Considerando el contexto de la clase (sistemas terapéuticos), cuando mencionaron que se expondrían casos pensé que eran situaciones resueltas a través de alguno de los modelos que revisamos en clase, fue una sorpresa que más bien se tratara de dilemas éticos.
Como todo profesional, los psicólogos no nos encontramos exentos de tomar decisiones. Sin embargo, en nuestro caso, a veces esas decisiones son sobre temas muy sensibles que infortunadamente implican en muchos casos ya sea un posible daño a nuestro paciente o a un tercero y por esto mismo resulta importante que estemos conscientes de que no podemos actuar por actuar y que además de las convicciones morales que tengamos existen leyes que nos guían en cómo actuar frente algunas situaciones.
Considero que para haber sido el cierre de la materia, fue un buen ejercicio, puesto que nos deja la reflexión de que haríamos y como nos preparemos para actuar ante estas situaciones.
Ahora bien, abordando el tema coaching, como profesionales tenemos que conocer los servicios que directa o indirectamente son nuestra competencia, desafortunadamente el coaching se ha convertido en una porque como lo mencionamos en clase, se ha ido desvirtuando los propósitos originales de este y con el tiempo se ha convertido en la forma en que personas sin preparación (y que probablemente sean las que creen que ser psicólogo solo es dar consejos y decir “y usted con eso ¿cómo se siente?”) han sabido vender porque prometen dar solución rápida a los problemas.
Personalmente o tendría problemas con este tipo de “intervenciones” si siguieran el propósito original, pero como ya lo mencioné antes, muchos solo lo ven como una manera rápida de ganar dinero.
Considero que tenemos la responsabilidad de informar a la gente, de mostrarles la importancia de ir a un servicio realmente profesional sin embargo, al final, la elección está en ellos.
