Mara: Un fruto sin amor. Examen de maestría.

El pasado 30 de noviembre, la ahora Maestra en psicoterapia en adolescentes nos presentó su caso de titulación: “Mara, un fruto sin amor”. Mara es una chica de 14 años que llegó a consulta acompañada de su madre, quien menciona que la chica tiene problemas de agresividad y conducta, ya que es muy hostil con sus padres y con sus compañeros, a tal punto que la situación se torna insoportable.

Mayra describe a Mara como una chica encorvada, que usa muchas capas de ropa y entra arrastrando los pies al consultorio. Es de piel morena y ojos grandes, cabello rizado, largo. Lo primero que notó en ella es que en su discurso se mostraba muy hostil y llena de odio, se expresaba con muchas groserías y palabras muy fuertes de otras personas, lo cual llegaba a incomodar a Mayra. En esa primera sesión no hubo contacto entre Mara y su madre, a tal punto que casi se daban la espalda, como si estuvieran enojadas.

Al indagar en su historia de vida, supo que su familia estaba conformada por su madre, su padre y un hermano un año mayor que ella. Es importante prestar atención aquí, ya que, a pesar de que su madre menciona que fue deseada por ambos padres, a lo largo del embarazo hubieron situaciones que le hicieron cambiar de opinión, pues tuvo amenazas de aborto debido a la hipertensión y no podía salir a predicar como lo hacía antiguamente, pues su embarazo era de alto riesgo.

Cuando nació Mara (a los 7 meses), no quería verla, pues ella esperaba tener un varón, no una niña, y al verla sintió que los doctores se la habían cambiado y que ella no era su hija, pues no se parecía a su hermano, quien era de piel blanca, no concebía la idea de tener una hija morena, aunque ella misma fuera de piel morena también. todo esto ocasionó una relación caótica entre ella y su nueva hija.

Únicamente la amamantó durante 3 meses, pues en una ocasión estuvo a punto de ahogarla al no darse cuenta de que se estaba atragantando con la leche de su pecho. Una cuñada se percata de esto y la lleva al hospital. En otra ocasión refiere que la niña no dejaba de llorar en la noche, y cuando fue a su cuna para cargarla, intentó ahorcarla con sus propias manos. Su esposo se dio cuenta de esto y fue quien la retiró de Mara, volviéndose así su cuidador primario junto con su abuela.

Tanto él como su madre la educaron a base de gritos, golpes y violencia, pues refieren que era una niña que no les hacía caso y esta era la única manera de hacerla entender, pero cuando entró a sexto grado de primaria empezó a tener algunas conductas extrañas, como el usar muchas capas de ropa, y cambiarse constantemente, además, dejaba la ropa sucia tirada en el cuarto de sus padres o de su hermano.

Lleva malas calificaciones en la escuela y tiene problemas con sus compañeros, se comporta de una manera muy hostil y los agrede incluso antes de que le hagan algo a ella. También llega a retar y contestarle de mala manera a sus maestros. Se menciona también que en su familia no la quieren, pues es muy brusca en su manera de jugar, ha llegado a lastimar también a su perrito.

Durante las primeras sesiones, Mara menciona que no sabe porque la están llevando ahí, pues ella considera que todo está bien en su vida, sin embargo, conforme avanzan las sesiones admite que no le gusta como es su carácter y que le gustaría cambiar, lo cual fue un primer paso para lograr avances importantes en su tratamiento.

Mayra está trabajando la situación de rencor que existe con su madre, para facilitar el proceso terapéutico, y se ha visto un cambio en su forma de vestir, ya que ahora no utiliza tanta ropa como lo hacía al principio. También se le está haciendo analizar en qué situaciones comienza a ser agresiva, para que poco a poco vaya cambiando esta conducta, además, su modo de hablar se ha vuelto menos agresivo.

Durante la replica se dio información muy enriquecedora al respecto, ya que mencionaron que, al haber sido Mara criada por una madre con odio y posiblemente con psicosis, era una potencial delincuente, ya que encontró en la agresividad un refugio para todo el odio que descargaba su madre en ella.

Este caso me pareció otro buen ejemplo sobre las habilidades que debe tener un psicoterapeuta, ya que Mayra habló sobre la contratransferencia que causó Mara en ella cuando hablaba con groserías, pues menciona que en ocasiones llegó a “caerle gorda” y pensó en abandonar el caso, pero no lo hizo, lo cual demuestra que es una persona responsable y atenta. Por todo esto, resultó muy enriquecedor para mi como alumna de licenciatura el haber asistido a un examen profesional de maestría, ya que me permitió ampliar mi panorama sobre lo que realizan ahí.

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