“Esta pandemia excede cualquier capacidad humana”, declaró una enfermera argentina

Axa Pacheco
The Pandemic Journal
5 min readAug 22, 2020
Foto cortesía de Melisa Espinoza

BUENOS AIRES, ARGENTINA — Leer o ver las noticias sobre el Covid-19 todavía es perturbador.

La cantidad de muertes y contagios se incrementa rápidamente todos los días, hay nuevos rebrotes, aún falta mucho por recorrer en cuanto a la vacuna, es tan poco lo que el mundo conoce sobre el virus. Y lo único que puede hacerse es esperar.

Por otro lado, los trabajadores de la salud pueden parecernos invencibles, ya que son quienes pelean día y noche contra la enfermedad. Sin embargo, las personas deberían tener presente que ellos son tan vulnerables como el resto de la población.

Cuidar de los que cuidan

Durante la pandemia, el Ministerio de Salud ha publicado varias guías en su página web referentes a los trabajadores de la salud y los trabajadores de salud mental y consejos sobre cómo cuidarse. También existen programas, en algunos hospitales, dedicados a mantener la estabilidad mental de los trabajadores.

“Solo cinco días después de que la cuarentena fue decretada, organizamos el programa para asistir a los trabajadores de la salud llamado Cuidar a los que cuidan”, contó la psicóloga y coordinadora de dicho programa, Guadalupe Amor, vía Zoom.

El objetivo de este proyecto es evaluar y tratar a los trabajadores de la salud en el municipio 3 de Febrero (Gran Buenos Aires).

“Alrededor de 300 personas han participado en las evaluaciones de un antes, durante, después”, explicó Amor.

“En la primera etapa, hicimos evaluaciones grupales para brindarles las herramientas para afrontar la pandemia”, así como evaluaciones individuales para determinar quién estaba habilitado para desempeñar cada tarea, ya que “algunos grupos de empleados están más expuestos a situaciones estresantes que otros. Los que no eran capaces emocionalmente de ejecutar ciertas tareas (cuidados intensivos, por ejemplo) tuvieron que ser reasignados en las actividades que sí eran capaces de llevar a cabo”, resaltó Amor. Actualmente, todas las sesiones de terapia se practican vía Zoom debido a las restricciones conocidas por todos.

De acuerdo con la psicóloga, en algunos casos, un problema de estrés o ansiedad preexistente se vio intensificado por el ambiente al que los trabajadores de la salud estaban expuestos, lo que desencadenó episodios de crisis, pero ninguno de estos fue irreparable.

“Nuestro programa está enfocado en transmitirles que ellos no son héroes, tienen que confiar en sus colegas.”

Detonante emocional

Todo evento histórico o tragedia desencadena muchas emociones en todos los involucrados y, ahora, la pandemia del Covid-19 se ha convertido, quizá, en el evento de mayor reto emocional del siglo.

Los trabajadores de primera línea (médicos, enfermeros) son los que están en contacto directo con los pacientes o casos posibles de Covid-19, por lo que tienen un riesgo mayor de desarrollar problemas emocionales.

Una de las características principales de los trabajadores de la salud es la necesidad “por resolver todo ellos mismos”, comentó Amor. “(Pero) deben trabajar en equipo. Nuestro programa está enfocado en transmitirles que ellos no son héroes, tienen que confiar en sus colegas”, y ser cuidadosos todo el tiempo.

Aunque “muchos estaban ansiosos” por ayudar, recuerda la psicóloga, “había mucho miedo a lo desconocido”, principalmente por el caos que se vivía en Europa. Ella también observó cansancio, angustia y duelo, “porque no se sabe qué pasará en el futuro”.

Lo que más le preocupa a Amor son los casos de naturalización de riesgo después de tantos meses de pandemia. “El miedo es más sano (hasta cierto punto) porque la gente se cuida”, explicó. Ser conscientes del peligro es lo más importante para evitar contagiarse.

Equipos de una UCI. Foto cortesía de Melisa Espinoza

Actividades antiestrés

A pesar de su experiencia laboral, la enfermera Melisa Espinoza no se sintió totalmente preparada para enfrentar el Covid-19.

“Esta pandemia excede cualquier capacidad humana”, declaró vía Zoom. Ella tiene turnos de 10 a 17 horas por las noches, va a su casa, duerme cuatro horas y regresa a la clínica ubicada en la Ciudad de Buenos Aires, donde ha trabajado por cinco años. También donde se diagnosticaron algunos de los primeros casos.

Espinoza había tomado una semana de vacaciones cuando esta entrevista tuvo lugar. No pudo tomar los 15 días reglamentarios por la “situación complicada” en la que está la clínica y la necesitan allá, comentó. “Hay colegas infectados y en aislamiento”, pero le dieron la oportunidad de descansar.

A veces, se siente física y mentalmente agotada, pero ella se esfuerza por bloquear las ráfagas de emociones: “Estamos en contacto con la muerte constantemente; yo trato de ser un poco fría y distante en este caso para evitar sufrir”, aseguró.

Para aliviar el estrés o el cansancio, ella ora.

“Yo dejo mis cargas en Dios y acepto que soy solo humana; solo Dios puede hacer el resto”. Cocinar y limpiar son otra buena opción cuando no está exhausta y hablar con sus amigas también la anima.

Espinoza trabaja en internación general, donde se trata a los infectados con menor riesgo. Le gusta hablarles a todos sus pacientes aunque ninguno pueda reconocerla con la ropa y el equipo de protección, y trata de hacer que se sientan menos solos mediante conversaciones muy cortas, ya que permanecer mucho tiempo en una sala está prohibido. “Comunicarse por el teléfono no es lo mismo que hacerlo cara a cara”, señaló.

“La empatía es muy importante en esta clase de trabajo; nunca se sabe si podrías convertirte en un paciente algún día; lo he visto”.

“Puedes tener dinero, familia, todo, pero si no tienes salud, sin algo gratuito como el oxígeno, eres como cualquier otro ser humano.”

Resaltó una de las lecciones inolvidables que aprendió: “Puedes tener dinero, familia, todo, pero si no tienes salud, sin algo gratuito como el oxígeno, eres como cualquier otro ser humano. Estar en una clínica privada o tener un respirador de calidad no importan si el cuerpo no responde al tratamiento”.

Esenciales en peligro

En un boletín publicado en la página web de la Federación Sindical de los Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) el 19 de agosto, se reveló que 20,000 trabajadores de la salud se han contagiado en la nación y 65 han muerto, por lo que convocaron a una protesta el 20 de agosto para crear conciencia acerca de su situación en el gobierno.

El mismo día que el boletín fue publicado, una médica de la provincia Jujuy publicó un video en el que lloraba y clamaba por ayuda: “No hay camas, no hay oxígeno y tenemos miedo porque aquí nadie dice nada”. Ella estaba sola con nueve pacientes, ya que sus colegas “están todos contagiados”, declaró.

De acuerdo con un reporte publicado la primera semana de agosto por la Red Argentina de Investigadores e Investigadoras en Salud, “el sistema de salud está casi colapsado”. La cantidad pacientes con Covid-19 superó a la de los trabajadores de la salud y la cantidad de camas de cuidados intensivos disponible está a punto de alcanzar el límite de su capacidad.

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