El enfoque sistémico tiene dos escuelas fundadoras de las cuales derivan muchas de las técnicas que ahora se manejan dentro de terapia, y más comúnmente, en la familiar. La Escuela de Palo Alto es una de ellas.
Aunque no lo parezca, para casos individuales, dicha escuela cuenta con la Terapia Breve que, sin duda, tiene efectividad en la solución de problemas muy específicos para las personas; sin embargo, no llega a ser más que un curita en la herida.
No tratar el caso de manera adecuada, sin tomar en cuenta todo lo que pudiera implicar y repercutir en la persona, ese curita volverá a despegarse y la herida seguirá ahí sin haber tenido un cuidado pertinente.
Por un lado, en el momento en que la persona solicita una solución inmediata al problema, esta terapia puede ser de utilidad, por otro lado, puede repercutir en casos posteriores dónde, a partir de esto, se vayan destapando varias “heridas mayores” de la que ya se estaba tratando.
En mi experiencia con la terapia breve, muchas de las veces, las personas sólo arreglan la problemática que más les aqueja en ese momento y no buscan seguir con un tratamiento terapéutico con un proceso más amplio a las sesiones que se manejan en dicha terapia, a pesar de que ya haya notado que necesita trabajar más otros aspectos que fueron saliendo en las sesiones.
Por este lado es importante desarrollar la capacidad de análisis para los casos pertinentes que pueden ser tratados de manera rápida y oportuna, a diferencia de los casos que es necesario tener otro tipo de intervención.
Retomando comentarios anteriores de esta clase. Cada uno dice lo que es una terapia, pero esto no le quita el peso de que, es un problema y que debe ser solucionado eficientemente y no a nuestra “conveniencia”, es decir, hacerlo de manera rápida para no tratar con un problema mayor.
Esto es muchas de las cosas que, como profesionales de psicología, se debe tomar en cuenta, la solución a presentar luego de una indagación suficiente de información de ese asunto.