro influye y se ve afectado por el comportamiento del otro. A veces un problema de adicción es el resultado de una historia familiar conflictiva donde se han dado carencias importantes. Pero otras veces el problema surge en familias completamente normales, con una adecuada historia de educación. En un estudio de 250 familias con adolescentes delincuentes y usuarios de drogas en la ciudad de Guadalajara (Ramírez Villaseñor, 1989) se encontró que el 71.2 % de los padres vivían en pareja, sólo en un 1.2% estaban divorciados, y el 19.2% estaba separado, en dicho estudio, el 34.8% de las madres trabajaban. En otro estudio (Ramírez Villaseñor, 1990) con una muestra de 100 familias con características similares, no se encontró a ninguna pareja divorciada. Once de las parejas de la muestra estaban separadas, es por ello que en ocasiones el hecho de que la familia de un adicto sea problemática y conflictiva es una importante razón para empezar a trabajar con ella. Si no lo es, la disposición al tratamiento puede hacer que el problema sea más fácil de redefinir y por tanto de solventar.

Diferentes perspectivas teóricas han guiado la formulación de intervenciones basadas en la familia para el consumo de drogas, que por lo general se dividen en tres categorías: conductual, sistemas familiares, y enfoques ecológicos / sistémicos múltiples. Los enfoques de terapia familiar conductual enfatizan el papel de la familia en el fortalecimiento de comportamientos y actitudes que conducen al consumo de drogas, e intentan alterar estas contingencias por lo que la familia puede ayudar a promover la abstinencia del individuo. Los enfoques de sistemas familiares abordan las relaciones familiares problemáticas y los modelos de gestión que influyen en el consumo de drogas del individuo. Por lo general abordan el consumo de drogas indirectamente, ayudando a la familia a desarrollar nuevas formas de interacción que mejoren el funcionamiento de los miembros de la familia y apoyen el estilo de vida libre de drogas de la persona.

El tratamiento del consumo de drogas en adolescentes ha sido el foco de considerable atención empírica y clínica en las últimas dos décadas, y las estrategias basadas en la familia han estado a la vanguardia de los esfuerzos de desarrollo de tratamientos y avances en la investigación en este campo. A pesar de haber bastantes estrategias para el tratamiento de estás adicciones algunas han tenido mejores resultados que otras.

· Terapia Familiar Estratégica Breve. El programa de investigación de la Terapia Familiar Estratégica Breve se basa en estudios previos que muestran resultados impresionantes usando estrategias de participación estratégicas-estructurales con niños hispanos con problemas y sus familias. Más recientemente, Santisteban, Muir, Mena y Mitrani (2003) reportaron los resultados de un ensayo clínico con 126 hispanos adolescentes involucrados en drogas, demostrando que la BSFT era superior al grupo de terapia en la reducción del consumo de marihuana.

· Terapia Familiar Funcional. La Terapia Familiar Funcional es un enfoque basado en la conducta de terapia familiar orientada a sistemas, que tiene como objetivo alterar los patrones familiares maladaptativos que mantienen los problemas de los adolescentes. El tratamiento tiene como objetivo cambiar las interacciones familiares negativas y usa intervenciones conductuales para reforzar las formas positivas de respuesta y las estrategias más eficaces de resolución de problemas dentro de la familia. se encontró que la FFT reduce más significativamente el consumo de drogas hasta los 15 meses tras la inclusión que el SAU. La intervención FFT está ampliamente introducida en las clínicas de salud mental y de atención a los jóvenes en todo el país y en Europa, lo que demuestra una esperanza considerable en transportar los esfuerzos por aumentar el uso de prácticas basadas en la evidencia.

· Terapia Familiar Multidimensional. La Terapia Familiar Multidimensional es un tratamiento ambulatorio integrador que mezcla terapia familiar, terapia individual, asesoramiento sobre drogas, y enfoques de intervención múltiple orientados a sistemas. Las intervenciones MDFT trabajan en cuatro dominios, apuntando a los cambios en el adolescente; aspectos del desarrollo intrapersonal y relacional, los padres (funcionamiento individual de los padres, así como de la educación de los hijos), el entorno familiar (modelos transaccionales de la familia), y los sistemas extrafamiliares de influencia sobre el adolescente y la familia (por ejemplo, trabajar con las escuelas y el sistema judicial para menores). Las intervenciones en etapas tempranas que tienen como objetivo desarrollar múltiples alianzas con adolescentes, padres, y miembros influyentes de los sistemas extrafamiliares han dado sus frutos con altas tasas de retención. Los jóvenes en MDFT mostraron una mayor disminución en el consumo de marihuana que los jóvenes que recibían tratamiento grupal de iguales y tenían más probabilidades de abstenerse del consumo de drogas y no reportar problemas de drogas durante los 12 meses de seguimiento. Estos estudios han demostrado los efectos clínicamente significativos de la MDFT sobre el consumo de drogas por jóvenes y los problemas relacionados, en comparación con otros tratamientos de vanguardia, bien articulados y cuidadosamente monitorizados.

La Intervención Familiar ayuda a retener a los pacientes en los programas de tratamiento más que los tipos de intervenciones comunes porque los abordajes familiares consiguen aumentar el compromiso de los pacientes y sus familias con los programas de tratamiento. La baja tasa de abandono en las intervenciones que se basan en el trabajo familiar es especialmente importante en adicciones ya que la adhesión al tratamiento, es decir, la permanencia en el mismo hasta su finalización, es una de las mayores dificultades con las que se tropieza en la intervención con estos pacientes, dicha terapia consigue mejorar de forma significativa el funcionamiento en la familia (comunicación, ambiente, flexibilidad, disminución de conflictos, etc.) y la normalización e incorporación social.

Referencias

- Clínica APROVAT (2014) La familia bien, gracias: la intervención familiar en adicciones.

- El consumo de drogas en México (s/a), Recuperado de http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/CDM.htm

- Feixas, G. (1991). Del individuo al sistema: La perspectiva constructivista como marco integrador. Revista de Psicoterapia, 6–7, 91–120.

- Ramírez Villaseñor, M.A. (1989) La Terapia familiar estructural como herramienta auxiliar de tratamiento en menores infractores. Tesis Profesional Guadalajara: Universidad de Guadalajara.

- Ramírez Villaseñor, M.A. (2000) El Impacto de la Terapia Familiar en el Tratamiento del adicto. Ponencia presentada en el 1er Simposium sobre Adicciones y Alternativas de Tratamiento. Campo Renacimiento. Guadalajara, Jalisco Octubre 27 de 2000.

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