Música, ritmos y acción…

Monik Vargas
Teorías y Sistemas Terapéuticos
2 min readNov 29, 2016

Ésta fue una de mis clases favoritas ya que de nuevo tuve la oportunidad de moverme al ritmo de la música. Sentir y expresar mediante mi cuerpo aquellas emociones que resultan al escuchar la música me hizo recordar mis clases de danza y después de esta clase, no sólo en pensamientos regresaron a mí las razones por las que me gusta bailar, sino que la sensación de ligereza y de alivio que sentí en mi cuerpo contribuyeron a revivir esas experiencias pasadas, llenas de recuerdos que no sólo dejan huella en el cuerpo sino en el reconocimiento de lo que eres, de los lugares donde has estado y de con quién has compartido esos espacios. En este sentido se dirige la Bio-danza, que como fue mencionado por Lucía, no es una terapia, sino un sistema que apunta hacia la toma de conciencia de uno mismo y de las relaciones con la naturaleza.

Hablando de las relaciones con la naturaleza y con otros seres vivos, Lucía también nos platicó sobre los ritmos en nuestras vidas y cómo nuestro andar o el latir del corazón consisten en algunos ritmos que son parte del “ser” de cada uno de nosotros y que ya es común que en nuestra vida cotidiana pasen desapercibidos. La Bio-danza, no sólo por el concepto en sí, sino como cualquier espacio al que una persona le dedica cierto tiempo en su ritmo de vida ajetreada, nos ofrece la posibilidad de encontrar nuestro propio ritmo, aquel con el que deseamos vivir y poco nos permitimos o se nos permite pensar.

Además de esto, el estar compartiendo espacio y tiempo con otras personas, te enseña varias perspectivas sobre aquello que escuchas, de esta manera te percatas que el ritmo que escuchas, aunque sea el mismo, puede tener diversas lecturas y varias manifestaciones a través de los movimientos de los demás compañeros, es decir, se da a conocer la creatividad de cada uno de nosotros.

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