Sobre Psicoanálisis y Psicoterapia (artículo)

Este es el Diván de Sigmund Freud, de aquel reposadero emergerían las diversas palabras que dieran origen a uno de los golpes ideológicos más fulminantes que la humanidad ha recibido, a saber: el ser humano no es del todo consiente y no tiene el control absoluto ni de lo que piensa ni de lo que desea. Antes de dar con el Psicoanálisis, Freud buscó la respuesta a la interrogante de sus pacientes en la hipnosis, en la sugestión, la abreacción, inclusive con en un momento fue partidario de la idea de que masajes craneales servirían para traer de lo profundo los recuerdos qué él creía, servirían para liberar al enfermo de sus males.

Como podemos ver (leer, investigar…), desde estas primeras etapas de la carrera de Freud, estuvo siempre interesado en el cuidado del alma, en el cuidado de sí. En aquella época, mientras que la psicología, a cargo de personajes como William James o Wilhelm Wundt, buscaba convertirse a fuerza en una “disciplina científica”, objetiva, positivista, al medir, al intentar comprobar, generalizar, validar, etc. dejó de lado la particularidad y la singularidad del individuo, a esto apela su denominación: psyché-logos: tratado, conjunto de conocimientos articulados sobre el alma.

Segun Hadot (1998–2006), las filosofías antiguas eran esencia y fundamentalmente una terapéutica para las angustias del alma, un modo de vida, más que un discurso filosófico. No obstante, durante la edad media y sobre todo con la creación de las universidades, se convirtió a la filosofía en un discurso teórico académico, privilegiando el método experimental como respuesta a las intrigantes y las angustias del alma, y alejada, desde luego, de su objetivo fundamental: la ascesis del alma (Foucault, 1990).

El psicoanálisis es fundamentalmente un método de investigación del alma, de aquí que se denomine psyché-análysis, resaltando el método analítico como proceso básico. Desde temprano, Freud advirtió que la herramienta o el instrumento para este tratamiento anímico era la palabra (Freud, 1890).

A diferencia de las diversas perspectivas en psicología, el Psicoanálisis no es una escuela o una perspectiva más, es más bien una orientación metodológica (Gil, 1995; Lopera, Ramírez, Zuluaga, & Ortiz, 2010; Ramírez, 2011; Ramírez, et al., 2015). Algo que ahora me ha sido revelado y me queda muy en claro, es que la psicoterapia psicoanalítica es solo uno de los tres componentes de este. En palabras de Freud:

El psicoanálisis es un método de investigación, un instrumento neutral, como lo es, por ejemplo, el cálculo infinitesimal. Es un método de investigación de procesos anímicos inconscientes, una terapia fundada en esa investigación y un conjunto de conocimientos psicológicos ganados por ese camino (Freud, 1923).

Denominada por Freud como psicología de lo inconsciente o psicología de lo profundo, ya hace más de un siglo que el psicoanálisis persiste y resiste al paso del tiempo, de nuevas teorías y métodos. En este sentido, Otto Kernberg analiza las divergencias y convergencias en las concepciones sobre la técnica psicoanalítica contemporánea (Kernberg, 1993), y así hoy podemos encontrar corrientes psicoanalíticas que conservan y mantienen los supuestos psicoanalíticos clásicos, hay otros que proponen una re formulación radical y una superación de la teoría freudiana, y hay otros que ocupan un lugar intermedio los cuales conservan algunas ideas de Freud pero hacen una nueva propuesta del abordaje psicoterapeutico. No obstante, hay un rasgo en común con cada una de estas propuestas: el enfoque metodológico, que por un lado considera esencial lo inconsciente en las investigación, análisis y reflexiones sobre el alma, y por el otro, privilegia la subjetividad del trabajo clínico individual o grupal (Lopera, 2017). Ramírez (2011) propone como elementos centrales y confluyentes: la importancia concedida a la escucha de la formación de lo inconsciente, la verbalización, el análisis y el manejo de la transferencia.

La puesta en juego de las potencialidades y la elaboración constante de sí, mediante el cuidado de la propia alma. Que la auténtica personalidad puedan expresarse naturalmente.

La psicoterapia se define como un tratamiento del alma con el propósito de moderar el sufrimiento o de trasmitir una actitud ante la existencia (Lopera, 2017). Desde esta perspectiva, el tratamiento psicoanalítico sería una modalidad, entre las muchas otras, de psicoterapia. La mayoría de las psicoterapias psicoanalíticas dan vital importancia a un trabajo de revisión exhaustiva de la existencia del paciente: un proceso en el que se busca la modificación subjetiva más radical posible, lo que es llamada psicoterapia ascética. Ascesis no comprendida desde el sentido religioso de abandono y renuncia, sino en “el despliegue del propio ser, que comprende la puesta en juego de las potencialidades y la elaboración constante de sí, mediante el cuidado de la propia alma”, y que el paciente pueda desplegarse y que“su auténtica personalidad, o su auténtico self, puedan expresarse naturalmente”.

La tendencia ascética no desconoce la importancia de que los síntomas o problemas específicos puedan resolverse, pero la da más importancia al cambio psíquico profundo, porque lo considera correlativo con un modo de vida más acorde con las posibilidades del paciente. En este sentido, Ramírez (2012) expresa:

“No se trata entonces de enseñarle, y mucho menos de imponerle una forma una forma diferente, “mejor” de vivir. Él mismo, al reconocer su deseo, ha de responsabilizare por su destino y decidir el camino que habrá de recorrer, las renuncias, aceptaciones y modificaciones que elegirá”.

Y además aclara: la consultaría psicoanalítica, la terapia breve de orientación psicoanalítica, la psicoterapia psicoanalítica, el análisis terapéutico, la cura psicoanalítica (Ramírez, 2015). Kernberg (2001) diferencia entre psicoanálisis, psicoterapia psicoanalítica y psicoterapia de reforzamiento, todas basadas en los presupuestos conceptuales psicoanalíticos. Todas estas modalidades convergen el uso de la interpretación (conjunto de intervenciones), el manejo de la transferencia (relación del paciente con el analista) y la neutralidad técnica (la respetuosa abstinencia del analista a a expresar sentimientos y afectos hacia el paciente).

En conclusión…

El psicoanálisis, más que una escuela, es una orientación metodológica que pondera los procesos inconscientes y da cuenta de la importancia de los procesos subjetivos. Freud distinguió tres componentes de este: 1) el método de investigación de los procesos anímicos inconscientes, 2) la terapia fundada en esa indagación, y 3) el conjunto de conocimientos que derivan de ese camino. Hoy en día existen diferentes propuestas dentro del psicoanálisis, unas que estás más cerca de los supuestos clásicos de la teoría freudiana, hasta la otras que van a una total reformulación y superación de estos conceptos, sin embargo, si pudiésemos hallar una razón por la que son psicoanalíticas sería por el enfoque metodológico empleado, la importancia que le dan a los procesos inconscientes y la ponderación del trabajo subjetivo en el trabajo clínico así como una revisión lo más exhaustiva posible de la existencia del paciente. En este sentido, es fundamental distinguir el tipo de terapia que propone el psicoanálisis (ascético) del resto de psicoterapias (sintomales) provenientes de la psicología. Es importante señalar que el psicoanálisis continua con esa tradición filosófica de brindar al individuo una forma, un modo de vida, orientado al cuidado de sí, al cuidado del alma.

https://www.youtube.com/watch?v=UjqXKgk5b18

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