Estamos Presenciando la Historia y Convirtiéndonos en Parte de ella
La violencia es constante.
El mundo se siente insoportablemente cruel.
“Y un día, cuando la gente hable sobre ‘lxs ancestrxs,’ se estarán refiriendo a nosotres”.
Estamos presenciando la historia. Y convirtiéndonos en parte de ella. Un día nuestres descendientes echarán la vista atrás y se preguntarán sobre nuestras decisiones en estos momentos — si decidimos actuar, dar testimonio, alzar la voz, o permanecer en silencio.
Aceptar este rol como guardianes generacionales se siente al alcance cuando sostenemos una perspectiva de largo plazo — una visión por un futuro floreciente que sí existirá algún día. Nuestra imaginación radical puede conjurar un mundo más allá de la violencia, la que les hijes de nuestres hijes podrán vivir para conocer.
Pero ¿cuál es el rol de la imaginación hoy, frente a la desesperanza y la deshumanización? Cuando nuestros recursos están siendo cooptados por nuestro gobierno para financiar un genocidio sin nuestro consentimiento. Mientras se están borrando linajes de familias palestinas frente a nuestros ojos.
La imaginación radical es atrevida; empuja los límites de la realidad. ¿Cómo podemos traer esa visión a este momento, cuando la realidad dolorosa de lo que está pasando restringe nuestro sentido de lo que es posible?
¿Qué es lo que hoy la imaginación radical nos invita a decir — y hacer — ? ¿Cuál es la pieza del mundo que sabemos que es posible, que podamos manifestar en este momento?
Alrededor del mundo, la gente está haciendo exactamente eso:
Facilitando conversaciones desgarradoras con familiares y amistades.
Poniendo sus cuerpos en riesgo en acciones de solidaridad.
Arriesgando sus trabajos, relaciones, y educación al abogar por la paz y justicia.
Y siendo testigos de las historias que no están siendo escuchadas.
Todo ello impulsado por la posibilidad de que lo que es cierto ahora no tiene por qué serlo. Que podemos — colectivamente — fomentar otra manera de ser.
La imaginación radical es ambas atrevida — y única — para cada une de nosotres. Mientras que podamos compartir una visión por un futuro floreciente, las decisiones que tomemos para hacerla una realidad reflejarán nuestra propia esencia y circunstancia.
¿Cómo se ve la imaginación radical para tí, para nosotres?
¿Cómo podemos prevenir que haya más violencia?
¿Qué está a nuestro alcance para reparar y sanar?
¿Cuáles historias podemos presenciar?
¿Cómo podemos ser esa mano que ayude, ese oído que escucha, esa presencia sanadora?
¿Cómo podemos estar en nuestra propia humanidad — y llamar a la humanidad de lxs que nos rodean?
Vale la pena. Tomar tiempo para reflexionar sobre estas preguntas y responder por ti misme, dar el siguiente paso que se siente bien para ti — el paso atrevido al servicio del cuidado mutuo y la integridad, hacia la humanidad y la paz. Vale la pena.
Para la niñez en Gaza, y la niñez alrededor de la Madre Tierra sobreviviendo violencia, la imaginación podría ser el único lugar seguro al que puedan acceder.
Para todes nosotres, la imaginación también es el puente de este momento hacia el futuro que estamos conjurando. Y ya ha iniciado.
Esta declaración ha sido traducida al español por Erika Murcia, con Alexis Flanagan, Yesenia Veamatahau, Brenda Carpio Martinez, y Adiel Suarez-Murias
