Mi Camino a Santiago. 15+1 días de peregrinaje

Días Cero y Uno.

Jorge Forero
Mi Camino a Santiago

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Día Cero.

Aunque está nombrado como un solo día, realmente hace referencia al tiempo previo de investigación y preparación del viaje. También incluyo algunos aspectos que quiero resaltar sobre el camino de Santiago de Compostela.

La peregrinación a Santiago de Compostela tiene varios caminos. El más conocido y popular es el Camino Francés. Este camino tiene dos puntos de partida reconocidos: saliendo desde Francia, parte desde Saint Jean Pied de Port y desde España parte desde Roncesvalles. Son un poco más de 800 km y dependiendo del paso y velocidad se puede cubrir, el camino completo en unos 40 días.

En Internet se pueden encontrar varios sitios Web que tienen suficiente información sobre este y los demás caminos. Yo particularmente dedique tiempo a encontrar una guía impresa que pudiera cargar durante el camino. La seleccionada fue: “Hiking the Camino De Santiago. Camino Francés: St Jean — Santiago — Finisterre” de Anna Dintaman y David Landis. Esta es una guía bastante completa. Contiene la descripción de cada etapa, mapas, altimetría, recomendaciones, referencias a albergues, hoteles y en general consejos prácticos para el camino. La mayoría de peregrinos que encontré en el camino andaban con su guía impresa por lo que yo recomiendo comprarse la que más le funcione y leerla con antelación a iniciar el camino (yo tome un mes y medio para leerla completa).

Hablando de este escrito, Usted encontrará varias referencias importantes para mi relato. Encabezando cada día, registro las poblaciones de partida y llegada así como los kilómetros caminados.

Para darle un sentido más allá del personal a mi peregrinaje, dediqué cada día a una o varias personas (o causas) por las que caminaría. En segunda instancia encontrarán esta referencia para el día correspondiente. La primera foto que acompaña el día, contendrá mi rostro queriendo reflejar la transformación física que tuve. Cuento que en todo el escrito se refleje la transformación personal y espiritual que me dejó el camino.

Partiendo para León.

Basado en la investigación previa y en el tiempo disponible (16 días), tome la decisión de partir desde León. Siguiendo el plan trazado en la guía, podría cubrir en 12 días el trayecto desde León hasta Santiago (mas un día de descanso) y tres días más hasta Fisterra para completar los 16 días.

En el día Cero parto desde Madrid a León en tren (23 euros, saliendo desde la estación de Chamartin). Luego de tres horas y media de viaje llego a León. Lo primero que hago es buscar cuarto en el Hotel Casco Antiguo (35 euros), almorzar (menú del peregrino, 10 euros en promedio) y visitar los alrededores. En ese caminar me encuentro con la Catedral de León. Una estructura imponente y bastante bella en su arquitectura. Ya calmada la rutina de turista, me concentro en lo fundamental: buscar el Albergue de las Benedictinas de León. En este lugar podré adquirir la Credencial (2 euros). El primer símbolo del camino, es un documento que además de identificar a los peregrinos contiene espacios para ir recolectando sellos (al menos dos por día) de los albergues o sitios del camino, que se constituye en la prueba del peregrinaje y requisito indispensable para reclamar La Compostela (más adelante explico que es la Compostela).

Previamente ya he armado mi morral (segundo símbolo), el cual recomiendan (en la guía y sitios web) no pese más del 10% del peso de la persona. En mi caso pesa 7,2 kilos que corresponden a: dos pantalones, dos sacos, tres camisetas, tres bandanas, tres calzoncillos, cuatro pares de medias, un rompevientos, un par de sandalias, un par de tenis de trail, una chaqueta impermeable, una gorra, un diario, un esfero, una guía, una navaja, un adaptador de corriente, una linterna, un celular, una concha, tres banderitas de Colombia y una bolsa con lo básico de útiles de aseo. Es importante mentalizarse en llevar lo mínimo necesario pues serán jornadas diarias extensas de caminata cargando este peso.

Con todo listo, solo queda esperar que amanezca para madrugar e iniciar el camino.

Día Uno.

Jueves 1 de Mayo. León — Hospital de Orbigó. 31.4 kilómetros andados.

“Hoy camino por Angela, por la esposa y madre excepcional que eres. Por que tengas buena salud y porque todo te salga muy bien. Te amo.”

La salida fue sencilla siguiendo las calles de León en busca del parador de San Marcos y la estatua del peregrino (la foto no quedó muy bien porque aún era de noche y olvidé activar el flash de la cámara). Voy aprendiendo a seguir las señales. Es bastante fácil. Son marcas que contienen una concha (tercer símbolo) o una flecha amarilla (cuarto símbolo) o ambas para indicar la ruta del camino.

Ya apartado del centro de León, en un punto llamado La Virgen Del Camino, este se divide en dos. La primera ruta va bordeando la autopista N-120 (sin mucho interesante que ver según la guía.) Y la segunda ruta que va hacia Villar de Mazarife (yo tomé esta.) Es una ruta un poco más larga (5km más) que al final del día algo pesan. La ruta es bastante bonita, llena de paisajes rurales, caminos en piedra o arena con fondos muy verdes y muchos árboles que rodean gran parte de los senderos. El cielo no puede estar más azul.

Hacia Chozas de Abajo y Villar de Mazarife, encontré caminos rectos, largos y casi interminables. Sentía que caminaba y caminaba y no avanzaba. A Villar de Mazarife llegué a las 10:40 am. Y acá inicio el primer ritual que (como todos mis rituales) se repetirá durante todo el camino. Buscar un bar donde comer algo, estampar el sello en la credencial y descansar los pies quitandome los zapatos y las medias para airear los pies. Ya podía evidenciar dolores varios sobre todo en la planta de los pies. Me faltan 15km para el destino de hoy. Empiezo a tomarlo con más calma pues con mi rutina de corredor creo que soy invencible y el primer trayecto lo he realizado muy rápido.

La siguiente ciudad que encuentro es Villavante. Fueron 9,5 km muy largos de carreteras también muy rectas y bajo un sol que no tiene consideración. A la 1:30 pm llego a Hospital Santa Lucia donde almuerzo. Me quedan 5 km. Esta última parte hacia Hospital de Orbigó está rodeada de cultivos que me animan a seguir caminando. Paso por el lado de la carrilera del Renfe (el tren) y en ese momento pasa a mi lado. El viento que deja el tren me impulsa hacia la autopista que lleva a Hospital de Orbigó. En esta población, inicio el ritual del final del día que consiste en buscar un hotel (Don Suero de Quiñones, 30 euros la noche), estirar, bañarme, cambiarme de ropa y sobre todo de zapatos (me están matando), lavar ropa (si es necesario) para finalmente dormir un poco.

Salgo a buscar algunas cosas para armar el desayuno de mañana y tomar la cena, pero no hay mucho de donde escoger porque es primero de Mayo (Día del Trabajo.) Termino comiendo en el restaurante del hotel.

Como cualquier peregrino primiparo no caigo en cuenta en pedir el menú del peregrino y me vacunan con 30 euros de la cena por pedir a la carta. No me amargo y me dedico a disfrutar de la comida (muy buena por cierto) y a contemplar el Puente sobre el rio Orbigó que data del siglo XIII.

Continua con los días Dos y Tres

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