Colores bajo una piedra gris

Alessandra Pereyra
The quick brown fox
3 min readJul 29, 2014

Debajo de una roca pulida por el agua se encuentra una esfera. No es una esfera como las que conoces, como aquella que viste ese verano mientras abrías ostras. Esta es una esfera distinta. Su superficie tiene un tono lechoso e impoluto. Pero en ese momento eso no te preocupa y decides guardarla en la bolsa que tu madre te ha regalado y sigues caminando.

Han pasado casi doce años hasta que volvieras a pensar en ella. Ya eres mayor, y tienes una hija. Micaela tiene cinco años y te ves en ella. Es impetuosa y divertida. A veces escribe largas historias en una hoja de papel. Otras veces dibuja. Hoy es el día donde ella te entrega uno de sus dibujos. Es una esfera; una distinta a las que conoces. Está debajo de una roca, sobre la arena y su superficie es lechosa e impoluta.

Te encuentras ahora mismo en el sótano buscándola por primera vez en tantos años. El bolso está en la tercera caja al fondo. Debes pasar por algunas prendas antes de alcanzarla. Encuentras los cuadernos de la secundaria, llena de historias y poemas. ¿Qué pasaron con ellos? Encuentras también el vestido celeste que usaste aquella noche que aún no olvidas. Ese día que bailaste hasta que la luna se alejó y el sol reemplazó su huella en el cielo. Hay cuadros y pinturas. Brochas que ya no has vuelto a tocar. Recuerdas que las extrañas.

Frente a ti se encuentra una caja y dentro un bolso. Y dentro del bolso encuentras una esfera. Micaela se acerca y te pregunta qué harás con ella. Tú la miras y sonríes. Coges el vestido y las brochas. El cuaderno y las pinturas y dibujas. Dibujas como el primer día que lo hiciste y como el último, donde decidiste sin pensarlo dejar de hacerlo. Dibujas en el cuaderno, y en la fachada. En el piso y en esa pared que ya nunca veías, pero que siempre habías planeado decorar cuando tuvieras tiempo. Hoy es tu cumpleaños y tienes tiempo.

Usas rojo y azul. Los mezclas. Obtienes nuevos colores y Micaela ríe y se embadurna en la pintura, contigo. El sol se empieza a ocultar, pero eso no te preocupa. Dibujas un arcoiris y un mar. Una canción y una estrella. La esfera está ahora en tu mano y la observas fijamente. Pero ahora sabes que la esfera no cabe en tu mano. Tomas la brocha que siempre quisiste usar y con colores nuevos realizas trazos en su superficie. Ahora hay un mar y estrellas. Arena. También está él, y ellos. Los reconoces desde el momento en que pintaste sus siluetas. La esfera es tan grande como lo deseas y Micaela sonríe mientras entra en ella. Sabes que tú también debes hacerlo, pero antes, caminas hacia la playa. La piedra sigue en el lugar donde la encontraste hace tantos años. La levantas, y colocas la esfera en ese lugar y luego entras en ella.

No temes, porque está ahora llena de sueños, y sabes que en unos minutos llegarás a encontrarla por primera vez. Pero ahora te encargarás de darle todo el color que quieras. Micaela está contigo y tienes todos los colores que necesites. Es un buen cumpleaños feliz.

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Alessandra Pereyra
The quick brown fox

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