Argentina continúa su lucha contra el Covid-19 a pesar de una larga cuarentena

Axa Pacheco
The Pandemic Journal
4 min readAug 22, 2020
Foto: Getty Images

[Versión en español del artículo publicado el 18 de julio.]

BUENOS AIRES, ARGENTINA — Aunque fue uno de los primeros países de Latinoamérica en decretar la cuarentena, los esfuerzos de Argentina por detener el desastre causado por el Covid-19 han llevado a sus habitantes a enfrentar problemas financieros.

Luego de levantar estratégicamente la cuarentena en varias regiones, el gobierno anunció que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ‒que incluye la Capital Federal y otros 40 municipios‒ volvería a la fase 1 desde el 1 al 17 de julio para evitar el colapso del sistema de salud, ya que la mayoría de los casos en el país se concentra en esta área.

Lo que fue visto como una audaz pero necesaria decisión en marzo es, ahora, la razón principal de descontento.

La gente dejó de aplaudir en los balcones hace mucho tiempo. El miedo a contagiarse fue reemplazado por el cansancio y la frustración de permanecer en la cuarentena más larga del mundo. Desde el 20 de marzo, las personas tuvieron prohibido ir al trabajo ‒además de mantenerse alejadas de sus seres queridos.

A pesar de todas las restricciones y los bien conocidos protocolos para limitar la expansión del virus, el número de infectados en Argentina se disparó en la primera semana de julio: 2,979 nuevos casos el 7 de julio y hasta 3,663 contagios detectados el 9 de julio. De acuerdo con Fernán Quirós, el ministro de salud de la Ciudad de Buenos Aires, estos indicadores persuadieron a las autoridades para volver al escenario inicial. Solo los trabajadores esenciales tienen permitido circular ‒con el permiso correspondiente‒ en transporte público o en autos privados. Al igual que en el resto del mundo, se estableció el trabajo desde casa para para muchos otros.

Dificultad económica

La pandemia golpeó a todas las economías del mundo. No obstante, Argentina ha enfrentado una cadena de políticas económicas poco exitosas desde finales de los 90, aunada a la deuda más reciente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un préstamo adquirido por el expresidente Mauricio Macri en el 2018 como un intento para frenar la recesión.

Además de la crisis nacional, en el ámbito local, decenas de miles de empresas no volverán a sus funciones después de la cuarentena. Entre 35,000 y 40,000 pequeñas y medianas empresas cerraron para siempre, reveló la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) ‒las Pymes son muy importantes para la economía argentina, ya que representan el porcentaje más alto de producción y de fuente de empleo.

Nueve de cada 10 familias se endeudaron durante estos cuatro meses de cuarentena, la cual, según se prevé, llevará a la mitad de la población total a la pobreza.

El gobierno nacional creó un sistema para pagar 10,000 pesos (140 USD), pero este monto solo representa un 10% del presupuesto estimado para la canasta básica de una familia promedio. El programa es llamado Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y representa el 3% del Producto Interno Bruto, de acuerdo con la declaración del presidente Alberto Fernández en un reporte nacional. Alrededor de 9 millones de personas recibieron la ayuda en abril y se programó un segundo pago para julio.

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La batalla de la salud

De acuerdo con el ministro de salud, las camas de la UCI estaban a 51.6% de capacidad en el ámbito nacional y a 58.8% en el Área Metropolitana de Buenos Aires a principios de julio.

El ministro Quirós admitió en televisión nacional que hicieron falta más testeos en marzo, cuando la cuarentena se decretó, para contener el aumento de infecciones.

Cuando la cuarentena comenzó, el número de pruebas era 64.3 por millón de habitantes. Hasta este mes (julio), la cantidad se incrementó a 11,443.8 por millón de habitantes.

El programa llamado DetectAR fue creado en mayo. El objetivo es diagnosticar y aislar a la persona a tiempo, antes de que transmita el virus, en una búsqueda puerta a puerta de casos posibles.

El gobierno también designó hoteles para familias y habilitó otros centros de aislamiento para hombres y mujeres cuyas casas no cumplen con lo establecido para cumplir con la cuarentena requerida después de contagiarse.

En todo este tiempo, los contagios entre los trabajadores de la salud y geriátricos continuaron aumentando.

Un enfermero de un hospital público de la capital murió en junio. Esto llevó a la Confederación Médica Argentina a publicar una carta para el ministro de salud nacional en la que se exigía la mejora de los protocolos de seguridad, que son insuficientes para proteger a los trabajadores.

En espera de una mejoría

Los expertos no pueden predecir si los contagios llegarán a un pico o si se ralentizarán al final de esta etapa de aislamiento, pero el ministro Quirós aseguró a los ciudadanos que los efectos de este regreso a la fase 1 por dos semanas se observarán el los subsecuentes días.

Mientras que el número de contagios crece rápidamente, la economía se tambalea ‒y la gente decidió protestar en los días feriados.

Para el momento en el que este artículo fue terminado, hay 2,178 personas fallecidas, 49,767 recuperadas y la cantidad de casos positivos en el país es de 119,301.

El mismo día que la nueva cuarentena terminó y se anunció una reapertura gradual, la cantidad de contagios llegó a 4,518 casos. Sin embargo, las autoridades advirtieron que cada paso será dado de acuerdo con la evolución del sistema de salud y las vidas en riesgo.

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