Casos de suicidio en el mundo no aumentaron durante la pandemia

Diego Pinheiro
The Pandemic Journal
7 min readJul 13, 2021

La única excepción es Japón. Además de algunos factores relacionados con el Covid-19, son muchos otros motivos los que han ocasionado el crecimiento de casos de suicidio.

Foto: Reproducción

SÃO PAULO, BRASIL — En 2021, la pandemia del Coronavirus celebra su segundo aniversario. Globalmente, el virus ha afectado a más de 160 millones de personas ‒al momento de escribir este artículo‒ y alrededor de tres millones han muerto. Los datos son de la Universidad Johns Hopkins, los cuales indican que el país con mayor número de muertes es los Estados Unidos, con más de 583 mil en julio de este año.

Es un hecho que el Covid-19 ha tenido una alta tasa de mortalidad en el mundo desde el primer brote, el 31 de diciembre de 2019. Indirectamente, sin embargo, es común asociar la pandemia con un posible incremento en la tasa global de suicidios. No obstante, no es eso lo que se observa.

De acuerdo con el estudio Suicide Trends in the Early Months of the COVID-19 Pandemic: An Interrupted Time-Series Analysis of Preliminary Data From 21 Countries, hecho por 68 académicos de diferentes países, no existen evidencias de aumento de suicidios durante la pandemia en ninguno de los 21 países estudiados y, en algunos, hubo menos casos de lo esperado.

Hecha entre enero de 2019 y marzo de 2020, la investigación se basó en las estadísticas gubernamentales y en los datos recogidos en las páginas web oficiales del Ministerio de Sanidad y de la policía de los respectivos países incluidos en el análisis sobre los casos de suicidio ocurridos en los primeros meses de la pandemia.

De acuerdo con el maestro voluntario de la FMB-UNESP, médico experto del COSST-UNESP y coautor del estudio, José Bertolote, uno de los hallazgos obtenidos implica al público en tratamiento psiquiátrico. “De los países que hacen un seguimiento del suicidio en tiempo real, más de 66% de los casos ocurridos después del inicio de la pandemia eran personas que estaban en tratamiento psiquiátrico antes del conflicto por el Covid-19 y, como consecuencia, la terapia fue interrumpida por medidas de cuarentena y distanciamiento físico”, comenta.

Mientras que durante la pandemia el estudio Suicide Trends in the Early Months of the COVID-19 Pandemic: An Interrupted Time-Series Analysis of Preliminary Data From 21 Countries no identificó un aumento de las muertes por suicidio en los países evaluados, un escenario diferente se desarrolló en Japón.

Bosque del suicidio en Japón/Foto: Revista Veja

Después de 11 años de tranquilidad, el país vio crecer el número de muertes por suicidio. La Secretaría de Salud local reportó 20.919 casos en 2020, 750 más que en 2019: 13.943 de hombres y 6.976 de mujeres. Aunque el número de hombres que se han suicidado es mayor, es la tasa de víctimas femenincas la que presentó un aumento considerable.

Mientras que el de los hombres representa un descenso del 1%, el de las mujeres sugiere un aumento de 14,5% en relación con la cifra de 2019. Y la razón principal de este escenario es económica. Al fin y al cabo, según la especialista en suicidios en Japón, Michiko Ueda, el impacto de la pandemia sufrido por las esferas económicas dominadas por el público femenino, como el turismo y el comercio minorista, contribuyó al crecimiento del suicidio en esta parte de la población.

Más allá de estos detalles, está el hecho de que muchas mujeres trabajaban a tiempo parcial en otros empleos inestables, lo que disparó el desempleo cuando la economía se vio afectada por la pandemia. Sin embargo, hay otro factor que explica el aumento de los casos de suicidio femenino en el país.

Entre los meses de julio y octubre de 2020, el gráfico de suicidios en Japón experimentó un repentino aumento debido a la frecuente información sobre el suicidio de dos destacadas actrices locales. Julio fue el mes en el que se informó con más frecuencia del suicidio del actor Haruma Miura. A finales de septiembre, los medios de comunicación japoneses informaron constantemente del suicidio de la famosa actriz Takeuchi Yuko.

Para el periodista sanitario japonés Mamoru Ichikawa, por tanto, hay que tener en cuenta dos factores en la historia del aumento del suicidio femenino en Japón en 2020. Uno es el problema de la cobertura informativa. Se ha señalado en numerosas ocasiones que la repetición de noticias sobre el suicidio de celebridades puede fomentar casos posteriores de suicidio.

La otra, según él, es que las jóvenes japonesas tienen más probabilidades de estar en situaciones de empleo precario. “Creo que esto se debe a la falta de concienciación sobre la igualdad de género en la sociedad japonesa”, valora.

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Los datos lo confirman. En Japón, sólo el 53,8% de la mano de obra femenina en trabajos no regulados recibe un salario equivalente al de los hombres en puestos laborales regulados. Esto significa que, entre todos los países desarrollados, el archipiélago tiene la mayor brecha salarial entre trabajadores femeninos y masculinos.

Según Hideko Nishioka, profesora asociada de la Universidad de la Ciudad de Osaka, las mujeres de Japón siguen siendo económicamente vulnerables, y últimamente se cree que la pobreza ha aumentado no sólo entre las jóvenes y las madres solteras, sino también entre las ancianas solteras.

Para ella, otro punto que puede explicar el elevado número de suicidios femeninos en el país es la gran carga de trabajo. “El número de suicidios entre oficinistas, vendedores y trabajadores de servicios sanitarios ha aumentado especialmente durante la crisis del Coronavirus”, señala Hideko. “Esto se debe probablemente a los largos periodos de trabajo y a los cambios bruscos en la carga de trabajo como consecuencia de la pandemia”, conjetura.

Para intentar contener esta situación de muertes por suicidio en Japón, el gobierno japonés, siguiendo el gobierno inglés, creó, en 2020, el Ministerio de la Soledad. Presidido por el primer ministro Tetsushi Sakamoto, la secretaría es responsable por la creación y acogida de campañas y políticas públicas destinadas a apoyar a las personas que viven solas, atención a la salud mental y la prevención del suicidio.

En Brasil, por otro lado, como apunta el maestro voluntario de la FMB-UNESP, médico experto del COSST-UNESP y coautor del estudio, José Bertolote, ocurrió una elevación de servicios de salud mental con atención a distancia.

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Según él, la gran parte de las llamadas, en el inicio de la pandemia, era de personas con crisis de ansiedad asociadas con el miedo de la enfermedad desconocida y potencialmente letal. Después el motivo de las llamadas fue el malestar por las medidas de cuarentena y la distancia física y la consecuente depresión.

Además de estos servicios de salud mental con asistencia a distancia, en Brasil nació el programa RISE Somos Mudança. Creado por la psicóloga, psicopedagoga e investigadora con énfasis en los estudios sobre los procesos autodestructivos, Karina Okajima Fukumitsu, el proyecto fue desarrollado y aplicado en muchas áreas centradas en el período de la crisis de la pandemia del Coronavirus.

Dándole forma al proyecto, participaron maestros y professionales de la primera y segunda promoción del Curso de Postgrado en Suicidología de la Universidad Municipal de São Caetano do Sul. “El propósito del programa es desarrollar, fomentar y gestionar un centro de salud existencial que integre las dimensiones mental, física y espiritual del ser humano a través de la atención y las intervenciones en las áreas de salud, educación, cultura y social”, explica Karina.

A pesar de la existencia de estos proyectos destinados a proporcionar apoyo emocional y frenar el suicidio en Brasil, el Covid-19 trajo consigo una relativa desorganización en la recolección de información sobre las muertes en todo el país. Según el psiquiatra y máster en políticas públicas y servicios de salud mental de la Universidade Nova de Lisboa, Rodrigo Martins Leite, por lo tanto, es posible que los datos sobre suicidio, históricamente infravalorados en Brasil, sufran las consecuencias de este apagón.

En consecuencia, debe redoblarse la vigilancia sobre el suicidio en este contexto, ya que estas acciones están capitaneadas principalmente por la política pública. “La falta de claridad del presidente en relación con su papel como promotor y facilitador de estas políticas, así como la ausencia de una estrategia articulada de prevención del suicidio, contribuyen para un escenario muy preocupante”, advierte Leite.

Aunque el planeta experimenta diferentes oleadas de contagio de Covid-19 en distintos lugares, está latente la preocupación por el aumento de los casos de suicidio tras la pandemia. Así lo expresa la fundación estadounidense Well Being Trust.

Con una actividad centrada en la promoción de la salud mental, la fundación predice que el período pospandémico puede ser responsable de la aparición de entre 27 y 150 mil nuevos casos de suicidio en Estados Unidos durante los próximos 10 años.

Para el profesor voluntario de la FMB-UNESP, médico experto del COSST-UNESP y coautor del estudio Suicide Trends in the Early Months of the COVID-19 Pandemic: An Interrupted Time-Series Analysis of Preliminary Data From 21 Countries, José Bertolote, lo que se sabe de las situaciones de crisis internacionales, como la pandemia de gripe española y las guerras mundiales del siglo XX, es que los casos de suicidio siempre disminuyen bruscamente durante los periodos turbulentos para volver gradualmente a los niveles anteriores una vez que la crisis es superada. “No estimo que vaya a ser diferente con la pandemia de Covid-19”, conjetura.

La prevención del suicidio es algo que debe mantenerse activo a nivel gubernamental de forma fija, independientemente de la naturaleza de la crisis que puedan atravesar los países. Sin embargo, es inevitable que acontecimientos de gran impacto social interfieran en este panorama. “La prevención del suicidio camina por una fina línea entre los factores de riesgo y los de protección. Sin embargo, un acontecimiento perturbador como Covid-19 puede hacer que el vaso se desborde en un mayor número de muertes por suicidio”, teme el psiquiatra y máster en políticas públicas y servicios de salud mental de la Universidade Nova de Lisboa, Rodrigo Martins Leite.

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Diego Pinheiro
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I’m a brazilian journalist who writes for an indepepent online newspaper from São Paulo city called Jornal O Prefácio.