Crecen los contagios en Argentina con la segunda ola de coronavirus

Fabián Kovacic
The Pandemic Journal
5 min readOct 5, 2020

Sudamérica ya padece desde hace varias semanas una segunda embestida de la pandemia Covid 19 con tanta o más violencia que la aparición del virus en febrero pasado. Argentina escaló al octavo lugar mundial entre los países con mayor contagio. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten con el mismo argumento preventivo: hasta que no llegue la vacuna, la mejor prevención es el aislamiento, la higiene y la distancia social como último recurso. En el país los especialistas apuntan a las conductas individuales como factor desencadenante del crecimiento de contagios.

Carla Vizzoti, vice ministra de Salud (izquierda), presentando las cifras de contagios y muertes por Covid 19 el viernes 2 de octubre (Foto: Ministerio de Salud de Argentina)

A punto de cumplir siete meses de cuarentena con períodos de restricción severa, Argentina tiene 799 casos contagiados, 21.018 fallecidos y 636.672 personas recuperadas. Cifras aún por debajo de los casos de Estados Unidos y Brasil en América pero preocupantes por el rápido crecimiento. El cansancio social por tanto encierro ya disparó nuevas afecciones entre la población como los ataques de pánico y cuadros de depresión, según datos de la Asociación de Médicos de Buenos Aires, publicados en la segunda semana de septiembre. El encierro pesa.

Cronología.

El gobierno del presidente Alberto Fernández fue elogiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando el 20 de marzo decretó el aislamiento social preventivo y obligatorio como estrategia para frenar los contagios del Covid 19. Por eso mismo fue seleccionado junto a otros nueves países para participar del Operativo Solidaridad cuyo fin era probar una eventual vacuna contra el coronavirus en cuanto apareciese.

También mereció elogios su decisión de priorizar la salud de la población antes que la actividad económica del país. Para eso implementó subsidios a los desempleados y trabajadores por cuenta propia, a las pequeñas y medianas empresas y una quita importante de impuestos a las grandes empresas para que pudiera sobrellevar la situación durante la pandemia.

Sin embargo todo eso no bastó para que el país escalara posiciones y hoy se ubique octavo entre las naciones con más contagios y muertes por la pandemia. Se ubica cuarto entre los países sudamericanos con más contagios, detrás de Brasil, Colombia y Perú.

¿Qué falló para semejante caída en la estrategia sanitaria? Hasta la última semana de agosto el principal foco de contagiados y de circulación del virus se ubicaba en la región Metropolitana de Buenos Aires, la zona urbana más densamente poblada del país que une a la capital con la provincia de Buenos Aires y donde residen unos 16 millones de habitantes. Allí se concentraba el 95 por ciento de los casos de todo el país.

Provincias.

Sin embargo desde fines de julio la circulación del virus se trasladó con mayor fuerza al continente americano y para mediados de agosto se convirtió en la región del mundo más azotada por el Covid 19.

El esquema de aislamiento individual propuesto por el gobierno empezó a mostrar sus falencias por varios motivos. El traslado hacia América Latina del mayor número de contagios es una cuestión central para entender la nueva propagación del virus.

“A eso hay que sumarle que estamos ante un virus que se propaga de forma exponencial a partir de los contagios individuales”, señala la secretaria de Acceso a la Salud del Ministerio de Salud, Carla Vizzoti.

En ese sentido es destacable señalar el crecimiento de las protestas sociales con apoyo de la oposición para terminar con el confinamiento social y habilitar nuevas actividades sociales que van desde la recreación en lugares públicos hasta la reapertura de los comercios y el resto de las actividades productivas. Incluso pese a que algunos de los referentes de las protestas murieron contagiados de coronavirus.

Hasta el mes de julio el resto de las provincias que concentran algo más de 30 millones de habitantes solo registraba el diez por ciento de los contagios de todo el país. Eso llevó a que se habilitaran actividades sociales y productivas. Las principales ciudades y pueblos pasaron del confinamiento al distanciamiento social, es decir, podían realizar actividades con el tapabocas, manteniendo distancia social de dos metros e higienizándose las manos con alcohol. Con esas tres medidas la vida pretendía seguir normal.

Jorge Aliaga, físico y director de Planeamiento de la Universidad de Hurlingham, en la provincia de Buenos Aires señala que “muchas personas en las provincias se trasladaron hacia Buenos Aires por razones medicas o laborales, se contagiaron y regresaron a sus ciudades de origen lo cual los llevó a esparcir el virus. Como su desarrollo lleva de una a dos semanas en poco más de un mes se produjo el estallido de casos en las provincias”, señala.

Actualmente ya son seis las provincias cuyos sistemas de salud están a punto de colapsar por la cantidad de pacientes internados. Jujuy, Rio Negro, Tierra del Fuego, Mendoza, Santa Fe y Santa Cruz tiene el 85 por ciento de sus camas ocupadas por pacientes con coronavirus. “No podemos confirmar que ya estemos en el pico de la pandemia en la Argentina”, aclara la funcionaria de salud, Carla Vizzoti.

Rodrigo Quiroga es un científico de la Universidad de Córdoba y apunta a la responsabilidad social individual para soportar el avance de la pandemia. “Hay provincias y municipios que no quieren volver atrás a una etapa de aislamiento pero no parece haber otra opción”, señala.

Responsabilidad individual.

The Pandemic Journal consultó al Ministerio de Salud de la Nación, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, gobernada por la oposición política, y todos coincidieron en que el punto central de la estrategia sanitaria depende en este momento de las decisiones responsables de cada ciudadano. “No hay otro remedio por ahora”, señalaron los responsables de prensa de esos ministerios.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a la necesidad del aislamiento como única alternativa hasta tanto no llegue la vacuna tan ansiada. En su página de internet se insiste en la necesidad de permanecer aislados todo lo posible “para evitar la transmisión social del virus”.

La pandemia definitivamente parece haber tocado un punto sensible de los seres humanos en todo el mundo: la libertad individual. Ni siquiera el peligro de muerte concreto permite pensar en pos de la colectividad social.

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Fabián Kovacic
The Pandemic Journal

http://semanariopreguntas.wordpress.com / Corresponsal de BRECHA (Uruguay) y docente en Universidad de Buenos Aires y TEA