Esta clase estuvo destinada a presentar casos y el tema de coaching, me gustó que el grupo participara y diera sus puntos de vista, también me agradó el que Luis y Ángel fomentaran el diálogo y el debate dentro del grupo.
Todos los casos y el tema de coaching se me hicieron interesantes y me pareció que mis compañeros los presentaron muy bien, pero el último caso en mi opinión fue el que nos atrajo más por el dilema o los dilemas éticos que se presentaron o por lo menos lo fue para mí.
Realmente pienso que trabajar con adolescentes es una tarea sumamente difícil ya que es una etapa de cambios, perdidas y duelos, con esto me refiero a la transición de la niñez y todo con lo que el adolescente debe lidiar, un ejemplo sería la pérdida de su cuerpo infantil y todo lo que esto conlleva, nuevas responsabilidades y las expectativas que hay puestas en él.
Dicho esto, la labor se dificulta aún más si este adolescente está transitando sólo por esta etapa, ya que pienso que si no existe una figura que de contención y guíe por estos cambios no se lograra una correcta transición e integración.
En el caso de ésta paciente en particular existía un entorno poco favorable y un ambiente que la colocaba en un riesgo constante, se mencionó que también había un problema de adicciones, conductas violentas y delictivas, acompañado de una historia familiar de adicciones por parte del padre y maltrato psicológico por parte de la madre, lo cual la colocaba en una situación muy poco favorable y alentadora.
Es en este punto donde las cuestiones éticas empezaron a hacerse presentes, ya que surgía el cuestionamiento de si se debía dar parte o no de estas acciones y conductas delictivas, en lo personal comentaré lo mismo que dije en clase, sólo se puede dar testimonio si lo requiere un juez y lo hace explícitamente con conocimiento de que la acusada en cuestión está llevando un proceso terapéutico, esto lo señala el código ético en su artículo 134° en el apartado de “Confidencialidad”, y es cuando sería nuestro deber romper con esa confidencialidad, en la parte de daño a terceros creo que ya en terapia se puede lograr persuadir de muchas maneras al paciente y hacerlo consciente de sus actos, puedo agregar que si la paciente tuvo la confianza de contar esto al terapeuta era porque ya se había instaurado un vínculo que la terapeuta debió aprovechar para ser factor de cambio en la paciente antes de cometer el error que se presentó al manejar la información que se tenía, siempre debemos hacer partícipe al paciente cuando se va a dar información a los familiares o a otra instancia y explicarle el porqué.
Creo que tendremos muchos casos en los que nos encontraremos en dilemas como este y que en su momento no sabremos que es mejor o que hacer, pero es bueno saber y oír experiencias como esta, nos sirven para estar un poco preparados y no cometer errores que podría resultar en tragedias. Pero supongo que esto pasa por falta de experiencia, la cual se va obteniendo con la práctica y los años, aunque no se está exento en algún momento del quehacer profesional.
